Capitulo 13

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Harriet

—Lo que acabamos de hacer está mal, Tiffany.

—No es cierto, acabamos de ser inteligentes.

—Eso está mal.

—No. Eso es defender tu territorio, ese chico Kilian debe ser tuyo, no importa lo que tengas que hacer, por cierto, esta crema huele delicioso... Podríamos quedarnosla... Pero no. La devolveras a Kilian y serás su heroína. Fácil.

—Tiffany esto es llegar muy lejos, Odette no me ha hecho nada y ya viste cómo sufrió cuando no la encontró.

—Pues mejor. Que sufra.

Tiffany seguía oliendo la crema como si fuera algo de otro mundo... En realidad olía delicioso y me sentí tentada muchas veces a poner un poco sobre mi piel... Pero ni siquiera eso me haría bonita.

Al llegar a mi casa, mis tíos me habían dejado una nota: me conseguirían otro psicólogo.

Se que lo necesitaba... En las noches me despertaba gritando por pesadillas en donde yo mataba a personas... Pero no era yo. Yo no hacía eso. Jamás podría hacerlo.

Desde pequeña la vida se había burlado de mí. Cuando tenía 3 años  mis padres se separaron y mi madre tuvo un amante... Tuvo un esposo. Se casaron y así vivieron durante años... Bueno, solo 3. Mi mamá se separó de él y se volvió a juntar con el que fue mi papá biológico. Mi padrastro quedó tan dañado que se fue del país.

A los 7 años mis papás murieron en un accidente.
Durante ese año me desconecté de todo... Amigos, familia, del mundo. No hacía más que dormir y llorar, ni siquiera comía. Supongo que es a lo que la gente llama depresión.

Los amigos de Tiffany robaron mi inocencia a los 10, vivía mi vida con insultos y burlas de parte de ellos.

Se encargaron de divulgar fotos y videos de mi cuerpo a toda la escuela. Por supuesto los expulsaron y mi vergüenza quedó para siempre ahí.

Mis tíos decidieron que era hora de pasar de capítulo y cambiarme de escuela, así que me mudé a un lugar nuevo y dónde nadie me conocía.

A los 11 años, mientras comíamos en el jardín, la mamá de Tiffany me habló y me dijo que ella había sufrido un accidente. Al llegar nadie estaba ahí, solo su mamá dormida a un lado y Tif estaba en coma.
Me quedé durante mucho tiempo intentando que despertara, después de todo... Aún éramos mejores amigas, ¿No?

Tiffany despertó a las 3 AM aproximadamente, hablamos en voz baja y ella me dijo que no importaba lo que pasara, ella seguiría conmigo para siempre. A las 6 AM el corazón de Tiffany dejó de latir, pero un milagro le salvó la vida y junto con la de ella, la mía.

Mis tíos decidieron meterme a un psicólogo después de lo que pasó, Tiffany no estuvo de acuerdo, pero yo no podía negarme, eran mis tíos.

Cada que iba con la psicóloga yo lloraba diciéndole que estaba bien, que no estaba loca y que nunca le haría daño a nadie... Pero... Eso es lo que acabo de hacer. Acabo de hacer llorar a Odette y de mentirle a Kilian.

Odette es muy responsable, no fue fácil sacar la crema de su bolsa... Aunque también es buena persona, así que cuando me vio llorando inmediatamente se acercó a mí para ayudarme, cuando le dije que el maquillaje se había regado debido a mis lágrimas, sacó una toalla húmeda y me limpió el rostro... Le dije que me habían pegado y que el responsable estaba observando detrás de la puerta, cuando Odette fue a ver aproveché para sacar la crema y ponerla en mi bolsa, regresó tranquilizandome y diciendo que todo estaba bien.

Jamás había visto una sonrisa tan amplia como la de Tiffany al mostrarle la crema.

°^°^°^°^°^

Al día siguiente busqué a Kilian por todos lados pero no se presentó.

Ni al siguiente.

Ni al siguiente.

Kilian no faltaba a la escuela, ni siquiera por causas mayores, y mi preocupación iba en aumento cada hora que pasaba.

Pasó una semana, hasta que ví a Kilian por primera vez, debatiéndose entre pasar a la escuela, o saltarse las clases, como supongo que lo había estado haciendo estos últimos días.

—Kilian.

—¡Harriet! Qué sorpresa.

Y así parecía, el chico no esperaba verme.

—Tengo algo para ti.

—¿Que es?— la curiosidad del chico se hizo presente.

Comencé a sacar la crema que había en mi mochila, cuando una preocupada Odette se acercaba a nosotros.

—Kilian, por Dios he estado tan preocupada... No me has respondido los mensajes ni mucho menos las llamadas, no me abrieron la puerta cuando fui a tu casa y...

—No me interesa, Odette.

—Kilian... ¿Que pasa?

—¿No es obvio? No quiero hablar contigo.

Kilian me tomó de la mano y me llevó al interior de la escuela, al voltear hacia atrás ví el rostro de Odette y como con dolor dirigía su mirada hacia nuestras manos entrelazadas.

—Es solo que... No puedo ser tan duro con ella.

—Pero se lo merece.

Kilian dirigió su vista hacia mi.

—¿Lo crees?

—Bueno, yo no lo sé. Pero si actuaste como lo hiciste debió ser algo malo.

—No sabes cuánto.

—¿Tiene que ver con esto?

El chico sonrió cuando el pequeño frasco de crema salió de mi mochila.

—¿Dónde lo encontraste?

—Bueno... No sé si estoy segura de contarte esto, es algo un poco confidencial y podría correr riesgo si ella se entera que te conté. Me amenazó.

Kilian parecía confundido, pero a pesar de eso tomó mis dos manos y me miró a los ojos.

—No sé que sea esto, pero te juro que te creo. Sea lo que sea te creo.

—Bien.

Dije y comencé a narrar la mentira que Tif me había contado para confundir a Kilian y hacer que se pusiera de mi lado, olvidando por completo a su viejo amor.

Y funcionó.

Dragoste. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora