No supo cuanto tiempo le tomo aquella vez. Camino entre las pequeñas flores amarillas hasta que sus pies empezaron a doler y el frío comenzó a entumecer las puntas sus dedos, camino a la deriva desde que abrió los ojos y se encontró de nuevo en medio de ese campo iluminado nada mas por la luz de la luna.¿Nunca vería aquel paraje con el sol brillando en lo alto?
Se pregunto a si misma mientras se dejaba caer en el suelo y comenzaba a enredar sus dedos en las pequeñas hebras de hierba a su alrededor.
Quizás habrían razones detrás de aquel sueño recurrente que se sentía tan real que aún tras abrir los ojos en lo que parecía otro mundo, podía sentir el sonido del mar en sus oídos y las caricias heladas del viento contra su piel.
Hasta aquel día no había encontrado mas explicaciones que la falta de luz en su camino y la tristeza absoluta que envolvía el corazón de ese niño de cabello azabache que había aparecido en aquel escenario. Habían pasado años tal vez desde que la acompañó en aquella playa, en el campo verde o en lo alto de la colina, así que cuando se rindió y espero que la luz apareciera arrastrándole fuera de allí de golpe, el bonito resonar de una risa a su alrededor le tomo por sorpresa.
Se escuchaba. Se sentía. Era como si estuviera allí mismo junto a ella, en ella, a su alrededor y en ningún lugar al mismo tiempo.
En su piel, en sus oídos y en lo profundo de su ser. Se sentía como si estuviera cosida a una esquinita de su alma.
Una risa melodiosa que escalaba a pequeños alaridos, era real, sincera e irradiaba ilusión en medio de la oscuridad.
Se levanto en su búsqueda, pero no encontró su dueño por mas lo intento, entonces se quedo allí mismo... Cerro sus ojos y dejó que el sonido la llenara de la manera mas profunda, hasta que inevitablemente el sueño acabo. Abrió los ojos de nuevo para encontrarse a bordo de aquel tren de tapices azules y la lluvia cayendo fuerte tras la ventana.
Ya no estaba en la playita de cielos azules y estrellas brillantes.
Ya no escuchaba aquella risa.
—X—
Miércoles 24 octubre.
El reloj marcó cerca de las nueve de la noche cuando Min Yoongi dejo el pequeño apartamento. La puerta se cerro con un crujido y el joven maldijo por lo bajo esperando que el sonido no hubiera despertado al menor que permanecía dentro de la habitación durmiendo profundamente. Debía buscar otro lugar donde vivir, se recordó en cuanto inicio su trayecto escaleras abajo.
La noche era fresca pero sorprendentemente no era el mismo frío inusual que los había acompañado entrando el otoño, las hojas de los arboles ya comenzaban a tornarse de una bonita gama de rojos a amarillos opacos, detalle que le daba un aire mágico a las noches de la ciudad, pues los colores de las copas de los arboles combinaban a la perfección con la luz amarillenta que provenía de los postes de luz.
Yoongi balanceo el pequeño bolso que cargaba en su mano izquierda al compás de la música que resonaba en sus oídos y le tenían inmerso en su propio mundo. Camino sin prisa a travez de la calle principal y evito el gentío doblando por un pequeño callejón lleno de ocultas galerías de arte y tiendas de ambiente pintoresco.
ESTÁS LEYENDO
Sailing ~Sope~
Fanfiction-Un molesto azabache camina en medio de las calles atestadas de gente en plena hora pico, piensa en su estupido jefe y sus corruptas polticas. Dobla un par de calles mientras trata de alejarse del gentío, necesita aire, y necesita tener espacio para...