—Joaquín devuélveme la libreta— En esos momentos se encontraba más que enojado, la libreta no estaba por ningún lado y la única persona que la habría tomado sin su permiso era el estúpido de su amigo. —Hombre te dije que no la tengo— Abrió su mochila dejando ver todo lo que estaba dentro excepto la libreta, suspiro con angustia ¿Dónde lo habría perdido? —¿Que tienes?— Dijo David acabando de llegar frente a ellos. —Isma perdió su libreta en la que escribe sus cosas raras— Este volteo a observar a David, quizá el sabría algo y así fue. —¿No será aquella que el profesor de historia estará leyendo?
—Mierda—Susurro por lo bajo pues al mirar a la banca del frente estaba su profesor comiendo una manzana y en su mano derecha sostenía su libreta. Su cuerpo y sensaciones no tardaron en reaccionar, su rostro estaba caliente al igual que un rubor rojizo se hizo presente, la pena, vergüenza y bochorno le hicieron retener ir a pedirle que se lo devolviera ya que todo lo que estaba escrito ahí eran cosas demasiado personales; hasta escritos solamente pensados en esa misma persona que los leía en ese momento. —No se la pedirás— Despreocupadamente decía David, sabía lo que estaba escrito en el, pero no veía lo vergonzoso en pedirle al profesor que se lo devolviese.
El pelinegro se levantó de donde estaba y con timidez se acercó al mayor, quedando de pie frente a él. —Hola Isma ¿Que necesitas?— Sintió su corazón acelerarse, le pareció tan tierno que le llamase "Isma" pues todos los demás profesores u conocidos sólo de decían Ismael. —Ehh bu-eno yo quería... d-decirle mmmh— Nunca en su vida le había pasado algo igual él era muy extrovertido, para todo las palabras le salían solas pero con solo tener a aquel hombre frente suyo sentía su mundo dar vueltas. Jugaba con sus dedos a causa del nerviosismo hasta que sintió las manos del castaño detener su acción. —Calma ¿Todo bien?— (todo correcto... XD) Su mirada y el calor de sus manos que le seguían tocando lo calmaron para poder seguir hablando. —Sí, solo quería preguntarle ¿Qué es lo que lee?— Mintió. No se sentía capas de preguntarle realmente sobre si podía devolvérsela, no desde que hacía pocos segundos había observado que Raúl estaba leyendo por la mitad de ella. —No es un libro si es lo que pensaste aunque debería ser uno— Sorprendido he interesado se sentó al lado casi juntos en la pequeña banca. —¿Por qué cree eso?
—Tiene muy hermosas palabras mira te leeré una "Desde que te fuiste cierro los ojos con fuerza, para imaginar que estas ahí"— Una punzada justamente en el corazón era lo que sintió, su mirada cambio al instante, recordaba con dolor cuando había escrito eso. El de ojos café notó el rápido cambio de ánimo de su alumno y no pensó ni dos veces en preguntar. —¿Pasa algo?— giro su vista ahora estando más de cerca, con un poco de timidez tomo con ligereza el mentón de Ismael haciendo que sus ojos verdes que habían quedado en su mente le mirasen directamente. —Recode a... mi madre, solo fue eso— Aparto su tacto de él para después sonreírle puede ser que haciendo eso le haría quitar el gesto triste que demostraba su rostro. —No sé qué es lo que pase con tu madre y no lo preguntare, no quiero que digas de algo que seguro no te gusta hablar— El menor asintió y después agradeció en un tono de voz bajo, se levantó estaba a punto de irse pero se detuvo al escuchar de nuevo a su profesor hablarle. —Ismael ¿Hoy no me preguntaras nada?— Aun de pie pensó en algo y rápidamente lo supo. —¿Color favorito?— La curva que formaban sus labios desapareció mostrando una bella sonrisa por la respuesta de Raúl. —Verde... como el de tus ojos—
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