Capítulo 22

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Cuando te vi por primera vez, lo único que tenía en mente era, 'ese chico es amado por los dioses, realmente hermoso', con esos lentes oscuros y la sonrisa petulante que favorecen en gran medida tu atractivo, ¿ya te he dicho que bien podrías ser la reencarnación masculina de Marilyn Monroe? Y los más alucinante es que solo yo puedo hacer esto contigo Dejó uno beso lento y tortuoso en el labio del mayor

Luego otro

Y otro

Y otro

...porque eres mio, me perteneces

-Siempre Y entonces Christopher movió su cara se la inclinó y profundizó necesitado el contacto de sus bocas. Desde que habían llegado al restaurante Joel había sacado mil fotos de los dos con el celular, poniendo contraseñas por doquier para protegerlas de cualquier ojo curioso.

-Tuve muchíiiisima suerte de que subieras al metro ese día dijo tomando una porción de papas risadas entre los dedos, ignorando los cubiertos ¿cuál es la probabilidad? ¿Una en un millón?, pestañeó varias veces bajo la atenta mirada del mayor quien jugueteaba arrastrando los dedos sobre su muñeca, dejando pequeñas descargas en Joel aunque mucho más cuando decidiste hacerlo por meses, ¿aún no tenías tu batimovil verdad? Porque ahora eres como Toreto de rápidos y furiosos al volante, increíblemente grandioso y temerario...

-Sí tenía mencionó sin darle importancia

-¿Cómo? ¿El coche? ¿Ese coche?, hizo un gesto con la cabeza señalando el carro estacionado fuera.

-

-Y entonces, ¿por qué tomabas el transporte público cada día? Es decir entiendo que la primera ves haya sido una correlación de circunstancias alejadas entre sí, que no quiero saber, por que no pero, ¿y después? Es...

Joel cortó su verborrea cuando notó una chispa traviesa en la mirada del panda.

-Tú, susurró sobre la comisura de sus labios ¿por qué crees? Disfrutando de ver las mejillas del menor teñirse de un intenso rubor, continuó, un adorable principito amante del arte, inteligente y guapo que me dejó sin aliento a primera vista, ¿te parece poco? Dejó un suave beso Mi otra mitad, cuando sonreíste supe que ya no había marcha atrás, si existe algo llamado alma en algún lugar del Universo solo puede existir contigo a mi lado, eres algo así como un ingrediente secreto, mio.

La forma de decir las cosas, simples pero tan profundas y sinceras a la vez, sin ningún atisbo de duda en su voz, como si fuera la única verdad entre ellos, era demasiado para Joel, sentirse amado, valioso, deseado, lo dejó de pronto mareado y conmovido hasta el alma. Nunca antes había conocido a nadie como Christopher, tan perfecto.

Joel saltó sobre el él, sentándose sobre su regazo, rodeó su cuello con sus brazos, besando sus labios torpemente, Christopher pareció sorprendido pero antes de que pudiera pensar tomó control del beso con ímpetu, apoderándose de su boca, explorando la boca del menor con desesperación, bebiendo de él como si hubiera estado muriéndose de sed y Joel era su oasis en el desierto, entrelazó su lengua con la suya, lamió cada centímetro de su boca, Joel soltaba gemidos apenas y audibles, ecanjaban, se pertenecían, se reconocían, se amaban. Eso era lo correcto.

El teléfono sonó, dejaron que quien fuera que llamaba se cansara y colgara, estaban tan absortos entre ellos que no podía importarles menos lo que pasaba alrededor, pero luego de algunos minutos más de insistencia en las llamadas entrantes ya no pudieron seguir fingiendo que no escuchaban nada. Christopher se alejó lentamente de él, respirando entrecortadamente aún, y Joel, con el rostro desencanajado, ligeramente ruborizado, los labios entreabiertos y aquella mirada brillosa, emitió un sonido inconforme, haciendo un puchero por la interrupción.

Descubriéndonos (Virgato)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora