Descubriéndonos (Virgato)

Capítulo 25

Como si de una cortina nebulosa se tratase, puede ver a Joel sonreírle, aquella sonrisa brillante y completa que quiere besar, chupar, morder, reclamar como suyo desde la primera vez que lo vió, él fue su ancla y su perdición a la vez, por el que Christopher quería ser una mejor persona, aprender a amarlo y cuidarlo como se merecía, aquel que siempre anheló y encontró solo para caer en el intento y destruirlo. El ecuatoriano lo miró detenidamente, su expresión inescrutable, debería dejarlo ir,  dejar que sea feliz lejos de él, sacrificarlo todo por el pequeño aunque eso significara una muerte lenta para sí mismo, sin embargo a sus pensamientos Joel lo observó dolido como si acabara de golpearlo directamente en el rostro, ¡amor! La palabra salió, no era escusa o una disculpa a su naturaleza, él era un ser cruel sin más pero, ¿amar a una hermosa criatura como Joel no significaba su redención?, los ojos vidriosos del menor lo miraban asustados, ¡bebé¡, caminó hacia él, solo quería mejorar el ánimo de Joel y complacerlo luego, ... Luego podría dejarlo ser ...libre como todo el mundo quería, como él sabía que era lo correcto. ¡Lo prometiste! Dijo el menor para luego ponerse a llorar, Chris intentó alcanzarlo pero él simplente se esfumó. ¡Joel! Gritó fuerte y alto, se despertó de un salto salió fuera de la cama, ¿dónde está Joel?, empezó a gritar. Buscándolo alrededor con desespero.

Cálmate de una puta vez, ¿quieres?

A la voz, se concentró en recuperar la compostura.

-No,  no quiero, ¿tú no deberías estar en Moscú o en Japón junto a tu noviecito? ¿qué demonios haces acá? ¿Y dónde estoy, qué pasó conmigo?

La mirada de Zabdiel era fría, sin ningún atisbo de sobresalto en su semblante o en su voz. Estaba roto. Respondió con calma.

Erick te disparó

Eso lo sé, quiero saber, ¿por qué estoy vivo y cómo llegué aquí?

Te arrastraste hasta el jardín de la mansión, llamaste a Adriana la chica que trabaja para tí y ella te trajo acá. Estás vivo de milagro.

¿Cuánto ha pasado desde entonces?

-Tres meses.

Bajó la mirada sobre su cuerpo, tenía puesta una ridícula bata de hospital, su muñeca tenía perforaciones de agujas tapadas con gasas, supuso que para el suero, las arrancó sin ningún cuidado. ¿Y tú por qué estás acá?

-Él... Zabdiel se aclaró la garganta con un carraspeo, también me disparó.

El ecuatoriano desvió la mirada, ¡Joel!, él ¿está ...?

-Joel está bien le cortó, las órdenes que le diste a Adriana fueron seguidas a la perfección, tu chico fue sacado de casa a pleno luz del día y frente a todos los hombres que cuidaban de él, cierta ironía realmente, sonrió se podría decir que lo secuestramos y él sólo no ha generado ningún tipo problema, hasta ahora ha seguido cada indicación,  no ha hecho preguntas, no intenta nada, cuida de tí todo el tiempo si no fuera por Adriana habría olvidado comer o dormir, ahora mismo ella tuvo que obligarlo a salir.

Christopher inhaló profundamente, intentando recuperar algo de control y perspectiva, era mucho tiempo sin ver sus ojos o sentir su piel, cada célula de su ser lo necesitaba, sin embargo saber que estaba sufriendo le dolía aún más que cualquier cosa en el mundo.

-¿Dónde está ahora? Preguntó cada vez más ansioso.

- Si estás de pie, es porque ya estás en condiciones así que toma un baño y vístete adecuadamente haré que lo traigan. Luego tú y yo hablaremos de negocios, sin más Zabdiel salió.