Raúl coloco su dedo índice en la boca de Ismael pidiendo su silencio, su mirada subió hasta sus verdes ojos para terminar dando una sonrisa ladina. Camino despacio sin hacer ruido con sus pisadas y entre abrió las persianas por fortuna nadie se encontraba aunque quedaría como una incógnita el causante del ruido, no perdería el tiempo en algo insignificante, sería como un lobo que no perdería oportunidad alguna al tratarse de atrapar a su presa la cual se encontraba detrás suya.
—Profesor tengo que irme ahora— Sorpresivamente Raúl da media vuelta quedando cara a cara mostrando una mirada de superioridad, evito con su postura de brazos cruzados el paso al menor que pretendía salir de la oficina. Chasqueo la lengua y negó varias veces. —Mi lindo Isma ¿Sabes? Acabas de entrar a un laberinto ¿Quieres saber la salida?— No dio oportunidad a que su alumno reaccionara a nada ya que sus movimientos fueron rápidos y seguros, se estaba convirtiendo en alguien completamente diferente, con una personalidad diferente y un aspecto diferente que sin duda alguna atemorizaba al chico que ahora se encontraba atrapado en el placer del rose de las manos de su profesor.
No soporto aquel dolor placentero que era causado a la boca de Raúl en su sensible cuello, así que dejo salir un fuerte chillido y serró sus ojos con fuerza, trataba de apartarlo empujando contra su pecho pues aquello dolía como el demonio, era como si quisiesen arrancarle la piel de una mordida. —Lo siento, solo quería probar— Como si bastará su disculpa, dio pequeños besos en la zona que termino roja con una marca y con poca sangre saliendo de ella. Ismael solo dejaba que con su cuerpo hiciera lo que quisiese, poniéndolo de cualquier manera Ismael lo deseaba, de verdad había deseado que las manos del mayor se adentraran a su pantalón y ropa interior, donde toco la poca erección que comenzaba a crecer con su tacto.
El pelinegro fue obligado a sentarse encima del escritorio ya que la brusquedad de Raúl era demasiada como para que fuese empujando, se apodero de nueva cuenta de sus labios, era como morder la manzana del cuento, extremadamente dulce, jugosa y adictiva pero venenosa y peligrosa para cualquiera. Sus gemidos eran callados por medio del feroz beso que mejoraba la sensación de ser masturbado por aquel hombre por el cual había estado fantaseado, la mano de Raúl no dejaba de moverse con rapidez dentro de la ropa que se encontraba mojada al igual que él.
Recuerdan aquellos golpes en la puerta, estos volvían a repetirse junto con una voz que era diez mil veces más irritante que el zumbido de mosquito y el llanto de un bebé. —Raúl ¿puedo pasar?— Sí, era Estefanía. Observo de arriba abajo a Isma que en su situación no podría aparentar encontrarse bien así que no tuvo otra opción.
—Escóndete bajo el escritorio— Este obedeció sin rechistar, su corazón la tía muy rápido y su cabeza aun no asimilaba el peligro a ser descubiertos. —Raúl sé que sí estas— Trataba de calmar su respiración al igual que no hacer ningún movimiento, lo único que le quedaba era escuchar todo lo que ellos hablaban.
—Pasa Estefanía— Las piernas del mayor ahora era lo que veía frente suyo, la voz de ella se escuchaba más cerca quizá había tomado asiento. —Aquí está el promedio de tu grupo y esta es la lista de quienes reprobaron mi materia— Podía ver el enorme bulto formado en los pantalones de Raúl, relamió sus labios y llevo sus manos directo a el. —Gracias, ya puedes retiraart- Le tomo de sorpresa pero ella pareció no notarlo ya que le interrumpió para hablar.
—Espera antes de irme ¿No crees que deberíamos hablar más? Desde la vez pasada no hemos hablado más que de trabajo y me gustaría que no fuera así.
Mordió con fuerza su labio reteniendo cualquier sonido que quisiese escapar de su boca pues las manos de Ismael ya habían descubierto su miembro. —Podríamos hablar después— No, aquello era una terrible tortura ¿De verdad él estaba...? Había introducido toda la erección dentro de su boca, era tan excitante sentir su lengua rodeándolo al igual que la caliente sensación. —Raúl por favor dame una oportunidad para conocernos mejor—
Tenía que librarse de ella, la única forma era darle lo que quería. —Si está bien, pero por favor retírate antes de que cambie de parecer— Estefanía asintió para después levantarse e irse cerrando la puerta tras de ella. Mientras tanto bajo el escritorio un enojado adolescente le dio una pequeña mordida a la punta del miembro del mayor haciéndolo gemir.
—Is-Isma— Le sacó de su boca y así se alejó lo poco que le permitía el reducido espacio del escritorio. Raúl echo un vistazo hacia abajo encontrándose con la excitante apariencia de Ismael, quien le dio una sonrisa hipócrita. —Lo siento, solo quería probar—
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HOLA PEQUEÑINES
Pido 1000 disculpas, ahora no se cuanto tiempo tarde en actualizar pero creo que fue bastante a como acostumbraba.
Gracias a aquellas personitas que me pedían que actualizara ya que sin sus comentarios yo no vuelvo a tocar wattpad en mi vida alv
Y...
Recuerden que el primer comentario le dedico el siguiente capitulo