017.

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Lancé mi celular lejos antes de cerrar la puerta de mi habitación. Esa noche no quería ninguna distracción, y cuando hablo de distracción me refiero a Debby. Sólo quería beber hasta perder la razón, nada más, por esa noche.

― Iré a casa de Halsey, no me esperes despierto ―dije a medida que bajaba las escaleras. Mamá asintió mientras terminaba de alistarse para el trabajo. Que por cierto, sus turnos en el hospital cambiaron, ahora trabajaba toda la noche hasta las seis de la mañana.

― No bebas mucho, tienes clases mañana.

― No, claro que no. Vamos a tomar mucho juguito de manzana y comer galletas de animalitos ―tomé las llaves de la casa. Mamá rodó los ojos.

― Es enserio, Josh. Cuidate si? ―ella besó mi frente con cariño, sus brazos me envolvieron de una manera dulce. Como solía hacerlo antes, cuando sólo eramos ella y yo, extrañaba ese lado de mi madre.

― Si, no te preocupes ―sonreí―. Volveré totalmente sobrio.

Coloqué ambas manos en el bolsillo de mi jersey gris al salir de mi casa. La noche estaba tan tranquila, que ningún auto rondaba por ahí. No me preocupe en lo absoluto, aquí en el vecindario nos conocíamos entre todos, incluso algunos ladrones eran mis amigos.

Vi a Brendon fuera de su casa, sentado en el capó de su auto. Cuando me vio rápidamente bajó de ahí, para acercarse con su celular en la mano y el ceño fruncido.

― ¡Te estuve llamando! ¿Por qué no atendiste?

― Lo dejé en mi casa ―me encogí de hombros―. No quiero que me rompan las pelotas, hoy no.

― Mmm hubiera quedado mejor "No quiero que Debby me rompa las pelotas" ―Brendon rió. Yo rodé los ojos.

― ¿Podrías no mencionarla?

― ¿A quién? Oh-tranquilo, no voy a mencionar a Debby ―él entreabrió los labios al darse cuenta que la había nombrado―. Perdón, dije Debby ―cerró los ojos―. Perdón de nuevo por decir Deb...

― ¡Ya! ¡Vámonos! ―interrumpí a mi mejor amigo cubriéndole la boca con mi mano.

Subimos al auto, Brendon encendió el vehículo y comenzó a conducir hacia la casa de Halsey.

― ¿Quieres? ―dijo extendiendo una caja de cigarrillos―. El encendedor está en la guantera.

― Claro ―los tomé y encendí un cigarrillo. Abrí la ventana para no llenar el auto de humo―. ¿Sabes quienes iran?

― Los de siempre. Será una gran noche, lo presiento ―Brendon mordió su lengua, emocionado, siempre lo hacía cuando lo estaba.

― Ah mierda ―golpeé mi mano contra mi frente―. Lo olvide, debemos comprar cervezas.

― ¿Qué? ¡No! Ya casi llegamos

― Le prometí a Halsey que llevaría para beber y eso voy a hacer. Deten el maldito auto. ―eché el humo de mi boca―. Brendon, hazlo maldición.

― ¡Bien! ―detuvo el auto de golpe―. Bien, aquí te espero.

― No tardaré, sólo serán un par de latas y botellas ―le guiñé un ojo y bajé del auto.

― Oye, me traes dulces por el vuelto?

― ¿Gusanitos de goma? ―suspiré.

― Oh si, que bien me conoces.

― Imbécil ―reí negando.

•••

Unos veinticinco minutos después llegamos a la mansión de Halsey. Era enorme y tan elegante, parecía una escenografía de las películas. Brendon abrió la puerta sin golpear y yo lo seguí, siempre hacia eso, en cualquier casa a la que iba, entraba como si fuera la suya. No entendía como es que todavía no lo golpearon por eso.

― ¡Llegó el alma de la fiesta! ―gritó Brendon levantando las cervezas que habíamos comprado. Todos los presentes en la sala aplaudieron―. Oh, y Josh. ―me señaló y yo golpeé su cabeza.

― ¡Hey! Creí que no vendrían. Ya estaba por anotar sus nombres en mi lista negra. ―bromeó Halsey. Yo reí junto con ella y le di un corto abrazo.

― Fue culpa de Brendon, conduce como un abuelo.

― Estas celoso porque tengo licencia de conducir y tú no ―él hizo una pose rara y me miró.

― Mmm no, pronto me darán mi licencia. Mi padre antes de irse me dejó su auto.

― ¿Y donde esta ese auto?

― En algún lugar, pero lo tendré pronto ―me encogí de hombros y tomé una lata de cerveza.

No le había prestado atención a quien estaba en la sala con nosotros. Casi me atraganté con la cerveza al ver a Tyler sentado junto a Spencer, ambos hablaban muy entretenidos mientras deboraban la pizza que compraron. La sangre comenzó a hervirme, en realidad quería pasarla bien esta noche, pero Tyler acababa de arruinarmela con su maldita presencia aquí. ¿A quien mierda le pidió permiso? ¡¿Y por qué mamá no me dijo nada sobre que él estaba aquí?! Estos dos me vieron la cara de imbécil.

― ¿Quieres? ―Halsey me ofreció pizza, pero negué―. Hey, ¿Que pasa? ¿Por que tienes esa cara?

― Nada.

― Josh, anda dime.

― No me pasa nada. Mirame ―le dediqué una sonrisa falsa―. Sólo que... Es Debby ―mentí―. Me tiene harto comportándose como una niña.

― Dejemos las malas vibras de lado por esta noche. ―me entregó otra lata de cerveza―. Bebe esa, esta bien fría ―me guiñó un ojo y se fue con los demás. Me quedé quieto mirando la lata y la abrí, estaba más que decidido que bebería hasta perder la razón.

Comimos pizza, bebimos, hablamos de cosas triviales y la película se fue al diablo cuando Halsey colocó música y comenzó a mover el culo arriba de la mesa. Brendon la acompañaba, mientras que los demás aplaudian, excepto Tyler que miraba la escena con cara de horror. Reí ante eso, al parecer no estaba acostumbrado a ver ese tipo de escenas... Incluso, se veía tierno con ese jersey negro, las mangas le quedaban algo largas y lo hacia ver pequeño.

No sé cuanto tiempo pasó desde que me quedé mirándolo, al parecer Tyler lo notó y bajó la vista, nervioso. Sonreí de lado, no sé que mierda tenía hoy, pero se veía... lindo. O el alcohol estaba haciendo efecto.

― ¡Ven a bailar, Josh! ―gritó Halsey.

― ¿Qué? Ni loco.

― ¡Vamos, únete! ―insistió.

― Sabes que no me gusta bailar. Lo odio.

― ¡Que aguafiestas eres! ―esta vez me gritó Brendon, bailando con Dallon, muy pegados.

― Si no quieres bailar, entonces vamos a jugar ―mi mejor amiga tomó una botella vacía oh no, no no no.

― Tampoco me gusta jugar ―dije rápidamente. Pero Brendon tomó mi muñeca e intentó sentarme en el suelo, mala idea, caímos al suelo juntos―. ¡Correte!

― No, eres cómodo, con razón Debby es tu novia ¿Podemos ser novios? ―rió.

― ¡Brendon, eres pesado! ―lo saqué de encima mio y su frente chocó con la punta de la mesita de café.

― ¡Ah mierda! me duele... ―se quejó.

― Ya, hagamos una ronda, esto se pondrá interesante ―Halsey hizo un raro baile y colocó la botella en el medio.

¿Por qué mierda vine?









hola naty te sale bien el capítulo

• i hate you • [joshler] pt. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora