Los cuatro elementos | Warmi

Aire: el mayor de mis problemas

-¿Por qué no me sorprende que ese sea tu color favorito? Parece que no soy la única básica aquí- le contesté cuando me dijo que el rojo era el color que más le apasionaba.

Me sonrió juguetonamente, le encantaba que la vacilara. Y a mi me encantaba esta Mimi, la que me dedicaba sonrisas tan dulces que me podrían dar diabetes.

Después de que Mimi me hubiera dicho que quería que "la pillara" habíamos empezado a jugar al famoso juego de las veinte preguntas y, por supuesto, siendo lo más cliché posible la primera había sido el color favorito.

Estábamos sentadas con las piernas cruzadas en la cama una en frente de la otra ya sin Bagira, por suerte o por desgracia según como se mire, porque ahora no había nada que nos separara.

-No me sorprende de todos modos. Si me hubieras preguntado con que color te asociaba sería con ese- le informé.

-¿Por qué?- me preguntó intrigada y frunciendo el ceño.

De verdad que tenía que empezar a dejar de ser tan impulsiva porque me metía en unos follones yo solita...

-Pues...-dudé porque la única respuesta que se me ocurría era porque el rojo es el símbolo del fuego y eso era lo que ella causaba en mi interior.

-Porque derrochas fuerza allá a dónde vas. Como cuando te vi en la Sala Prince cantando la canción de Lady Gaga- Mimi bajó la cabeza avergonzada- es que es increíble, parecía tuya...porque eres de esas personas que se nota que persiguen sus sueños hasta que lo consiguen, y porque...-

Me quedé pensando porque me había lanzado, pero todo lo que pasaba por mi mente no era susceptible a que fuera escuchado por ella. Al menos por ahora.

Mimi alzó la cabeza de nuevo como consecuencia de la pausa y clavó sus ojos en mí.

No sé cómo lo hacía, pero de verdad que cada vez que me miraba era capaz de transportarme a donde ella quisiera.

-Por eso- solté.

- ¿Por qué? - musitó sin desviar la mirada.

-Porque cuando me miras eres capaz de cambiar la ley de la gravitación universal.

Emitió un suspiro inaudible. Su expresión facial no cambió en absoluto, pero si lo hizo el ambiente en la habitación. De repente todo era más silencioso.

Todo, excepto los latidos de mi corazón.

-Ella, física- al fin habló cambiando el rumbo en el que estaba yendo la conversación y liberando la tensión del momento.

Quizás es que habían sido imaginaciones mías y todo eso de la conexión me lo estaba inventando, porque si me ponía a observar la situación objetivamente Mimi parecía tan normal.

-¿Y cuál es el tuyo? – me preguntó ella.

-Azul- dije casi sin ganas porque por alguna razón estaba decepcionada.

¿Decepcionada con qué, Ana?

Estabas tan genial con tu compañera de piso que de hecho tenías dudas sobre si te odiaba o no. Y te estaba demostrando, haciendo el esfuerzo de conocerte, que no, no te odiaba.

Así qué ¿por qué coño estaba decepcionada?

-You were red- de repente empezó a hablar en inglés Mimi mientras colocaba la cabeza en la almohada. La verdad es que a mi también se me estaban empezando a entumecer las piernas- and you liked me because I was blue...- hizo una pausa mirandome como si esperara que yo dijera algo, pero yo estaba tan estoica como ella.

-Nada ¿no?-soltó poniéndose tumbada hacia mi lado y dejando escapar una carcajada.

Creo que me había perdido algo porque no estaba entendiendo nada.