Capítulo 14

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Ryoma

Despedidas.

Muchas veces, nos vemos el la obligación de decir adiós a algo o a alguien de nuestras vida, cercano o no. Nada era eterno en esta vida, menos la vida de un ser humano. Perdemos muchas cosas a lo largo de nuestros días, minutos y segundos en las que nuestras acciones marcan lo que sucederá en nuestro futuro.

Para bien o para mal.

Dulces o amargas. 

Las cosas son así.

El tenis había sido un inicio para mí, a la vez que una despedida. En todos mis años jugando, he tenido que despedirme de muchas personas que merecían seguir jugando, y por problemas, no han podido seguir en ello.

Sakuno una de ellas.

Ella dejo de jugar por razones dolorosas, verdad, pero también ella sabía que si dejaba de jugar, sería una despedida de alguna manera de algo que amaba y que la unía con sus padres al final. Cuando somo pequeños no nos paramos a pensar en cómo hacemos las cosas, menos cómo pueden marchar nuestra vida.

Ese pequeño Ryoma que pasaba noche despierto para derrotar a su padre al menos una vez.

Ese pequeño Ryoma que jugaba contra su hermano para practicar para acabar en el suelo lleno de sudor.

Era pequeño y no tenía conciencia de lo que estaba haciendo o deseando alcanzar. Incluso ahora, aún sigo sin poder vencer a ese viejo pervertido en un partido. Ryoga lo ha intentado también y sí pudo. Mi hermano había alcanzado a nuestro padre no hace mucho.

—Chibizuke —mi hermano parece en el patio trasero de la casa con dos raquetas de tenis.

Habían pasado ya cinco días desde que las Ryuzaki se fueron, y todo me parecía tan aburrido sin ellas. Sobre todo sin la menor.

—Vamos a jugar —lo ignoro pero insiste—. Vamos, solo te quedan dos días hasta que tu novia vuelva. Aguanta.

—No es mi novia.

—Aún —Ríe al ver mi cara de pocos amigos por ese comentario—. Vamos, así nos distraemos ambos.

—¿A pasado algo de lo que deba enterarme?

—Nada, solo una carta de EEUU.

Me levanto de un salto al oír lo último.

—¿¡Cómo que una carta!? ¿De qué?

—Relaja, chibisuke, solo es de un torneo, nada más —resta total importancia a esa noticia.

—¿Para quién era? ¿Para mí? ¿Para ti? ¿Papá?

No respondía a nada y me estaba poniendo de los nervios por no saber a quién iba esa carta.

—¡Ryoga, dímelo ya!

—A ti —dice por fin—. Era para ti, vale.

¿Yo? ¿Cómo...? Hice memoria sobre los últimos meses, antes de que Sakuno llegará a Japón por petición mía. Recordaba que estaba nervioso por un torneo que ocurriría en EEUU meses más tarde y que tenían que enviarte una carta con la información. Solo los mejores podrían entrar en ese torneo, y por esa razón, esperé a que esa carta llegará. Fue entonces cuando me olvidé de ella al enterarme de que Sakuno existía.

¿Ella irá también? No sabía, esperaba que sí.

Verla jugar enserio sería un autentico espectáculo que deseaba apreciar con todo corazón.

—Sakuno irá también —afirma Ryoga mostrándome un listado con las personas que irían—. No esta confirmado, pero lo más seguro es que sí.

Desafíos del destino (ryosaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora