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Ya ha pasado casi un mes desde que Taehyung y Jungkook conviven. Las cosas no han mejorado, pero tampoco han empeorado Gracias a Dios. Se mantienen bastante neutrales en todo lo que respecta al otro y solo se limitan a interactuar lo justo y necesario.
Hoy era viernes y debían ir a hacer las compras para la semana, cosa que tenia un poco inquieto al omega. Taehyung no había salido de casa desde que habían llegado al nuevo hogar, solo por el miedo de ver cómo la gente comenzaría a mirarlo al ahora estar "casado" y además sin tener una marca en su cuello. Si bien, nunca había sido alguien que resaltara demasiado entremedio del pueblo. Más ahora que se había contraído matrimonio con Jungkook -el alfa más popular del momento- estaba más que seguro que más de alguno le estaría observando juzgadoramente en el supermercado.

— ¡Taehyung, apresúrate! – Le insiste Jungkook, asomándose a la habitación al no ver al omega en la entrada como le había ordenado hace unos minutos atrás. – ¿Es en serio?

El alfa se golpea la frente al ver un bulto en la cama y da grandes pasos hasta llegar a lado izquierdo de esta. Toma las mantas que cubren al omega y las quita de un solo movimiento, dejándolo al descubierto. Taehyung se hace más pequeño a pesar de no estar bajo ya las telas que le daban un poco de seguridad y evita por todos los medios encontrarse con los azules ojos de su marido.

— Vamos, Tae...– Lo sacude un poco, observando por fin que este tiene los ojos cerrados con fuerza y se niega a hacerle caso. – Se llenará de gente más tarde, ¡Vamos!

— ¡No quiero ir! – Chilla cuando su cuerpo es volteado y su espalda queda pegada contra el colchón, quedando a la vista de Jungkook. – Me siento mal...– Dice con voz lastimera, desviando su mirada hacia otro lado al no saber mentir y lucha totalmente en vano.

— ¿Dónde te duele? – Le pregunta el alfa sonando comprensivo, pese a que por dentro estaba riéndose por el infantil actuar del otro.

— ¿Ah? Eh...bueno...me d-duele..¿¡Qué haces!? 

Una mano comienza a colarse por debajo de la camiseta de Taehyung, asustándolo inmediatamente por el repentino y suave tacto en su piel. Mira espantado al alfa que se ha ido subiendo a la cama sin notarlo, colándose pronto entremedio de sus delgadas piernas y suspira. Quiere gritarle a Jungkook que es un irrespetuoso y un pervertido, pero pese a que todo es tan de pronto, no quiere dejar de sentir sus manos por su cuerpo por más que diga que lo detesta. Hace días han estado jugando a tocarse y olfatear al otro sin previo aviso, siendo Jungkook quien siempre comenzaba ese tortuoso juego. Cuando menos se lo esperaba, el alfa iba y levantaba su camiseta, tocando la suave piel de su estómago o espalda, para luego abrazarlo y olfatear su cuello con gusto por algunos minutos. No sabían porque habían comenzado a hacerlo. Y sabían que si continuaban con ello, la gran tensión sexual que se había ido acumulando entre ambos no tardaría en explotar.

El estómago de Taehyung comienza a cosquillear a la par que una ola de calor invade su cuerpo. Jungkook lentamente ha ido descendiendo hasta recostarse casi por completo sobre él, sin estar aplastándolo. El alfa tiene una mano sobre el colchón para apoyarse, mientras la otra aún juguetea sobre el estómago del omega y lo hace soltar pequeños suspiros de satisfacción, que lo hacen inflar el pecho de orgullo por lo que ha logrado con los días. Los dorados ojos de Taehyung buscan a los azules de Jungkook y no pasa mucho cuando ambos notan cierto deseo en los orbes ajenos.

Se les estaba escapando de las manos.

Y aunque anteriormente se detenían cuando veían que las cosas se estaban saliendo de lugar, en ese momento ninguno se estaba alejando. Jungkook deja de tocar la piel de Taehyung y busca casi con desespero las manos de este para colocarlas por sobre su cabeza, mientras entrelazan sus dedos con ternura. Su respiración ha dejado de ser pausada y en lo que único que puede pensar es en hundirse en el cuello del rubio que lo observa con demasiada tranquilidad.

Quizás todo se debía a aquella pequeña marca en el cuello de Taehyung que los hacía actuar irracionalmente. Y gracias a que ya habían tenido una pequeña probadita del otro, ahora querían mucho más.

— Taehyung...– Jadea ronco Jungkook, pasando su nariz por el cuello de su omega y se estremece cuando lo siente moverse bajo su cuerpo. Aquel leve movimiento provocaba que sus entrepiernas se toquen, cosa que aumenta el deseo en ambos y que el alfa comience a repartir suaves besos por la piel descubierta del omega.

Un escalofrío recorre el cuerpo de Taehyung en cuanto siente unos cálidos labios besar su cuello, haciéndolo contener la respiración. Pese a todo el jugueteo que habían empezado, jamás se habían besado o tocado más de lo debido. Pero ahora que Jungkook lo estuviera haciendo, solo hacía que el incendió en el interior de cada uno ardiera con más potencia y si no se detenían, terminarían quemándose.

— J-Jungkook...– Se escapa suavemente de los labios del rubio, no importándole en absoluto al estar tan concentrado en las caricias y besos que el alfa reparte con tanto cariño.

El pelinegro se alza solo un momento ante la repentina necesidad de hacer algo. Ve como el rostro de Taehyung ha adquirido un lindo color rosa en las mejillas y como sus labios están entreabiertos soltando suaves suspiros.
Se relame mirando fijamente al omega y desciende poco a poco, solo para rozar sus labios con los dé Taehyung.

Deseaba besarlo con tantas ansias, que se sentía quemar por dentro.

— P-pídemelo...– Susurra lastimeramente Taehyung, sorprendiendo al chico que tiene una guerra interna al no saber si debe continuar o detenerse.

— ¿Quieres que lo pida...? – Murmura como respuesta, en el mismo tono bajo que ha ocupado el rubio. Jungkook lo ve asentir suavemente con el rostro, provocando de paso que sus labios se rocen aún más. Debe tragar duramente para formular aquella vergonzosa proposición y no terminar en ridículo frente al mayor. Siempre cabía posibilidad de que Taehyung solo se encontrara jugando cruelmente con él. Dios, se iba a volver loco por culpa de ese omega. – Taehyung...Tae...– Comienza diciendo, pero siente que necesita decir algo más que solo el nombre del chico en ese momento. Algo que ha estado intentando reprimir por todos esos días en los que lo veía dormir como un bebé o cuando cocinaba las escasas comidas que sabía hacer. Aquel apodo con el cual le había estado llamando internamente y que aún no se había atrevido a decir hasta ahora. – Amor...déjame besarte, por favor...

Y es en ese momento en el que la relación de Jungkook y Taehyung daría el primer gran paso.











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No me odien, en el otro capítulo sabrán que pasará xDD

MXN

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