VII
Durante varias noches estuvo encontrándose con Vernon, sin poder dormir bien decidió que no era su prioridad trabajar, no tenía el corazón para decirle que no al pequeño con cada noche que llegaba tocando la puerta o quedándose esperando fuera del lugar, le parecía tierno y frágil, como un niño callejero al que le daba hogar por unas horas, exceptuando que no era un niño como él lo comprendía.
Mientras que lo ve recoger del suelo varias cosas que Mingyu había escondido antes de que oscureciera se pregunta cómo será ser un Oscuro, porque ver a Vernon lo hace dudar de sus vidas, lo hacen pensar que no solo es destruir o comer personas.
—¿esto se come?— Preguntó Vernon poniendo en alto el chocolate que había escondido. Mingyu lo iluminó con la linterna.
Otra cosa que había intentado era alimentarlo con algo que no fuera carne, como dulces galletas y verduras, muchas verduras a las que el niño hacia muecas pero Mingyu terminaba encontrando una manera de hacerles parecer deliciosas. Vernon también comía arroz, incluso esa noche Mingyu había preparado algo para que ambos pudieran comer. Intentaba, quizás de forma ingenua, domesticarlo.
—Quítale la envoltura.
Vernon la observó vario rato.
—¿Puedo llevarlo a casa?— Mingyu asintió pensando que lo comería despues. —Mingyu... ¿puedes acompañarme a un lugar?
Duda por un segundo, pero es porque han sido varias noches en las que ha estado con él que confía un poco y extiende su mano para tomar la del pequeño quien lo guía a la oscuridad. Enciende la linterna, la potente linterna que esta seguro lo protegerá de cualquier cosa y se deja guiar.
Sabe que no debería, que salir del resguardo de los faros esta mal, pero no puede desconfiar de Vernon ni siquiera cuando sus pequeños ojos brillan en verde. Tal vez Mingyu sea blando y no pueda decir que no, pero ese pequeño niño hace que el corazón le tiemble cada vez que parece estar triste.
Se deja guiar por las calles oscuras solo escuchando los grillos y otros insectos alrededor, nadie en su sano juicio saldría cuando se han dado cuenta de que los faros realmente fallan, pero tampoco hay Oscuros alrededor, y Mingyu le pregunta por ello cada vez que sale el tema. Vernon solo responde "están haciendo algo y los niños se alejan de mi" dando a entender que los demás oscuros se alejan de Vernon, y eso a Mingyu se le hace cruel porque al niño parece afectarle.
Vernon es un misterio, habla de un monton de cosas que no llegan a mucho, o se queda callado divagando cuando comen, Mingyu no puede saber que hay en la cabeza del niño, tampoco puede hacerse una idea de ello. Pero fuera de ello Vernon no es alguien extraño en una mala forma, es adorable, amable, no el amable en el sentido de cordial, es amable en el sentido de que es fácil amarlo.
"no salgas si no escuchas mi voz" eso fue lo que le dijo el pequeño cuando Mingyu se atrevió a salir de la luz, y en ese momento a Mingyu le pareció que Vernon era un poco más maduro. "Tienes que escucharme, yo puedo ver, tu no"
"¿y si te veo?"
"No, Mingyu, tienes que escucharme decirte que puedes salir, no importa si me ves"
"Pero si se que estas ahí..."
"¡Mingyu voy a morderte!"
Observando a Vernon se pregunta cómo ese pequeño puede vivir entre oscuros, esos seres que destrozan cuerpos humanos, se pregunta cómo puede ser posible que haya inocencia entre ese negro profundo de la noche. Nunca ha visto a un oscuro en persona, quizás a los niños, pero no a un adulto que se supone tiene toda la capacidad de destrozarlo, y ni siquiera sabe si realmente lo quiere ver, aun les teme despues de tantos años.
ESTÁS LEYENDO
Oscuro [Meanie][m-preg]
Fanfic[Los oscuros son, como los llama Mingyu, vampiros que no beben sangre sino que comen carne humana, con uñas y dientes que rasgan la piel y ojos que brillan en la oscuridad, a veces verdes, azules, blancos o rojos dependiendo del oscuro en cuestión...