tierra: inesperado

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Mis padres se habían ido solo hace 10 minutos y ya me arrepentía de haber dicho que quería estar sola. Ahora mismo me sentía muy angustiada y con Agoney estudiando para su examen solo me quedaba una persona con la que entablar conversación: Mimi.

Seguro que era de las típicas que se encerraba en la habitación y solo salía para comer o sus necesidades básicas.

No quería estar sola, porque me conocía y como siguiera mucho tiempo así entraría en un bucle de pensamientos negativos nada más llegar, y no me convenía para nada.

Vi que Mimo se había acomodado en su camita y le cogí para que se viniera conmigo a hacerme compañía obteniendo un maullido como respuesta.

Llegué al salón y no había nadie pero la televisión estaba encendida. Descubrí que una pequeñísima parte de mi estaba decepcionada porque Mimi no estaba allí.

Me senté en el sofá en frente de la tele y, como no tenía otra cosa que hacer y el mando estaba muy lejos de mi alcance para cambiar de canal, decidí ver la típica película aburrida de domingo por la tarde.

Iba sobre un pueblo de costa en el que de repente comenzaron a registrarse asesinatos por ataques de tiburón.

-El chico que parece bueno es el que mata a todas las chicas del pueblo arrojándolas a los tiburones. Su novia lo descubre e intenta matarla pero consigue escapar – me sobresalté porque estaba ensimismada mirando a la tele pero sin prestarle atención realmente.

- No te asustes mujer, que no muerdo. De momento. – me guiñó un ojo uno de los chicos más guapos que había visto en mi vida.

- Soy Ricky, uno de tus compañeros de piso. Supongo que tú eres Ana – continuó.

Yo seguía sin hablar porque mi cerebro aún no comprendía qué hacía aquel chico allí. 

Mimo se levantó de mi regazo y fue a saludar a Ricky frotando su cuerpo con la pierna de este.

-Ana empanada, voy a pensar que tu gato es más persona que tú como dice la canción de Pablo López. – comentó ganando mi carcajada y haciendo que me levantara a saludarle.

- Eres mi salvador, pensaba que iba a tener que estar sola aquí toda la tarde. Por cierto, creo que le caíste bien a mi gato- Mimo no paraba de dar vueltas a su alrededor.

- Yo le caigo bien a todo el mundo amiga- decidido. Me tenía ganada. Con la suerte que tenía y tratándose de mi, seguro que ya tenía novia.

Sí, esa era yo adelantándome a acontecimientos. Mi mente ya había recreado un millón de situaciones románticas con él. De hecho, ya estábamos casados y todo.

-Bueno, y cuéntame ¿qué estudias? ¿qué haces aquí? ¿por qué has decidido vivir aquí? ¿cerveza o café? ¿color favorito? – me interrogó sacándome una sonrisa. Ahora mismo era la persona que más apreciaba en el mundo. Las preguntas más simples de la historia de la humanidad me habían alegrado el día.

- Pues he venido aquí porque buscaba algo diferente y esta ciudad me parecía preciosa para empezarlo.

- Esta ciudad me ha dado todo lo que soy y tengo ahora- sonrió nostálgicamente supongo que recordando su inicio aquí- Al no ser una de las ciudades más importantes de España en el mundo del espectáculo – me explicaba - hay muchas más oportunidades. Pero es un secreto, no lo vayas diciendo por ahí que nos roban el trabajo a Mimi y a mi. Trabajamos en musicales– dijo de forma cómplice.

- ¿Mimi se dedica a eso?- dije sorprendida. No me pegaba nada. La veía más como una estudiante de derecho o ADE no sé por qué.

- ¿Algún problema con eso amiga? – ahí estaba de nuevo. Solo escuchar su voz había hecho que cambiara mi postura corporal pero no pude evitar responder.

- ¿KAAAAMIGA? – dijimos al unísono Ricky yo mirándonos asombrados, en parte por la conexión mental, en parte porque ninguno de los tres esperaba que yo saltara así.

Ricky estalló en carcajadas mientras Mimi no reflejaba ningún atisbo de alegría.

-Venga Mimi, no seas tan dura con Anita que está empanada y es su primer día aquí- le dijo intentando calmar su humor.

-Mira Ricky te voy a explicar: primero me encuentro con su gato desafiándome a mi y a Bagira en el pasillo -miré hacia Mimo y estaba ahora en una posición de desafío también- después la encuentro hurgando en mi habitación- Ricky miró hacia mi incrédulo y yo me avergoncé – y después me llama Mowgli.

Ricky intentaba aguantarse la risa penosamente bajo la mirada enfadada de Mimi.

-Y ahora esto. Además ¿qué estudias tú? ¿eres catedrática ahora? – me preguntaba.

- Estudio educación primaria- dije tajante.

- Pinta y colorea vaya – dijo con sonrisa de suficiencia. Me caía mal. Muy mal. Generaba unos sentimientos de odio en mí que nadie había logrado despertar nunca.

- Qué original, innovador, fantástico – dije irónicamente molesta.

- Uy, si nuestra Anita tiene carácter- dijo Ricky – Mimi no hagas como que odias esa carrera cuando te encantas los niños.

- ¿Qué habla Ricky?- dijo con su acento más granaino. No lo había notado hasta ahora pero debía ser de aquí- Si yo odio los niños.

- Pues cuando los tengamos nosotros verás como no los odias tanto- le dijo agarrándola del cuello y plantándole un beso en la boca.

Esto si que no me lo esperaba para nada.

Los cuatro elementos | WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora