011.

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Eran más de las 3 de la tarde cuando oí la voz de mamá hablándole a Tyler. Ugh, genial, acabo la hora de la diversión y tranquilidad. Me coloqué la camiseta porque en cualquier momento Tyler iba a venir a dejar sus cosas, y no quería que se enamore de mí.

Si, aún Tyler dormía en mi habitación, no porque me encantaba tenerlo aquí conmigo, si no que mi amada madre no limpió la habitación de servicio, y había miles de porquerías en ella. Fotos antiguas, triciclos de cuando tenia unos 8 años, cajas con recuerdos, artículos de limpieza y más.

― Gracias, mamá ―dijo el castaño antes de entrar a mi habitación.

Esperen, ¿él acaba de decirle "mamá" a MI mamá? Oh, aquí iba a correr sangre. Volví a mirar la pantalla de mi laptop cuando él entró y me miró.

― ¿Qué? ―le dije cuando me di cuenta de que no me quitaba la mirada de encima.

― Tu rostro... ―apenas susurró.

― ¿Que tiene mi rostro?

― Es un desastre.

― ¿Ya te miraste al espejo? Eso si que es un verdadero desastre ―reí, y volví a mi laptop, mientras buscaba algo para ver en Netflix.

― No m-me refería a tu rostro. Bueno, en parte si, me refería a que está muy golpeado. ―sentí el colchón hundirse a mi lado. Entonces me aleje, ¿Quien se creía este para invadir mi privacidad?.

― Pues todo esto es por ti ―señalé mi rostro―. Es decir... Por tu c-culpa, si, eso ―carraspeé.

― ¿Mi culpa? ―preguntó sorprendido.

― Si, tu culpa ¿De que te sorprendes, idiota? ―cerré la laptop y la lancé lejos de mí―. ¡Felicidades Tyler! ¡Ahora gracias a ti me expulsaron toda la semana! Eres un genio, hermanito ―dije sarcástico.

― ¡Yo no fui el que golpeo a Jesse!

― ¡Oh! ¡¿Tu no fuiste?! Pues yo no fui al que casi vi...

― ¡¿Que es lo que ibas a decir?! ―me interrumpió acercándose a mí de rodillas―. ¡Dilo! ―gritó molesto.

― Mierda, y-yo no iba a decirlo enserio, fue un accidente, disculpame Tyler ―pasé ambas manos por mi rostro, frustrado―. Me pones de tan mal humor que haces que diga cosas estúpidas.

― ¿Por qué siempre tengo que tener la culpa de todo lo malo que te pasa? ¡Deja de desquitarte conmigo!

― ¡Tu deja de robarme mi vida! ¡Laura no es tu mamá, así que no le digas "mamá" jamás en tu puta vida lo será! ¡Consiguete la tuya! Oh, pensándolo bien, ¡No creo que la consigas, tal vez puedas sacarsela a alguien más! ―le grité acercando mi rostro al de él.

Tyler se quedó en silencio, bien, le había cerrado la boca. Su pecho subía y bajaba rápidamente por estar gritando. Sus mejillas se tornaban rojas, y parte de su cuello también. Con el ceño fruncido miré en la posición en la que estábamos. Mi espalda estaba contra el respaldo de la cama, Tyler de rodillas frente a mi, casi metiéndose en el espacio entre mis piernas.

Mierda, mierda y más mierda.

― ¿Q-Que crees que haces? ―dije nervioso, tratando de alejarme. Pero Tyler no se movía de su lugar―. Tyler, te estoy hablando, hey, imbécil. ¿Que es lo que quieres? ¿Hacerme una mamada?

― ¿Eh? ¿Que? ―reaccionó algo confundido, sus mejillas aún seguían rojas.

― ¡No hablaba enserio! ¡Bajate de mi cama! ―finalmente decidí empujarlo. ¿Como no se me ocurrió antes?.

― Auch. Me dolió ―se quejó la nena.

Mamá abrió la puerta de la habitación, su boca formó una "o" al ver la escena. Tyler miró a mi mamá, con los ojos cristalizados, y eso fue lo único que tuvo que hacer para que ella corriera a ayudarlo. Imbécil.

― ¿Que pasó, cielo? ―le preguntó mamá, sobando su codo.

― Josh me tiró de la cama ―dijo él mirándome con molestia.

― ¡Joshua! ¿Por qué? ―gritó ella.

― Me estaba molestando ―crucé mis brazos sobre mi pecho―. ¡Ay por favor mamá! ¡Sólo fue un pequeño rasguño! Este es un exagerado. ―chasqueé la lengua, molesto.

― No le hables así ―me fulminó con la mirada―. Ven, Tyler. Vamos a curarte. Y tú ―me señaló―. Ya hablaremos de esto.

― Tu y yo no tenemos nada de que hablar, ¡Eso es! ¡Vete con ese! ¡No te necesito! ―grité mientras ella abandonaba la habitación junto al imbécil de Tyler―. ¡Me has traicionado, mujer! No puedo creerlo.

La rabia que sentía en estos momentos me daban ganas de llorar, pero no lo iba a hacer, menos gastar lágrimas de odio en un tarado como Tyler. Lo único que ese chico a hecho desde que llegó es arruinarme la vida. Que ni piense que esto iba a quedar así, claro que no. Se metió con Josh Dun, y nadie más que sus amigos ponen en ridículo a Josh Dun.

•••

― ¿Tienes salsa para las papas fritas?

― No, Brendon. ¿Puedes dejar de revisar mi refrigerador? Siempre lo haces, y cuando vienes desacomodas las cosas, ugh.

― ¿Que? Claro que no, siempre dejo todo en su lugar.

― La ultima vez que viniste colocaste los huevos donde van las verduras.

― Ese fue Spencer, ese maldito insecto. ―agarró un juguito de manzana y lo abrió.

― Oye, con mis juguitos no. ―le advertí, pero el idiota se lo bebió todo de una.

― Chúpamela.

― Que te la chupe Tyler. ―dije con desagrado.

― ¿Donde está? ―preguntó abriendo un paquete de papas fritas. Lo miré confundido―. Es broma.

― Mas te vale, tarado. Escuchame, necesito que me hagas un favor.

― Te escucho, rata.

― Es para la otra semana en realidad. Cuando vuelva a cursar, ¿conoces a Matthew, el de 2do año?

― Oh, si, me gusta su cabello. Y vende cannabis a un buen precio. ―dijo mi mejor amigo, mientras rompía la bolsa de frituras para comer hasta lo último.

― ¿Enserio vende cannabis?

― Si, ¿Por qué? ¿Quieres un poco?

― ¡No! Bueno... Es decir ¡no! ―sacudí la cabeza―. Oí que Matthew iba a clases de boxeo, necesito que le de un buen golpe a alguien.

― ¿Es a mi, cierto? No lo hagas Josh. Si fui yo el que gasto tus $50 en películas porno, no Spencer ―Brendon me tomó de los hombros con sus manos aceitosas.

Lo miré molesto.

― ¡Brendon, me hubieras dicho que compraste películas y las veíamos juntos!

― Oh, lo siento. La próxima te avisaré. ―suspiró aliviado.

Lo aparte de mí, porque estaba manchando mi camiseta con aceite. Seguimos hablando un buen rato acerca de mi plan, Brendon conocía a media secundaria y sería muy fácil contactar a Matthew, de eso estaba seguro.

Nadie se mete con Josh Dun. Nadie.

• i hate you • [joshler] pt. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora