Capítulo 22

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- Hola Cuty. Necesito hablar con Romi - dije apenas abrió la puerta.

- Sí, pasá.

Me llevó hasta la habitación:

- ¿Romi? - nadie respondía.

- ¿Estará en el baño? - le dije.

- ¿Romi? - dijo esta vez desesperándose un poco más, entró en la habitación. Yo me fui para el baño, se escuchaba el agua caer.

- ¿Romi? - dije abriendo la puerta y la vi, mi mejor amiga tirada en la ducha llena de sangre. Entré en un estado del cual no podía salir, comencé a llorar y a gritar. Los médicos llegaron al instante, Gastón y yo nos subimos en la ambulancia con ella, no respondía.

- ¿Qué pasó? ¿Dónde está? - Pato entraba con Guido al hospital.

- No tenemos idea de nada - dijo Gastón. Guido sólo me abrazó, lo necesitaba más que nunca.

Un médico se acercó y nos comentó:

- Se resbaló y se dio un golpe muy fuerte - dijo.

- ¿Y el bebé? - dijo Gastón con lágrimas en sus ojos.

- Lo lamento - dijo el señor vestido de blanco.

- Vamos afuera Cuty - dijo Pato.

- No, necesito verla.

- En unos minutos van a poder entrar.

Esos minutos se volvieron horas hasta que dejaron que, de a uno, pasemos a verla.

Abrí la puerta y la vi, no pude evitar llorar:

- Mirá cómo estas - dije.

- No te quiero ver llorar - dijo. Seguía siendo la misma de siempre.

- No te muevas - le dije.

- Ahora, ¿yo me tengo que enojar para que vayas a buscarlo?

- Si supieras lo que pasó - le dije.

- Era obvio igual - dijo sonriendo.

Pasó una semana en el hospital hasta que le dieron el alta. Ella seguía siendo esa mina que siempre fue, nunca nombró al bebé, sólo siguió mirando hacia adelante y eso era lo que la diferenciaba de los demás.

Todo iba bien, ella siguió con Cuty, Pato estaba con Melisa y yo con Guido, éramos todos felices.

Guido: Hoy te voy a llevar a un lugar especial.

La notificación del nuevo mensaje me había sacado de mis pensamientos.

Lula: ¿A dónde vamos?

Guido: Sorpresa. No es mi casa, para que sepas. A las 9 te paso a buscar.

Sólo quedaba esperar. Me bañé, me cambié, me maquillé y esperé a que llegara (obviamente no vino a horario porque es él).

- Hola hermosa - dijo cuando abrí la puerta.

- Hola rubio.

Fuimos hasta un restaurante y después me llevó hasta un lugar pero con los ojos tapados:

- ¿A dónde estamos? - le dije.

- Ya vas a ver, no espíes - dijo - Quedate acá.

- ¡Sorpresa! - dijeron gritando.

Estábamos en Red House, el bar donde lo conocí; estaba Romi, Cuty, Pato y unos amigos más. Comenzaron a tocar unos pibes en el escenario:

- ¿Hiciste todo esto por mí? - le dije.

- Obvio, y haría mucho más - me dijo, luego me besó.

Pasé, creo, una de las mejores noches de toda mi vida. Este chico había podido hacerme la mina más feliz del mundo.

Fin

"Brindo por ustedes, por nosotros, por esta noche, por la música, porque cada uno cumpla su sueño lo que sea jugar al fútbol, tocar la guitarra, construir un puente, cualquier cosa. Que nada les impida hacer lo que quieren loco, luchen por eso. Y si hay alguien que estorba que se vaya a la mierda, no sirve. Aléjense de la gente que les haga mal, que les hace mal, que no trae nada nuevo a su vida.

Y como siempre digo, si van a coger usen forro, si van a chupar no manejen, pero yo hoy no manejo"

P.M.S - 27/01/18 - Pinamar.

Gracias por leer.

Camila Vera

Algo personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora