Capítulo 3

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Suspire irritada de su insistencia.No entendía como alguien podía ser tan cabezota en cosas que le gustaba.Me cruce de brazos y le fulmine con la mirada.No movería ni un musculo hasta que me dejara salir.Presentía que si me movía me comería un pelotazo de su parte.Algo que veía muy posible.En toda mi vida he recibido millones de pelotazos en la cara y en todo el cuerpo.

—No voy a dejar pasar esta oportunidad de jugar contra ti Ryuzaki —dice elevando la voz y botando la pelota a la vez.

—No voy a jugar — le aclaro y perdiendo la paciencia.

—Pues nos pasaremos aquí todo el día.

No me gustaba que fuera tan insistente.¿Por que necesitaba jugar contra mi?Había más gente en el mundo para jugar un maldito partido.Ya deje de jugar hace años y por un niñato no iba a volver a hacerlo ahora.

Suspire y mire al cielo.Estaba despejado y no parecía que fuera a llover.Tal vez eso tampoco lo pararía en su insistencia en jugar conmigo.

Pero no cedería a jugar.

Llevaba años sin jugar y no lo haría por este chaval.Ni loca.

—Por más que insistas no lo haré que te quede claro —dijo cortante fulminándolo con la mirada.

Parecía no inmutarse ante mis palabras.Este chico era raro e insistente a más no poder.

—Por más que te niegues jugaras —me señala con la raqueta — o es que acaso te has oxidado.

—Deja de decir tonterías —gruñí dando media vuelta y volviendo a la casa.No jugaría ni aunque me humillara.

Oí como la raqueta impactaba contra el suelo y a cámara lenta alguien,o mejor dicho Echizen me daba la vuelta quedando cara a cara.
Tenía el ceño fruncido y parecía que su paciencia al igual que la mía se había acabado.

Intente soltarme pero me tenia bien agarrada.

—Me haces daño animal —bufe tirando para que me soltara.No conseguí mucho con eso.

—No entiendo por que te retiraste... —dijo aflojando el agarre— pero si es posible que vuelvas a jugar haré lo que sea.

Su ímpetu me dejaba de piedra.Enserio deseaba que jugara contra él.El problema es que él ni nadie más que mis familiares saben la razón de mi retiro.

Mis padres.

No volveré a jugar,ya lo decidí y nada me hará cambiar de opinión antes eso.

—Lo siento —declare soltando me— pero no puedes hacer nada para que vuelva a jugar como antes...

Sin dejarle responder salí corriendo de vuelta a la casa.
Mi abuela estaba hablando tan tranquila con los Echizen hasta que noto que entre corriendo.
Se levanto y se acerco a mi.

—Querida que...—no acabo de hablar cuando vio que mis ojos con lágrimas.

Me abrazo al instante y yo sin pensarlo dos veces la correspondí ocultando mi rostro es su pecho.No quería llorar,quería ser fuerte y afrentar todo mi pasado,pero parecía que no podía hacer eso.

La presión en mi pecho era más fuerte que nada en el mundo.Solo oír o recordar a mis padres me partía el alma.
Lo sentía por Echizen,pero no lo iba hacer.

Mi abuela se despidió de los Echizen y salimos rumbo a su casa.No vi al ambarino entrar en ningún momento y la verdad,no me importaba.

Al llegar a la casa me enseñó las instalaciones hasta que por fin llego a lo que a partir de ahora seria mi cuarto.

Deshice la maleta y me tumbe en la cama mirando el techo blanco.

—Mama...papa...—susurre cerrando los ojos— estoy haciendo bien ¿no?

Las lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas sin que yo las pudiera detener en ningún momento.
Se me hacia cada vez más difícil esta promesa.
No quiero que vuelva a pasar lo mismo que el pasado si vuelvo a ir a una cancha.

Le duela a quien le suela.No volveré a menos que este yo preparada.Y no creo estarlo hasta dentro de mucho tiempo.Quiero compensar a mis padres de alguna manera,y esta es la única que veo.

Dejar el deporte que los mato.
Y que me mato a mi con algo que amaba,mis padres eran las personas más importantes para mi.
Y si ellos no estaban ya nada valía la pena.

La noche callo sin que yo me diera cuenta.Con pasos de zombie me dirigí al balcón que había en mi cuarto.

La noche estaba de los mas hermosa a decir verdad.Me gusta pensar que mis padres sin esas estrellas que me ven cada noche y que me cuidan para que no me pase nada.

Sin poder contenerme las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos.
Me limpie la mejilla y sonreí al cielo.

¿Cómo algo así podía hacer tanto daño?

Fácil.No siempre aparentamos ser fuerte y eso engaña.
Yo siempre me hacia la fuerte para que nadie se preocupara por mi.
Ahora me doy cuenta de que mi fortaleza se ha ido desde que los perdí.

Cada dia que pasa todo ese escudo de cae poco a poco.

—No merezco esto...—dije al cielo en un suspiro —quiero volver al pasado y detener ese asqueroso accidente que me arrebató a las personas que más quiero a mi lado.

Respire hondo al ver que un enorme mar de lágrimas brotaba de mis ojos rojos de tanto llanto.

—Quiero estar con vosotros ahora...abrazaros...oíros,que me animéis en cada partido,cada mañana de cada día...quiero estar con ellos,es lo único que pido...

Mis fuerzas se fueron y acabe sentada en el suelo frío del balcón.
Unos pasos detrás mi me hicieron decarme los ojos y hacer que no habia pasado nada.No quería que mi abuela se preocupara.No ahora que estaba con ella.

Me habia traído ella para un enfrentamiento con un chico que no conocía.
Pero igual sentía que si lloraba delante de ella mi fortaleza de caería más y más.

Los brazos de mi abuela me envolvieron y sin poder evitarlo llore en su pecho.

—Ya paso cariño — siseo caricio mi cabello calmando mi llanto — todo va a estar bien te lo prometo...

Solo esperaba que esas palabras se hicieran realidad y que mi vida volviera a como era antes...feliz y sin este dolor infernal que me persigue...










Desafíos del destino (ryosaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora