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Miércoles 28 Noviembre.

Yoongi se encontró en el estudio de la rubia una vez más.

Sentado en el suelo con la mirada perdida entre los estantes semi vacíos, las cajas olvidadas y los papeles revueltos, el azabache sintió nauseas de nuevo.

Hyejin se había marchado y aunque había visto el dolor dibujado en el rostro de la rubia mientras lloraba y le decía que lo lamentaba tanto, sentía que era él quien tenia el corazón roto. El aire parecía faltarle cuando pensaba en ella y las emociones en su interior parecían atarse en tantos nudos como fueran posibles en cuanto su voz volvía a aparecer en su mente.

Hablaron por ultima vez cuando la chica le informo que había llegado a su destino a salvo; estaba en busca de un piso para ella sola, tal vez un estudio en algún barrio lleno de galerías de arte, panaderías y una que otra tienda de velas aromáticas... eso fue lo que dijo antes de romper a llorar de nuevo y pedirle espacio y tiempo... Como si tuvieran quince años de nuevo.

Yoongi acepto, prometio no llamarla, la elimino de sus redes sociales como la chica pidió a cambio de que ella prometiera que le escribiría alguna vez, un día cuando sintiera que pudiera hacerlo sin sentir que el corazón iba a detenérsele por puro dolor, pues eso era lo que Hyejin sentía cada que hablaban, cada que pensaba en el azabache y fue lo que sintió cada uno de sus últimos días a su lado.

Yoongi se levanto de golpe y negó con la cabeza. Se había ido y no iba a volver, probablemente no sabría de ella en mucho tiempo y Hyejin había sido muy clara:

"No mires atrás Min, por que no voy a estar allí".

En ese cuarto la rubia había decidido marcharse, había escrito libretas y diarios, había dibujado y pintado infinidad de veces y había retratado su historia juntos en tantos lienzos y bocetos diferentes que serian imposibles de contar y Yoongi no sabia como lidiar con ello sin que las lagrimas picaran en sus ojos y el pecho le doliera al respirar.

Tenia que ordenarlo todo recordó de pronto, por eso es que estaba allí en primer lugar. Empezó por las cajas llenas de materiales de arte, las brochas que hacia un par de semanas había organizado estaban allí en su mayoría, frascos de pintura y acrílicos fueron a parar juntos a un lugar junto a la puerta mientras el azabache dejaba que su memoria viajara a algún momento en compañía de la rubia con cada objeto que llegaba a sus manos.

Y entre ellos, entre caja y caja, lienzos y bastidores Yoongi encontró una caja sellada. Una caja que estaba seguro de no haber empacado el mismo.

La tomo en sus manos del rincón en el suelo y la deposito sobre una de las mesas, de reojo vio la pequeña etiqueta en uno de los costados Justo cuando pretendía marcharse. Con cursivas precisas su nombre estaba escrito en ella, la abrió con cuidado y estudio su contenido un momento. Eran varias bitácoras de cuero, un par de libretas de dibujo y uno que otro cuadro pequeño y entre todo aquello, un sobre rojo sin estampillas ni sellos.

"Tal vez algún día encuentres esto y logres perdonarme".

Las cursivas finas llamaron su atención de nuevo, el sobre peso entre sus dedos qué comenzaban a temblar ligeramente.

Yoongi se dejo caer en el suelo.

La rubia le había dicho antes de irse que había dejado todas las repuestas para él, que no se sentía capaz de contarle la historia en voz alta pero que podía explicarlo.

Hyejin insistió en que podía darle una explicación a todo aquel asunto pero Yoongi no estaba seguro si quería saberlo ahora.

"Es una historia tan larga y comenzó hace tanto tiempo tiempo que parece que podría escribir un libro completo acerca de ello...

Sailing ~Sope~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora