carpeta vacía.

yo te recordaré.

Sé perfectamente lo que está sintiendo Nerea y me da la sensación de que Aitana no le había comunicado antes la noticia. Lo que me parece muy mal por su parte.

Tomo a Nerea de la mano y me la llevo al baño, donde cierro el pestillo y la abrazo mientras ella llora desconsoladamente. Le acaricio el pelo, odio verla así, porque no merece nada malo.

-Tengo mucho miedo, Raoul.

-Lo sé, pequeña, lo sé -intento no decir nada y que sea ella quien se saque todo lo que siente de dentro.

-Creo que me estaba enamorando de ella -se le corta la voz mientras lo admite-. Y sé que soy una egoísta, porque yo debería alegrarme de la gran oportunidad que tiene y de la gran estrella que será algún día, pero no puedo evitar sentir que la voy a perder para siempre.

-Podrías ir con ella -le propongo, pero me mira triste.

-No, Raoul, no es tan fácil. Ella tiene sus sueños y yo tengo los míos. Estoy a la espera de saber si me han cogido en el nuevo musical de Frozen que habrá en la Gran Vía y es una grandísima oportunidad.

Entiendo, en este mismo instante, lo difícil que va a ser el resto del camino. No me había parado a pensar que llegarán momentos donde tengamos que tomar este tipo de complicadas decisiones. Dejarlo todo por un sueño o dejar de soñar por amor. Y, joder, cómo duele que los sueños sean lo más importante.