Capítulo 12

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Kilian.

—Llevas oliendo eso desde que Esteban lo trajo, hijo.

—Es la crema que mamá hizo antes de morir.

—Si, sé lo que es. Ella siempre había querido cambiar todo... Es decir, quería un perfume de violetas, con rosas y un poco de frescura. Nunca lo encontramos. También quería una crema con los beneficios del pepino con olor a Jazmines y color rosa, como nunca la encontramos ella dijo que la haría por sí misma.

—Y la hizo.

—Si, la sostienes ahora mismo... Pero Kilian... Tú no lo usarás, ¿O si?

Reí.

—No, papá. Pero quizá la pueda tener de recuerdo.

—O quizá... La podrías regalar.

—¿A quién?

—No lo sé, a una chica especial.

Me guiñó el ojo y salió por la puerta.

Hablaba de Odette, claro.
No dudé ni un segundo en dársela como regalo, Odette era una persona muy especial para mí, pero quizá era muy pronto, debíamos pasar más tiempo juntos, y teníamos que ser novios, claro. Quizá podría ser mi regalo cuando cumplamos un año... Por lo mientras le haré saber lo importante que es para mí.

Llegué a la escuela emocionado por mostrarle a Odette la crema.

—¡Oye! ¡Kilian!

—Ahora no, Alex, necesito encontrar a Odette.

—Acaba de llegar.

Di media vuelta y caminé al lado contrario.

—Pero quiero decirte algo importante.

—Es mi mamá, Alex. La crema que hizo, necesito mostrársela.

—¿Y a mí no?

—Si, pero tú no es que te vayas a emocionar por una crema para mujeres.

—Puedo fingir hacerlo.

—No, Alex, déjalo así. Te veo en el salón— Me alejé riendo

Efectivamente Odette estaba llegando, platicaba con Esteban en la entrada.

—Hola, Odette. Buenos días, Esteban.

Se despidió de nosotros con una sonrisa y regresó al auto.

—Te tengo que enseñar algo importante, Odette, mira— Saqué el frasco de crema— La hizo mamá antes de morir, la iba a vender, pero obviamente haría más, ahora solo hay esta, y nadie sabe cómo la hizo, aún así papá y yo no la venderiamos, es única y quiero que siga siendo así, mamá la hizo con sus propias manos.

—Wow, Kilian, esto es increíble, ¿Sabes la cantidad de beneficios que tienen los pepinos? Los pepinos contienen un flavonol antinflamatorio llamado fisetina que desempeña un papel importante en la salud cerebral. Protege el cerebro contra el desgaste por los años. Pero en el caso de la crema, es antioxidante...

Ella seguía hablando, y yo solo podía verla sonreír y hablar emocionada, sabía que reaccionaria así y no puedo estar más contento, me hace estar muy feliz, Odette conoció a mamá, y siempre se llevaron bien. Ella era la indicada.

—... Además el olor a Jazmines es delicioso, Kilian. Simplemente una obra de arte.

A lo lejos ví venir a Harriet, estaba pálida y un poco desarreglada, sus ojeras eran muy notorias y sus pasos eran torpes. Cuando pasó por nuestro lado, intenté establecer contacto visual pero en ningún momento levantó la vista.

—Te la voy a prestar por un día, ¿Vale? Puedes usarla, mañana me la devolveras, cuidala con tu vida, Odette.

Rió.

—Te lo prometo, Kilian, gracias por la confianza.

Fuimos a nuestros respectivos salones y nos separamos.

Cuando llegué al salón, Alex comenzó a hablar pero lo interrumpí para que pusieramos atención, sea lo que sea que me tenga que decir podía esperar a la hora del almuerzo.

Alex y yo esperamos a que todos salieran del salón para poder hablar.

—¿Que me tenías que decir, Alex?

—Odette y mi familia guardan un secreto.

—¿De qué?

—De tí.

—¿Sabes algo de eso?

—No... Quizá... Yo las escuché, Odette dijo que te mantendría ocupado para que no te enteraras, pero realmente no sé de qué hablaba y mi mamá parecía muy decidida a ocultartelo, dijo que no te podías enterar.

—¿Qué crees que sea?

—Quizá tenga que ver con tu mamá.

—No. Odette jamás me ocultaría algo que tenga que ver con mi mamá, ella sabe cuánto me afecta y significa para mí.

—Si, tienes razón. Debe ser algo más.

—Pero si lo ocultan es porque yo no debería saberlo, yo creo que mejor dejamos que las cosas fluyan, y Odette me tendrá que decir en el momento correcto.

—Tienes razón. ¿Se emocionó cuando vio la crema?

—Muchísimo, se la presté hoy y mañana me la devolverá, es genial, vale mucho para mí, es el único recuerdo de verdad de mi mamá, algo que ella misma hizo y que me recuerda mucho cuando estábamos juntos.

—¿No la perderá?

—Odette es la persona más responsable que conozco— dije mientras nos dirigimos a la salida— es más fácil que la pierda yo.

Ambos reímos y me topé con una persona con cabellera rubia.

—¡Hola, Harriet!

—Hola, Kilian, ¿Cómo estás?

—Bien.

—Bueno, yo me voy, nos vemos en unos minutos, Kilian— se dirigió a Harriet— Adiós, chica.

Almorcé con Harriet y nos contamos cosas super geniales, como cuando fue a los juegos mecánicos y la rueda se paró justo cuando ella estaba arriba y le dió tanto pánico que bajó aún cuando todos le gritaban que se quedara arriba, y cuando estuvo en tierra firme, la rueda comenzó a funcionar... ¿Es que esta chica no podría ser más divertida? Hacía mucho que no me reía tanto con una compañía tan grata, pero se fue antes de que terminara la hora del almuerzo.

Las clases transcurrieron normales hablando de la historia del mundo y de cómo inició la segunda guerra mundial, cosas que yo ya sabía debido a la gran biblioteca que teníamos en casa.

Al finalizar las clases, Alex me dijo que no me podía llevar ya que iba a ir con sus abuelos, así que busqué a Odette para ver si Esteban me podría pasar a dejar a mi casa.

—¡Odette! Hola, oye, Alex se fue, tenía un compromiso y yo no tengo con quien irme, pero recordé que Esteban pasa por mi casa, así que pensé que quizá me podrían llevar— su cara parecía como si acabara de llorar— ¿Pasa algo, Odette?

—Me vas a odiar Kilian... Perdí la crema.

—...¿Qué?

—No sé cómo pasó, la tenía en mi bolsa y de repente ya no estaba.

—Sabias cuan importante era para mí.

—Kilian... Perdón.

—No, Odette, esta vez no.

Me iría caminando si fuera necesario, pero no iría con Odette en el mismo auto... La quería como a nadie en el mundo, pero mi mamá era más importante... Y era el único recuerdo que tenía de ella...

Y ahora ya no estaba.

Dragoste. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora