Extrañar escucharte

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Camino hacia donde se encontraban sus amigos y sin duda alguna les pediría su dinero que tan fácilmente gano. —Mi dinero—  Extendió su mano con una gran sonrisa aunque ellos tenían una expresión de no saber lo que pasaba. —Mejor dicho ¿Y nuestro dinero?— Dijo Joaquín también extendiendo su mano.

—¿De verdad no fueron ayer a la oficina?—Ambos chicos dudaron hasta que David hablo. —Ehhh... Bueno esta es una buena excusa, fuimos a la oficina pero el estúpido de Joaquín choco con la puerta así que tuvimos que irnos, cuando quisimos volver estaba la profesora de Español y ya no tuvimos oportunidad— Aquello explicaba el ruido en la puerta... Pero se había arriesgado a perder la confianza en Raúl como para que ¡esos imbéciles no llegaran!

Lo dejó pasar pero no les pagaría ningún céntimo.

Las cosas cambiarían, miradas provocativas en clase, besos y caricias dentro del instituto, sentimientos nuevos como el miedo y la pasión aumentaron al pasar de unos cuantos días.

El aburrimiento formaba parte del comienzo de las pequeñas vacaciones de dos semanas. Ismael estaba por la mitad de ellas y no hacía nada en especial, más que solo salir o jugar unas cuantas veces con David ya que Joaquín había salido de la ciudad. Dio un gran suspiro para después ir hacia su guardarropa para tomar alguna chaqueta, pero su mirada quedo clavada en aquella prenda negra y grande, eso no le pertenecía en lo absoluto, claro, era de Raúl.

Descolgó esta para acercarla y poder oler el abrigo que aun tenia aroma a él. Camino de vuelta a su cama con el abrigo todavía en sus manos, un recuerdo muy excitante de tantos que tenía con su profesor llegó a su mente provocando que mordiese su labio inferior. De verdad lo necesitaba, no le bastaba con aquella prenda lo necesitaba a él. Tomo su celular y sin pensar dos veces llamo a Raúl. —¿Isma?— Le parecía extraño recibir esa llamada, pues aun cuando hubiesen intercambiado números nunca se habían llamado. —Raúl... ah— Ligeramente la voz del menor llegaba a percibirse tras el teléfono de Raúl. Tenía su mano masajeando por encima de sus pantalones, solo tendría por terminar de saciar su necesidad de satisfacción propia y terminar con el hueco que dejaba su profesor al no estar con él.

Pensó que tal vez se hubiese equivocado u alguna cosa por el estilo, estaba a nada de colgar la llamada pero gemidos intensos se dejaron escuchar junto con una súplica. —Ah ah ayuda-me c-con esto— El castaño observó hacia los lados verificando que nadie había escuchado, al igual que no llega a entender exactamente a lo que se refería Ismael. —¿De qué hablas?— Se encontraba en una reunión dentro del instituto, habiendo profesores de los cuales era peligroso que llegasen a oír la conversación entre él y aquel chico.

—Estoy tan ca-caliente mgh— Dejo caer sus párpados tratando de visualizar el estado de su alumno en ese instante. —¿Qué cosas dices? ¿A qué te refieres con "caliente"? Ismael.

—Ah... Estoy duro y mojado.— Era verdad lo que decía, en pocos segundos de llamada su cuerpo era un desastre que necesitaba arreglo y un poco de mano dura. —¿Q-que hago?— Suspiró.

—Ismael, estas completamente seguro que harás lo que te diga.— Se levantó de su asiento para apartarse de la sala y hablar sin disfrazar las palabras. Pero alguien le veía con intriga.

—Si— Raúl gruño al escuchar tremenda respuesta, algo andaba mal. —Ha olvidado con quien habla joven Prego, yo soy su...

—Profesor, ¡sí! mnh.— Eso se había escuchado tan bien.

—Espero que no lleves nada encima Prego— Para entonces Isma se había desecho de la ropa que le acompañaba, el gran abrigo era lo ubico que envolvía sus hombros y espalda desnuda. Seguía tocando su erecto miembro, aumentando el placer al apretar uno de sus pezones, podía ser perfecto ya que sentía la verdadera presencia de Raúl, pero no la era, nada podía igualar esa mirada que se negaba al pecado y cambiaba sin lentitud a la perversión pura.

—Solo s-su abri...abrigo profesor — Ladeó su sonrisa. —Eres muy sucio Ismael, que tal si me dices lo que haces ahora.— Con rapidez el pelinegro se colocó boca abajo dejando sus caderas en una altura que dejaría su entrada expuesta. —Voy a... Mngh ah ah... acabo de meter un dedo a mi culo, profesor es-estoy muy mojado.

—Profesor ¿Que haría si estuviese aquí? Ah.— Su dedo medio se movía en círculos estimulando su agujero que palpitaba por ser atendido, su mano izquierda estaba encargada de subir y bajar por todo su pene así como iniciaba a empaparse de su esencia. El celular estaba al lado suyo mandando todo el espectáculo auditivo a su querido Profesor.

Estaba en espera de su respuesta. —Estaría encima tuya Isma y sin pensarlo metería tres dedos dentro de tu desesperado culo...— Raúl volvió a crear sus ojos, llevando a su mente la imagen tan perfecta, trato de contenerse de salir corriendo de allí e ir a donde el ojiverde y hacerle cualquier cosa inimaginable. —Ya lo sé, debes de estar tan mojado como una puta, deseando porque lo haga más duro.

—¡Ahhh! Profesor Raúl, ¡sí! ¡sí!— Raúl dejo salir un gemido grave pues los gemidos de su alumno le hacían delirar. —Raúl el director necesita que regre... ses.— Ismael se había corrido dando un gran grito nombrándole. Tan buen momento como para que Estefanía llegará, ¿Abría escuchado todo?

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Holis los extrañe!!!

AHHHH publicare otro cap dentro de unas horitas

:)

Profesor Raúl [Wisplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora