Capítulo 19

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Cuando Joel logró despertar el sol entraba raudo y veloz por la ventana, golpeando sus ojos con fuerza, se dió la vuelta dejando caer su rostro sobre la almohada.

Había pasado la noche entera en vela, quedándose dormido ya al amanecer, leyendo cada artículo que encontró en Internet respecto a las detenciones que pudieran darle una idea de lo que estaba buscando, le fue imposible no entrar en pánico cada que llegaba a conocer más detalles, chicos y chicas desapareciendo, tráfico de personas, asesinatos en masa ocurriendo a la vez en diferentes puntos de la ciudad, sin que los agentes dieran con alguna pista hacia el o los jefes de las diferentes organizaciones que habían logrado desbaratar.
¿Qué significa todo esto? ¿Por qué quieren esa lista? ¿Qué nombres contiene? ¿Qué tienen que ver ellos con los crímenes? Se preguntó mientras presionaba el mouse de la computadora bajando lentamente la página.

Le aterraba encontrar las respuestas a sus preguntas, es decir sabía que eran un grupo desafiante y había leído que en los nigth clubs o en cualquier lugar de entretenimiento nocturno aún cuando no está permitido se hacen movimientos fuera de la ley y suponía que Erick alardeaba sobre agentes dentro de la policía o si fuera verdad, ya que también había escuchado a su madre hablar al respecto, se tratase de que algún novato buscando dinero fácil evitaba infracciones por peleas o permitía ingeniosamente la distribución de algunas sustancias ilegales como el hachís, que pagaban por hacerse de la vista gorda sobre algunos asuntos leves pero lo leído ya eran un tema demasiado grave.

Aunque sabía que algo faltaba, recordó la furia de su madre al hallarlo en casa del chico panda, la brutalidad con la que había reaccionado y asegurándole que todo lo hacía para protegerlo, su padre seguir insistiendo en darle más información, su hermano en extremo sobreprotector, tenía que ser por algo importante que haya obviado por sí mismo debido a todo el amor ciego que profesaba al chico de los anteojos oscuros. ¿Sería posible que estuvieran metidos en algo ilícito?, y si fuera así,¿qué tanta participación habría tenido el ecuatoriano? No, no, no eso es imposible, eso no tiene sentido bajo ningún punto de vista, es una idea paranoica, son solo cuatro chicos de entre 21 y 22 años, no son peligrosos, se dijo intentado creerlo de verdad pero sin lograr borrar el estado de alerta que todo ese asunto le había dejado.

Sea cual fuere el secreto tenía que descubrirlo, necesitaba proteger a Chris, independientemente de todo, el de los ojos verdes tenía poder sobre su futuro, y  no podía concebir la idea de tenerlo lejos o en problemas, tal vez con algo de tiempo lo convencería de buscar cualquier otro trabajo, pero por ahora solo quedaba hacer lo que le habían pedido.

Aunque el hecho de que le prohibieran hablar con Chris lo reconfortó de cierta manera, lo exentía de culpas, quería decir que era ajeno a cualquier delito cometido por el grupo, inocente, pensar así evitaba que se volviera loco.

Tecleó los nombres rápidamente mientras sentía el corazón latiendo a toda velocidad, no se mostró ningún titular en línea de Zabdiel, Christopher o Richard, pero sí de Erick, mejor dicho de su padre, un importante hombre de negocios metido en diferentes rubros de la industria, minera, hidráulica, construcción, textil pero su fuente de ingreso principal era una firma de planificación y asesoramiento financiero y consultora de inversiones, una entidad de manejo de riquezas con sedes en New York, Islas Caimán,  Londres, California, Los Ángeles, San Francisco y en Dallas(Texas), un verdadero magnate que en cierto periodo había sido investigado por lavado de activos pero totalmente absuelto y con una indemnización millonaria por dañar su buena imagen.

Alargó la mano hacia el despertador sobre la mesita de noche, las once de la mañana, se incorporó velozmente fue a ver su armario decidiendo por las primeras prendas que tuvo a la vista y volar al colegio, ¿cómo fue que se quedó dormido?, su mamá iba a matarlo. El celular empezó a vibrar sobre la cama y él tenía metiendo un pie al zapato, intentó llegar al aparato a trompicones dando de bruces contra el suelo. Deseó llorar de frustración, sin embargo se arrastró hasta alcanzarlo, 50 llamadas perdidas y muchos mensajes

Descubriéndonos (Virgato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora