Capítulo 3

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Se queda dormido bajo la protección de la luz, si se apaga está confiado en que al menos dormirá, asi que lo hace manteniéndose al tanto por si la siguiente luz se enciende para poder correr hacia ella, pero le parece inútil porque el único faro funcional parece ser el suyo.

Tiembla y se cubre con el abrigo de Minghao, es cómodo y abrigador, tanto que olvida el frio por varios minutos cundo se abriga, pero el suelo es tan duro que le es imposible mantenerse en una sola posición. Abre los ojos por un segundo y puede ver que un faro esta encendido, lo divide uno apagado por lo que no podría moverse de ahí.

Logra distinguir con que fue que se tropezó y el flashback le llega.

La señora corriendo con su hijo en busca de un buen vino.

Puede ver la sangre y parte del cuerpo de ella, un brazo ya no está en su lugar y esta despedazado, su ropa fue rasgada y el interior de su estómago solo sobresalen las costillas ensangrentadas, porque el interior parece vacío, es una vista que lo hace gemir de terror e intentar alejarse lo más posible. Esas cosas estuvieron comiendo de ella en todo ese tiempo y puede observar como la frente de la mujer está destrozada.

Un sollozo lo hace reaccionar, es el niño. Intenta acercarse conteniendo las ganas de vomitar, gatea hasta escuchar mejor y efectivamente era el llanto de un pequeño entre la oscuridad, quizás los oscuros sigan ahí, quizás el niño corre peligro.

—Hey...— susurra y el sollozo se detiene un momento. —Ven acá, es peligroso que estés en la oscuridad, ve a la luz.

Puede ver las manos ensangrentadas del pequeño estar sobre el cadáver de la mujer, le sostienen la ropa y a Mingyu se le destroza el corazón que alguien tan pequeño tenga que pasar por eso. Lo vuelve a llamar en un susurro observando a ambos lados a pesar de no poder ver nada, quiere que el pequeño corra hacia él, pero sabe que es más fácil que se quede donde esta y se proteja, eso hasta que la luz sobre la señora y el niño parpadea.

—Ven, cuidare de ti.— Le promete y extiende su brazo con miedo, solo quiere poner a salvo al pequeño que perdió a su madre. —No tengas miedo, solo debes correr rápido.

No puede ver al niño, pero sabe que le ha escuchado porque distingue cuando corre, y su corazón late tan rápido y con tanto miedo que no puede respirar hasta tenerlo entre sus brazos. El pequeño se hunde en su pecho, llora y se oculta con las manos llenas de sangre, por un momento se preocupa porque no sabe si ha sido lastimado o es de la madre. Le acaricia el cabello con cariño y lo abraza porque él también necesita consuelo, deja de sentirse tan solo y lo protege como puede, lo intenta calmar.

Arrulla al niño abrigándolo aunque su pequeño cuerpo es caliente, podría tener fiebre por haber estado en la oscuridad tanto tiempo y es por eso que lo abraza con más fuerza para que deje de sentir frio. Es tan pequeño a comparación suyo que le parece frágil, por eso deja que siga llorando incluso antes de decirle algo. El silencio de la noche le parecía infernal, pero ahora, con un niño llorando, lo siente lamentable y triste, depresivo.

—Estas a salvo.— Le murmura.

Poco a poco los sollozos del pequeño van disminuyendo, eso es una buena señal porque significa que podrá hablar con él. Lo aparta para poder verlo mejor y limpia sus lágrimas, el rostro infantil le agradece y le regala una sonrisa temblorosa. Perder la madre siempre es difícil, y hacerlo de una manera tan cruel hace que Mingyu quiera ponerse a llorar con el niño, pero el pequeño parece ser fuerte y recuperarse poco a poco del trauma.

Parece extranjero, lo reconoce por todos los rasgos que los diferencia, se pregunta si el padre seria de otra nacionalidad, también se pregunta cuan preocupado estaría el hombre esperando a que llegasen su esposa e hijo.

Oscuro [Meanie][m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora