6.

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NamJoon es feliz, tiene una mascota, sus papás le hicieron su comida favorita y ya tiene cortinas.

—Y entonces mi papi me sorprendió con unas cortinas de cabezas de conejito YoonGi , esto es lo más precioso que he visto y...

~ ¿No pudieron ser unas cortinas normales?~ Estaba hablando por teléfono con YoonGi, al parecer el bajito era la única persona con la que él podría manifestar su emoción y alegría.

—Pero estas me gustan— formó un puchero mientras miraba sus cortinas.

~Eres ridículamente tierno~ YoonGi soltó una carcajada.

Nam sonrió y siguió mirando sus cortinas, sin esperarlo una piedra atravesó su ventana levantando las cortinas y golpeando la frente de Nam, el impacto le hizo trastabillar, pero se sostuvo del tubo del doncel de su cama.

De su frente brotó un hilo de sangre. Sollozó un poco, le dolía su frente y sentía que punzaba.

~ ¿Nam? ¿Estás bien?~ YoonGi había escuchado los quejidos de dolor de su amigo

—Alguien lanzó una piedra por mi ventana y me pegó— algunas lágrimas bajaron por sus mejillas, maldijo al golpe por sacárselas.

Escuchó pasos acelerados por las escaleras de su casa y después la puerta de su habitación se abrió de golpe dejando ver a Jeongguk, estaba muy agitado y parecía preocupado. Se acercó a Nam y tomó su rostro entre sus manos, al ver el hilito de sangre escurrir de su frente gruñó un poco.

—Creí que tu ventana estaba cerrada, de todas formas no calculé bien el tamaño de la piedra. — Chasqueó la lengua y caminó por la habitación de Nam hasta entrar al baño. Notó la mirada interrogante del menor— Tu padre me dejó entrar.

~¿Esa fue la voz de Jeon Jeongguk?~ preguntó YoonGi entre chilliditos~Se una perra mala~ y colgó.

Nam lanzó su teléfono a la cama y se acercó a su tocador para mirar la herida, Jeon salió de su baño con una toalla húmeda.

—Déjame ver— pidió.

Nam se dio la vuelta y Jeon comenzó a limpiar la sangre, Nam no podía evitar mirar directamente el rostro serio y preocupado de Jeon.

—Perdóname.

— ¿Por qué la lanzaste? — preguntó

—Creí que tu ventana estaba cerrada, además como tienes cortinas no vi bien, de todas formas no medí bien el tamaño de la piedra. — rascó su mejilla y sonrió.

— ¿Qué necesitabas?

—Emm, bueno— Lucía nervioso, movía su pie de un lado a otro—Sólo quería hablar, me gusta cuando hablamos.

—Awww— Nam se acercó a Jeon y le apretó las mejillas—Claro, ¿Sobre qué te gustaría hablar?

Jeon sonrió, sus mejillas se tiñeron de rosa, y sus manos picaron por posarse en la cintura de NamJoon.

Se sentaron en la cama de Nam, hablaron de tonterías, de vez en cuando Nam tomaba una de las manos de Jeongguk y jugaba con sus dedos, para el mayor era cada vez más difícil apartar sus ojos de Nam. Tal vez sólo era el deseo que tenia de verlo en su kigurumi mientras lo monta.

—Oye— dijo interrumpiendo la interesante platica sobre quien era más tierno, si Gudetama o Ryan, Nam levantó las cejas curioso— ¿Podrías darme un beso en la mejilla? —preguntó, no muy seguro de donde había salido aquello.

Nam le sonrió, se estiró y le besó la mejilla.

El corazón de Jeongguk hizo "Dum, dum"

Ride MeWhere stories live. Discover now