-Ya te he dicho que lo del profesor solo fue una apuesta.-
Se paralizo por completo, su ceño fruncido delato el dolor que padeció instantáneamente sintiendo como por primera vez el desamor pero con un nivel que no podría ser soportado por nadie.
...
-Prego valla con su asesor tendrá que recibir algún tipo de sanción por esa vulgar mancha en su cuello.- Asintió con todo gusto para salir del aula he ir hacia la oficina de su profesor. Solo resistió una inmensa carcajada, esa "mancha vulgar" era un chupete que su mismo asesor le había realizado, encima aquello le parecido un verdadero acto de hipocresía ya que Estefanía su profesora no ha puesto el ejemplo como las veces en las que ha llegado con una resaca inmensa o con sus cuellos de tortuga muy obvios.
Pero por su parte era una ventaja ser enviado con su asesor ¿no? Toco la puerta y con el permiso entró. -Isma ¿Ahora qué ha ocurrido?- Pregunto Raúl sin despegar la mirada del computador, claro, que fuese enviado a su oficina ya se estaba volviendo una costumbre muy obvia para el castaño. -No sé, quizá porque alguien me hizo esto.- Ismael bajo el cuello de su camiseta obteniendo la atención de Raúl.
-Te dije que lo cubrieras ¿Por qué no lo hiciste?- Cuestiono duramente con una manera autoritativa, dejo su asiento para aproximarse al contrario, deslizo su mano en su pecho hasta tocar el cuello casi presionándolo percibió como Isma trago saliva nerviosamente.
Preservaba su mirada sobria. -Ah mnh yo...- Le robo las palabras dejándolo desconcertado cuando Raúl empezó a reírse en su cara. -De verdad te asuste.- Isma se cruzó de brazos entendiendo que la postura del mayor solo fue para provocarle miedo y divertirse un poco.
-No me parece gracioso ya me voy.- Hizo un puchero junto con una rabieta que no le pareció en absoluto a Raúl. -Espera.- Le detuvo tomando su muñeca, el ojiverde pensó le besaría o le diría algo lindo como comúnmente recibía en estas veces que tenía que ir a su oficina pero ni a algo parecido resulto lo cual le quito la sonrisa al chico mimado.
-Tendrás que ir a la sala con el subdirector durante receso y tus últimas tres horas.- Significaba las simples palabras de "cero absolución para ti" de la misma manera no tener privilegios por salir con su profesor. -¿Qué? Pero no quiero, también estas bromeando con esto.- Ni si quiera cuestiono lo que le había ordenado sino lo afirmo, dio una risita acariciando el pecho de Raúl.
-No joven Prego, tiene que estar ahí he hablado enserio.- Había rebasado el límite de dejar pasar sus caprichos en el instituto, para no levantar sospechas era mucho mejor hacer regir las reglas hacia su estudiante y por otra parte no le agradaba en absoluto que Ismael pusiera por un lado su educación para ir a por un momento de calentura a su oficina pues podían encontrar momentos debidos para ocasiones de ese tipo.
Arqueo sus cejas aún sin comprender, esperaba que la expresión de Raúl cambiase pero se mantuvo firme.
-Sí, si está bien.- Dejo salir con desgano dando media vuelta para salir, ganas no hacían falta para que azotara la puerta.
De cualquier manera el chico solo estaba pasando una rabieta gracias a comenzar a ser tratado como todos los demás, obviamente se le pasaría rápido.
Regresó con prisa a su aula queriendo evitar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino para volver. Maldijo mil veces mentalmente, su mundo se venía abajo con ese castigo, claramente ese sentimiento venia de un adolescente que con algo que no estuviese de acuerdo o no fuera a su parecer y por más pequeño que pudiera ser el problema se convertía en un tornado que se llevaba mucho a su paso.
Volvió a tomar su asiento al lado de David, llevo ambas manos a su cabeza suspirando gravemente, se le notaba mal. Tan sumergido estaba en la ira que sintió unos pequeños codazos en su hombro, levanto la mirada y la mujer volvió a repetir sus palabras anteriores las cuales no se había inmutado de ellas mientras todos los demás le miraban. -Prego no veo sus modales, vuelva a la puerta y pida permiso para pasar.- Exhaló tratando de no exclamar nada más pues no era un buen momento para él. Apretó la boca mientras caminaba de vuelta a la puerta sin dejar de tener la mirada clavada de los demás junto con la de Estefanía.