Capítulo 9

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Christopher III

Se lo habían llevado...

Las heridas de su piel, moretones e hinchazones formándose en la misma, el dolor lacerante de su cuerpo, el colapso en la que se había sumido su mente no era suficiente para poder olvidar, todo se materializó, el constante miedo que lo abrumaba desde que lo tuvo en frente por primera vez, con su rostro aniñado y sus ojos brillantes y audaces, cuando entendió que lo quería para él, junto a él pero ahora aquel miedo era real, ya no podría deleitarse con su proximidad, percibir el mundo a través de sus pupilas, quedar fascinado por ese modo tan particular de sonrojarse violentamente al percatar su mirada en él y su manera de conducirse para sobreponerse a cualquier inquietud, la forma de perderse y encontrarse interpretando magistralmente a un príncipe o a un mendigo, aquellos labios voluptuosos y sensuales que escondían a la más esplendorosa y hermosa sonrisa que haya visto, que deseaba y tanto quería cubrir centímetro a centímetro con los suyos, besar, morder, que lo incitaba a pecar y regodearse ante el delito, ya no podía permitirse seguir soñando con algo inalcanzable, Joel era una de aquellas almas puras creadas para amar cualquier naturaleza con incondicionalidad, No, ya no era posible para él, lo habían descubierto.

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Erick

Desde que Chris empezó a trabajar con él, nunca había llegado tarde o faltado sin avisar, sin embargo hoy era la excepción, luego de mucho tiempo de haberse encaprichado con ese gallardo actor se merecía tener un tiempo libre a solas, disfrutar del niño, estaba seguro que después de hacerlo suyo se le acabaría de una maldita vez esa obsesión, aquella manía de idealizarlo, sí, él mismo sabía que Joel era sorprendentemente guapo y atrayente, llenaba el prospecto de uno de esos chicos que solía tomar y follar hasta el cansancio cada fin de semana para luego deshecharlos, entendía por qué su amigo estaba interesado, disfruta de él, enséñale quien es el que manda crápula, pensó encantado.

No esperaba que solo a instantes Zabdiel llamara informando la razón de la demora del Ecuatoriano, enseguida movilizó a sus detectives para averiguar todo respecto a la gente involucrada en el asalto, tomó sus llaves y salió disparado a su apartamento, ¿cómo es que lo habían encontrado desmayado en la pocilga que alquiló cerca a la escuela del menor, que lo llevaron a su apartamento, al de Erick luego de pasar por el hospital para que curasen sus heridas, que no eran graves pero que necesitaba reposo? Al llegar estaban los tres chicos alrededor de la fina mesa de caoba, iluminado por candiles clásicos medievales Luis XVI que una de sus amantes había comprado recientemente, sus empleados ya le habían enviado toda la información que pidió, entró, dirigió sus pasos a su pub personal, se sirvió un vaso de whisky, tomó un cigarrillo en sus dedos, se sentó y se preparó para afrontar todo.

-Debes alejarte, tienes que hacerlo y ésta vez definitivamente Christhoper. Hay demasiado en juego y no pienso arriesgar nada por tu patética e infantil fantasía de amor Apremió Erick, acababan de descubrir que la madre del chico era una de las detectives a cargo que iba por sus cabezas.

-Las redes policiales están demasiado cerca a nosotros, no tienen nada en concreto pero no podemos confiarnos, a la mínima distracción podríamos tener una caída libre.... Richard contrastaba los datos en su móvil Ven esto, tienen agentes infiltrados en las zonas del centro, en dos establecimientos del sur e incluso hay tres vigilando DESIRES, obviamente todos ellos están plenamente identificados no hay peligro pero no se puede confiar.

-¿Es posible que su hijo sea uno? Zabdiel interrogó

-Deja de hacer preguntas estúpidas, no tienes idea de lo que estás diciendo, no conoces a Joel, él es diferente, él es especial Christhoper replicó agonicamente pausado debido a las heridas.

Descubriéndonos (Virgato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora