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Se desanudo la corbata con un movimiento brusco antes de dejarse caer en el sofá. Había sido un día largo, había sido una semana larga y agradeció que estuviera a punto de terminar. Un día más, se dijo cuando dejó que sus ojos se cerraran un momento.

"Un maldito día más y se acaba" se repitió soltando un pequeño suspiro.

Era pasada la media noche cuando entró en el pequeño departamento y aunque esperaba encontrarse solo no se sorprendió cuando al abrir los ojos nuevamente encontró un rastro de ropa que llevaba directamente a la habitación principal. Se levanto despacio y con pasos perezosos recogió las prendas que iban apareciendo en su camino.

– Vaya que eres un desastre –susurro para si mismo cuando por fin se encontró dentro de la habitación. Hyejin dormía tranquilamente en la cama, respiraciones lentas, el cabello revuelto y aún un poco húmedo, los labios entre abiertos y lo que Yoongi reconoció como su suéter favorito– Yah... ¿Que no se puede poner su propia ropa?

Se dirigió lentamente hasta la chica y deposito un pequeño beso en su mejilla antes de seguir hasta el cuarto de baño. Se desvistió despacio y dejando que la tina se llenara un poco observó su reflejo detenidamente en el espejo, tenia más color en las mejillas y su piel se veía más saludable, tal vez había subido un poco de peso pues aquella semana tuvo mas apetito del usual.

Trazó las líneas de sus clavículas y bajó lentamente por sus costillas hasta llegar al pequeño dibujo que adornaba su piel, observó en detalle los suaves movimientos que realizaba y no se dio cuenta cuando dejó escapar un suspiro de alivio.

Y es que no lo diría en voz alta, ni sé lo aceptaría a la rubia que yacía en su cama, pero aquellos momentos donde podía observar un océano un poco más calmo le hacían sentir tranquilo. Y es que ¿como iba a aceptarlo? ¿Como se decía en voz alta que en realidad aquella pequeña mancha de tinta le provocaba tanta felicidad?

¿Como se hacia cuando ni siquiera él mismo lo entendía? Era difícil. No podía, se repetía una y otra vez, pues aquella chica de linda sonrisa dormía a gusto en su cama y él no iba a hacerle daño.

Y mucho menos iba a inflar los cuentos de hadas de HyeJin, no señor. Eso no lo iba a hacer.

Entonces, tras un momento, un par de jadeos ahogados llegaron hasta el cuarto de baño de manera inesperada– No... y-yo... No –se escuchó– H-ho...

Pesadillas. HyeJin tenía pesadillas de nuevo.

Yoongi salió rápidamente del cuarto pero fue tarde, la chica estaba sentada sobre la cama con la respiración pesada y la mirada fija en la ventana– ¿Estas bien? –pregunto el pálido que se había detenido en el marco de la puerta– ¿Te traigo un té?

La rubia se giró a verlo rápidamente, los ojos brillantes y una fina capa de sudor cubriéndole la frente– Yoongi... –soltó en un susurro antes de inhalar profundamente– ¿Que clase de fetiche tienes ahora que siempre andas desnudo? –Soltó antes de empezar a reír a carcajadas provocando un sonrojo bastante notorio en las mejillas del chico–

– Un día de estos deberías caerte de la cama mientras tienes una pesadilla y golpearte la frente por tonta –replico el azabache antes de encerrarse nuevamente en el cuarto de baño–

"Al menos..."

Un suspiro.

Al menos aquella no había sido como una de esas noches donde la chica lloraba entre sueños y pedía perdón mil veces tras balbucear su nombre. Al menos no había sido una de esas, donde algún tipo de culpa no la dejaba dormir tranquila y temblaba en la cama. Pero enserio, el azabache agradecía que aquel día la rubia no hubiera saltado a sus brazos balbuceando que podía explicarlo todo.

Que algún día podría explicarle todo.

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Sailing ~Sope~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora