El pelinegro la había reconocido, de perfil había reconocido a Pamela, su madre. Sin ser consciente empezó a caminar por las calles de la ciudad, con lágrimas e hiperventilando algunas veces. Más de una vez se paró para tomar aire y seguir caminando, hasta que finalmente llegó.
Sus brillantes ojos azules observaron con detenimiento la casa de Dean. Olvidando todo lo anterior se acerco a la puerta, llamando los brazos de su aún novio, pero la decepción tiñó su rostro al ser recibido por alguien diferente.
—¿Hola?— dijo el hombre grande, mirando de arriba a abajo, intentando averiguar qué hacía en la puerta.
Castiel estaba completamente mudo, con un paso al costado verificó que la dirección era la correcta y en efecto, está era la casa de su novio. Por ello no entendía que hacía el hombre enfrente esperando una respuesta.
—¿Quién eres?— preguntó, frunciendo el ceño ligeramente.
—Eso debería preguntarte a ti.
Los ojos oscuros de John se enfrentaron con los azules de Castiel.
—¿Quién es?— pronto apareció Kate detrás de John.— Hola.— le saludó la mujer con una tierna sonrisa.
—Hola.— contestó Castiel.— me disculpo, me equivoque de dirección...¿Creo?
—Oh ¿Si? ¿Buscabas a alguien en particular?— consultó la dulce mujer aún detrás de su pareja.
—Así es. Dean Winchester.— John cambió su postura rígida y Kate sonrió.
—Entonces estas en el lugar correcto, Dean vive aquí. Tú eres...
—Su novio.— dijo, lanzando la noticia como si fuera un balde de agua helada para John y Kate que se quedaron congelados, mirando sorprendidos al pelinegro que ni se inmutaba.
—Oh.— fue lo único que atino a decir la pelirrubia— Bueno, Dean ahora no está...¿Quieres esperarlo?
Castiel asintió sin saber que su novio nunca le hablo a John Winchester y a Kate sobre su noviazgo. Ni siquiera sabía sobre su orientación sexual, así que aún con la sorpresa en sus caras dejaron pasar al hijo de Chuck al interior.
—¿Dean es gay?— se preguntó John una vez que el pintor pasó directo a la sala. Su pareja se encogió de hombros antes de ir también a la sala a hacer compañía al novio de su ¿Hijastro?_*_
Sería una mentira decir que a Dean no le alegró volver a ver a Castiel. Apenas había regresado de llevar a sus hermanos, cuando se encontró al pintor sentado en el sofá del living junto con su padre y Kate.
—Cas.— su nombre se deslizó con suavidad en sus labios. El rubio había anhelado tanto volver a llamarlo así.
Inmediatamente el pelinegro lo observó con esos ojos azules como el cielo claro, su sonrisa se ensanchó aún más. Cuando se dio cuenta, ya Castiel, su Castiel lo estaba abrazando, enterrando la cabeza en su cuello, podía sentir su respiración en la piel.
—Yo también te extrañe.— dijo el ojiverde envolviéndolo en un abrazo.
John y Kate observaron la interacción entre ambos hombres, guardándose sus impresiones y pensamientos.
—Dean.— murmuró el pelinegro sin soltarlo, no quería soltarlo. Le encantaba la sensación de seguridad que transmitía la seguridad de los brazos de Dean.
De pronto los ojos verdes de Dean se encontraron con la mirada interrogante de su padre y la sonrisa amable de la madre de Adam. Con una sonrisa torcida les prometió contarles después sobre su historia sobre Castiel, mientras tanto decidió llevarse al pelinegro a su habitación ya que tenían muchas cosas que arreglar en privado.
Una vez que la puerta de la habitación del rubio se cerró se llenó de un silencio, que ninguno se animaba a romper. Dean miró a su novio pensando bien las palabras adecuadas para hablar con él, pero Castiel interrumpió sus pensamientos con solo una frase.
—La encontré Dean.— el rubio lo observó intentando entender a quien se refería— encontré a mi madre— dijo girándose para enfrentarse con la mirada verde sorprendida.
—¿En serio?— fue lo único que el Winchester podía gesticular por la sorprendente noticia. El pintor asintió y suspiró.
—Es la psicóloga de Gabriel.
—¡Who vaya!— exclamó el rubio pasándose una mano por su rostro.—¿ Y hablaste con ella?
El Shurley negó con la cabeza, entonces Dean pasó su brazo por los hombros del pelinegro atrayéndolo a su lado. Castiel se llenó inmediatamente del aroma a cuero y colonia que desprendía Dean, inspiró con fuerza llenándose de ese olor que lo tranquilizaba a la vez.
—Salí corriendo, creo que ni se dio cuenta que estaba ahí. Tal vez ni me recuerda...o me ignoró a propósito.
—Hey detente Cas, no hagas suposiciones tan precipitadas. ¿Cuánto la viste? ¿Estaban frente a frente?— el pintor negó y Dean tomó la barbilla de Castiel entre sus dedos para mirarlo directamente a los ojos.—tienes que hablar con ella.
—No puedo...tengo miedo.— murmuró intentando aguantar las lágrimas que amenazaban nuevamente con salir.
—Tranquilo. Ya sabemos dónde encontrarla así que podemos hacerlo bien, pidiendo una cita con ella o pedirle a Gabriel que te de su cita con ella para que hables.
—¿Irías conmigo?— preguntó en un susurro solo audible para ambos que estaba cerca del otro.
—Claro que sí.— respondió el rubio con una sonrisa segura. El pelinegro volvió a abrazarlo por un largo momento.
_*_
—Qué extraño.— dijo Gabriel apenas salió del consultorio, seguido de Pamela que lo miraba con una ceja alzada.— Castiel me iba a esperar aquí.
Pamela se congeló y miró asustada el lugar que se encontraba vació, no había notado que su hijo había acompañado al ex actor, se maldijo mentalmente por su imprudencia.
—Bueno, supongo que me iré solo. Adiós guapa.— se despidió Gabriel, pero la mujer no respondió.
Lo dejó ir, mientras ella se quedaba parada en el lugar sin salir de la sorpresa. Su hijo seguro que la vio, tal vez incluso la reconoció.
_*_
Sam se cruzó de brazos mientras observaba con el seño fruncido a Castiel que ayudaba a Adam y Kate con la cena. Sus ojos ahora se dirigieron a su padre que estaba sentado en sofá con una cerveza en la mano, mirando concentrado las noticias. Lanzó un suspiro al aire y subió a las habitaciones, aprovechando la oportunidad para hablar con su hermano a solas.
—Hey Sammy.— Dean lo miró con una gran sonrisa, tener a Castiel de regreso le devolvía el alma.
—Dean...creo que tenemos que hablar.— el castaño se sintió mal por borrar la sonrisa de su hermano con el tono serio que uso, pero necesitaba hablar con él. Necesitaba saber por qué Castiel regresó, si lograron hablar bien y si se disculpó, aquellas dudas le carcomía la mente de Sam apenas vio al pelinegro en su casa.
—¿Qué pasa?— preguntó el rubio serio.
—Eso mismo quiero preguntar ¿Qué pasa con Castiel? Ustedes... ¿él se disculpó?— el ojiverde esquivo su mirada para luego negar con tristeza.—¿Entonces porqué está aquí?— preguntó de forma brusca.
—El necesitaba mi ayuda.— respondió el rubio ignorando el rudo tono de su hermano menor.
—¿En serio Dean?— Sam se pasó un mano por el rostro, un hábito Winchester que todos hacían.
—Ya Sam, lo importante es que esta aquí y—
—No, Dean.— el abogado lo detuvo.— él viene después de una semana, sin querer verte, solo para pedirte ayuda y ni siquiera se disculpó por el golpe o cómo te trato.
—Hey...solo tuvo un mal día.
—No Dean, Castiel no tuvo un "mal día". El se enojó contigo y te trato de la peor manera.
—Ya Sam.— el rubio no lo admitiría pero su hermano tenía razón, lanzó un suspiro resignado— aún así... él me necesita ahora, yo... necesita mi apoyo.
El Winchester castaño negó con la cabeza para luego marcharse de la habitación con un sonoro portazo, dejando a Dean solo pensando en sus palabras.
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¡¡Hola a todas!! Ha pasado mucho tiempo desde que subí un capítulo.
Espero les guste este capítulo :D
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Your picture for me - Destiel
Fanfiction*Secuela de Your song for me. Desde el viaje a San Francisco la relación de Castiel y Dean cambio. Lo que si no cambio es la falta de inspiración de Castiel para hacer un nuevo cuadro para Dean.