Damie || One Shot's

Better Together

Pienso que toda persona está destinada a estar con alguien o a estar en la vida de alguien así sea por un milisegundo, no es coincidencia topar con alguien, es como si el Universo dijera <<Esta persona es la indicada para este momento>> Una plática mientras esperas el autobús, una sonrisa de un desconocido, lo que sea; mis mejores momentos son aquellas platicas en el parque cuando un desconocido te da los mejores consejos. Como si esa era su misión del día.

Pero a eso no es lo que voy, conocí a una persona que a lo largo de mi vida, fue y es, una de las personas importantes para mí y eso que al comienzo nuestra relación no fue la mejor de todas, ella no paro hasta ocupar un puesto en mi corazón, jamás se me paso por la cabeza que terminaríamos así, que no podría imaginar un momento de mi vida sin ella...

20 años atrás

- Jamie, en serio no... no creo que sea la mejor idea quedarme con la nena – Digo angustiada – La pequeña no me conoce, se va a sentir incomoda

- ¡Hey! Tranquila ¿sí? Dulcie no será problema. Además, tienes corazón para los niños, cualquiera se enamora de ti, mi hija no será la excepción ¿de acuerdo? – Acaricia mi mejilla – Tienen que conocerse, para que esto funcione, mis dos mujeres deben llevarse bien

- Es una bebe apenas, Jamie, no me ha visto jamás salvo cuando la llevabas al set

- No pasara nada

- Jami...

- Me voy, se me hace tarde – Deja un casto beso en mis labios y se va. Volteo a ver a la pequeña que me mira de manera inquisidora – Bueno ¿Quieres hacer algo, pequeña? – Nada.

Sera una tarde muy...muy larga.

- ¡Que lindas muñecas!

- ¡No! – Intente tocar una e inmediatamente el chillido de Dulcie se escuchó por toda la sala - ¡Mías! ¡Muñecas mías!

- Tranquila, tranquila, no volverá a pasar – Trago fuerte. Me alejo un poco y me siento en el lugar que pienso es correcto para tener una distancia prudencial de ella.

Observo a la niña moverse con tranquilidad de un lado a otro buscando, guardando y volviendo a sacar otro juguete. Pierdo mi mirada en la niña jugando a las tacitas con sus muñecas sentadas alrededor de una mesa cual reunión con la reina de Londres.

Tomo un libro que se encontraba en mi lado y lo comienzo a ojear, estaba tan sumida en la historia que no me di cuenta cuando la niña se paró a mi lado.

- Eso también es mío...

- Lo sé, disculpa. Me pareció entretenido – Su ceño se frunce – Sabes, avísame cuando tengas hambre. Estaré en la cocina – Suspiro. Es el tercer intento fallido, el primero fue cuando la trajo; intente tener una conversación dentro de lo que cabe con ella y fue como hablar con una pared. Ignorada completamente.

Echo un vistazo en lo que tiene Jamie en su cocina y preparo mentalmente lo que hare para comer que sea bueno para la pequeña y para mí, segundos después pongo manos a la obra y comienzo a sazonar un pollo para, seguidamente, hacer arroz. Media hora después parte de la comida estaba lista, preparo jugo de sandía y pongo la mesa, llamo a Dulcie e intento sentarla en la silla al momento que llego a la mesa y nuevamente salí rechazada

- Puedo sola – Tomo su tenedor y comenzó a pinchar el pollo, bebió un poco de jugo y siguió devorando su comida. Con pesadez, la acompañe comiendo la mía.

Al terminar se levantó y se fue nuevamente a donde estaba unos minutos. Observo la hora y me quejo, aún falta bastante para que Jamie regrese, mi corazón se aflige ¿Si no puedo llevarme bien con su hija, como podre tener algo con él? Es un camino difícil y para ser la primera prueba está realmente complicado. Diablos, Dakota, no te podías a ver fijado en otro hombre. Aunque nada está escrito con Jamie, no hemos salido del cuadro de matar cada tentación que tenemos; el me llama, yo lo llamo, me busca, yo lo busco, es así. Hay química, lo suficiente, pero jamás hemos platicado sobre pasar al siguiente nivel y una parte de mi teme por lo que pueda pasar o escuchar, tal vez es por eso que me reservo el aventurarme a lo que sigue.