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Los recién casados entran a su nuevo hogar -auspiciado por sus padres- cargando cada uno con sus respectivas maletas-bolsos y pertenencias. Ven la pequeña casa de un piso, que se ve bastante acogedora gracias a lo rústico de la decoración. Colores rojizos, blancos y negros son los que predominan en la estancia principal, viéndose un poco más al fondo un largo pasillo que según Taehyung daba a las habitaciones.

Camina sin esperar que Jungkook le diga algo, yendo directamente a buscar donde dejar su ropa y ver si sus padres no le habían dejado algún tipo de sorpresa. La verdad ya estas alturas de la vida puede esperarse cualquier cosa de parte de su familia.

Ve que hay dos puertas, una a cada lado del pasillo y termina por adentrarse a la que tiene a la izquierda, encontrándose con una hermosa habitación matrimonial. Bien, esa sería suya. Le valía lo que quisiera Jungkook.

Lanza la gran maleta sobre la cama escuchando pasos a su espalda e intenta ignorarlos. Ve que un lado de la cama hay un gran ropero que se ve lo suficientemente amplio como para que sus cosas puedan ser guardadas en perfecto orden. Está abriendo su maleta, cuando un bolso mediano cae también en la cama.

— ¿Qué rayos haces? – Pregunta molesto el rubio omega, colocando sus manos sobre su cadera en intento de intimidar al otro. Cosa que era imposible debido a sus rangos.

— Está también es mi habitación, así que deja de joder. – Contesta Jungkook sin mirarlo, abriendo el bolso azul y saca lo que parece ser un neceser de limpieza, además de una toalla.

— ¿Cómo que tú habitación? ¡Vete al otro!

— Por si no lo has notado, la otra puerta es la del baño. Solo hay una habitación Taehyung. – Bufa y trata arduamente no enfadarse apenas han llegado a su nuevo hogar. Pero el tonto omega era tan desesperante, que durante todo el camino hasta la casa pensó en mil maneras de cómo estrangularlo para que dejara de hablarle de esa forma.

Taehyung está a punto de reclamarle que se largue al otro cuarto, cuando Jungkook se saca la camiseta de un solo movimiento y la lanza sobre la cama. Las mejillas del omega están a punto de explotar, sin contar con que su boca está a punto de tocar el suelo ante la impresión de lo que ve.

Bien, eso no se lo esperaba. Tampoco esperaba tener que ver los maravillosos músculos que adornaban el sexy cuerpo del alfa.

¿¡ACABABA DE PENSAR QUE ERA SEXY!?

— Cierra la boca...– Se acerca Jungkook con una sonrisa socorrona en el rostro, tocando con extrema suavidad la mandíbula del rubio que se estremece ante su tacto. – Se te cae la baba.

Y es suficiente para que comience a lanzar golpes a diestra y siniestra. El alfa escapa riendo, solo para encerrarse en el baño escuchando los agudos chillidos de su esposo.

Esposo.

Sí, Taehyung ahora era su esposo. Y aunque toda su vida había existido cierta barrera entre ellos, piensa que tal vez no sería tan malo convivir juntos. Incluso podría resultar hasta divertido y bueno para ambos. Pero claro, probablemente sólo él pensará así. Ya que los horribles alaridos del omega fuera del baño, le impedían escuchar la música de su teléfono.

— Ah, dulce hogar. – Ríe roncamente Jungkook, ante los divertidos insultos que brama Taehyung en el pasillo.

Solo esperaba que no terminarán matándose el uno al otro.

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