- 7 -

3.9K 290 29
                                    

Mi visión se torna borrosa, quiero salir corriendo de aquí pero mis piernas no reaccionan, me da miedo gritar por ayuda e Izzy no ha llegado. No tolero ver tanta sangre en el piso y en las paredes, instintivamente me muevo hacia atrás, dejando la puertita semi-abierta, mis manos tiemblan más que mi cuerpo y mi respiración no se regula como debe ser.

Escucho pasos acercándose al cuarto de servicio y ya no sé si llorar de pavor o de felicidad.

– Todo terminó Mags, ven aquí. – La voz de Alec me alivia considerablemente.

– N-no puedo pararme. – Logro decirle entre sollozos. Pone el arma que aún sostenía, en la parte de atrás de su pantalón.

– Cierra los ojos, te sacaré de aquí. – Hago lo que me pide mientras siento sus manos en mi cintura para levantarme. – Estoy aquí, tranquilo bebé. – Me dice cuando me levanta para cargarme, rodeo su cintura con mis piernas. Me da ligeras palmadas con una mano y con la otra me sostiene fácilmente de la cintura.

Siento como nos saca nos de la casa por la puerta trasera, sigo sin abrir los ojos pero aún siento el horror del hombre tirado en el piso.

– ¡Alec! ¿Qué pasó? – Escucho la voz de Izzy pero no quiero sacar mi cara del cuello de mi protector, para verla.

– Tres hombres dentro y dos afuera, logré derribar a todos. No sé quiénes sean pero que vengan con ropa militar no me da buena espina. – Pensar que Alexander "derribó" a cinco hombres, me enorgullece a pesar de todo.

– Bien, ya viene la policía, ¿estás bien Magnus? – Sin salir de mi escondite le contesto más relajado.

– Sí, solo no quiero estar aquí. – Aprieto más el cuello de Alec cuando siento un ligero temblor.

– No te preocupes, pronto se irán, por cierto hermano, ¿no te duele esa herida? – Eso me hizo medio enderezarme mientras sigo en sus brazos.

– ¡¿Estás herido y me estás cargando?! Idiota, bájame ¡te voy a lastimar! – Mi miedo se transforma en desesperación por su culpa.

– Si te sigues retorciendo en mis brazos, dolerá, solo me rozó una bala. – Me dejo de mover para ver si su mirada muestra una pisca de dolor.

– ¿Estás seguro que estas bien? – Acarició su mejilla.

– Contigo en mis brazos, más que bien. – Lo vuelo a abrazar cuando da un pequeño salto para mantener mejor el agarre.

Después de que viniera la policía y registrara todo lo sucedido, los paramédicos nos checaron, nos quisieron separar varias veces pero con mis gritos desesperados, solo lograron sentarme a su lado mientras le veían el raspón. Me siento como un niño; sin embargo, el terror lo sigo sintiendo internamente y estar al lado de mi soldado me hace sentir completamente seguro.

– Vamos a la otra casa Alec, ésta gente se encargará de éste desastre, tomen, la policía me dejó tomar esto. – Izzy no da una mochila con algunas de nuestras pertenencias.

– Sabes que "esto" no se puede quedar así. – Alec revisa su arma y la coloca de nuevo en su pantalón.

– No te preocupes hermano mayor, Simon ya tiene las fotos de cada rostro. – Siento que estos hermanos por separado son aniquiladores pero juntos, son totalmente letales.

– De acuerdo, vamos bebé, te mantendré seguro. – Me toma de la mano y nos vamos caminando hasta llegar a una casa que está prácticamente escondida en el bosque. Cuando llegamos, noto que es más grande en comparación de la otra y su seguridad es notable.

– Papá y Simon le hicieron más arreglos a la casa familiar. – Dice Izzy con un guiño. – Está completamente rodeada de sensores, si alguien se acerca, una luz roja se activará en los cuartos; cada habitación es como un cuarto de pánico si lo activas; las ventanas son aprueba de balas y toda la casa se cierra automáticamente una vez que el número de personas que viven aquí, ya estén dentro de la casa. – Mi impresión es notoria y Alec solo asiente, ¿qué clase de militares son? Y sobre todo ¿Cómo es que mis papás se hicieron amigos de personas tan... Tan... Tan chingonas?

– Magnus y yo iremos a mi cuarto, ésta semana no irá a la escuela. – ¿Perdón?

– Lo siento, pero por lo general no me gusta que tomen decisiones por mí. – Digo seriamente. – ¿Estaré encerrado aquí una semana? – Una sonrisa de burla aparece en la cara de mí idiota.

– Sé cómo eres alteza, saldrás a otras partes, pero conmigo en todo momento. Esos hombres nos buscaban a adrede y en la escuela no te puedo proteger. – La pequeña molestia se me va provocando un sentimiento de ternura.

Después de acomodarnos en la seria habitación de Alec, me bañé y me cambié de ropa. Sintiéndome más seguro en ésta casa. Mientras espero a que Alec salga de bañarse, trato de dormitar un poco; los sonidos de los balazos regresan a mi cabeza, haciéndome abrir los ojos de golpe, es claro que me costará olvidar lo que pasó. La vibración de mi celular me saca de mis pensamientos y me espanto al ver quién llama.

– Hola mami. – Tienes que demostrar que estás bien Magnus, habla normal. – Todo bien por acá, la escuela genial y Alec es buena onda. – Bien Magnus, hablaste lo más rápido posible y ahora menos te creerán.

No te molestes hijo, ya nos dieron aviso de todo lo sucedido. – La mesurada voz de mi madre demuestra que se alteró bastante pero ya está aliviada, no me imagino a mí padre. – Tal vez tú no te acurdes de nosotros pero Alec nos prometió decirnos todo lo que pasará contigo. – Ups.

– ¿Todo? – ¿Todo será, completamente todo?

Sí, sabes que no nos molestan tus preferencias hijo, pero Alec es un buen muchacho, no lo vayas a lastimar. – Mi ceño se frunce mientras escucho como Alec cierra la llave de la regadera.

– ¿De qué hablas mamá? ¿Por qué lo lastimaría? – Una pequeña risa se escucha del otro lado del teléfono.

Magnus, siempre has sido descontrolado con eso de las parejas ¿qué ya no te acuerdas de la vida qué llevas? – Mi memoria vaga y recuerdo que sí, yo no soy de tener nadie a mi lado, solo me divierto y me acuesto con quien me parezca atractivo. Suelto un largo suspiro.

– Es cierto, me gusta jugar con las personas con las que me acuesto, me encanta divertirme cada viernes y tomar a cada rato... – Mi soldado sale del baño en pijama con la mirada hacia el piso, mientras se dirige hacia la puerta a paso rápido para irse. – Pero con Alexander cambié. – Su mano sujeta la perilla antes de abrir la puerta. – Él me ha estado enseñando lo que en verdad importa, me ha cuidado, tolerado y sobre todo, me ha aceptado como soy. – Hace una sonrisa que me provoca mariposas. – Lo quiero mamá, quiero seguir con él. – Voltea su cuerpo hacia mí y se sienta en la orilla de la cama.

Estarás todo el tiempo que quieras Magnus, otro día hablamos hijo, cuídate.

– ¿En serio me quieres? – Me pregunta después de dejar el celular en la mesita de al lado.

– Pues me sigues cayendo un poco mal. – Le provoco, una gran risa que me eriza la piel. – Pero sí, te quiero, Alexander.

Me acerco a él para mover mechones de cabello mojado, que tapan sus hermosos ojos, le doy un casto beso en sus suaves labios y pongo mi frente sobre la suya.

– Tengo miedo otra vez y no puedo dormir. – Alec nos acuesta bien sobre la cama, poniendo mi cabeza en su fuerte pecho.

– Se te pasará, vigilaré tus sueños estando a tu lado. – Siento mi cara calentarse.

– ¿Quién iba a decir que el soldado serio era tan cursi? – Rodeo su cintura con mi brazo, apegándome más a él.

– ¿Quién iba a decir que la alteza iba a querer a un soldado tan serio? – Su corazón se acelera al mismo ritmo que el mío.

Quiero seguir a su lado, ser independiente no es lo mío pero por una vez más quisiera depender solo de él para enseñarme a ser mejor persona... A ser mejor, para él.


Creo que wattpad me troleó, hasta ahorita pude subir un capítulo /: Espero que les haya gustado:)

MI GUARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora