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—¿Así que te echó luego de que lo besaste?

—Básicamente, sí.

—Cielos, está más negado de lo que pensaba.

—Cállate, Jenna —gruñó Tyler, entrando bruscamente a su casa. Subió las escaleras y fue a su habitación, quitándose la ropa que Jenna le había prestado y cambiándola por unos pantalones de pijama. Se sentó en el borde de su cama y enterró su rostro entre sus manos, intentando no dar un grito.

—¡Oh, sé un poco positivo, gruñón! —exclamó la chica golpeando levemente el hombro de Tyler. Él apartó su mano y cruzó sus brazos sobre su pecho, gruñendo sonoramente y volteando hacia ella.

—¿Ser positivo? ¡Hice el ridículo!

—Probablemente le gustó —murmuró Jenna levantándose y recogiendo su ropa del piso, donde Tyler la tiró—. Si te vas a poner así entonces me iré, llámame cuando saques ese cactus de tu trasero.

Ella salió de la habitación y Tyler pudo escuchar cómo dio un portazo al salir de la casa. Él se levantó de la cama y bajó las escaleras, yendo a la cocina y tomando helado de la nevera. Se sentó en el sofá y puso netflix, decidiendo ver Bob's Burgers. Iba a ser una larga noche.

...

Tyler salió de su casa en bata de baño, tenía una cubeta de hielo y se preparaba para el frío que le brindaría. Había 103° y no iba a llamar a Josh para ir a nadar, pero tampoco quería morir de calor.

Estaba a punto de dejar caer el hielo sobre su cabeza cuando escuchó murmullos viniendo de la casa del pelirrojo. Puso el balde en el suelo y miró disimuladamente por le cerca para ver a Josh y a una chica de cabello color miel flotando juntos en la piscina. Tyler asumió que la chica era Debby debido a la cercanía que tenían.

Se volteó y recogió de nuevo la cubeta. La sostuvo con temblor en sus manos y justo cuando iba a echárselo encima su mano se resbaló, provocando que cayera sobre su cabeza haciendo un fuerte ruido. Se desplomó al suelo junto a la cubeta por el fuerte golpe que le dio y empezó a quejarse por el dolor sobando su palpitante cabeza. Logró sentarse pero su vista se volvió borrosa y estaba casi seguro de que tenía una contusión.

Tyler entró en pánico en cuanto descubrió que tendría que quedarse ahí hasta que alguien lo encontrara, lo cual podría tratar años, según él. ¿Y si moría ahí? No podía levantarse, lo que significaba que no podía buscar su celular y pedir ayuda; todo lo que quedaba era, básicamente, morir. Pero un plan se formó en su mente en cuanto volvió a escuchar las risas que venían de la piscina de Josh.

—¡Ayuda, por favor, alguien que me ayude! (Me descojono de risa de imaginar a Tyler así)—gritó Tyler esperando llamar la atención de sus vecinos. Rezaba internamente por que Josh no fuera tan imbécil como para ignorar sus súplicas.

Las plegarias de Tyler fueron respondidas en cuanto Josh y Debby fueron a verlo a  través de la cerca, mirando con confusión la escena del chico tirado en el suelo sonando su cabeza con una cubeta con hielos esparcidos a su alrededor.

—Mierda, Tyler, ¿estás bien? —preguntó Josh reteniendo su risa (qué mal Jorge cómo pudiste) y arrodillándose junto al lesionado muchacho.

—Creo que tengo una contusión, llévame al hospital —gruñó Tyler—. Te lo explicaré luego, por favor llévame a tu auto de alguna manera para poder ver a un profesional.

Unos minutos después Tyler estaba en el asiento trasero del auto de Josh presionando una compresa de hielo contra su cabeza y una confundida Debby mirándolo desde el asiento del copiloto.

—¿Qué pasó exactamente? —Josh aclaró su garganta en cuanto salieron de su calle y empezaron el camino.

—Una cubeta de hielo cayó sobre mi cabeza... —Tyler sintió vergüenza por lo ridículas que sonaron esas palabras al salir de su boca e hizo una nota mental para enterarse a sí mismo —una vez que su cabeza estuviera bien, por supuesto.

—Ni siquiera voy a preguntar —decidió Josh meneando su cabeza con una gran sonrisa en su rostro.

—Soy Debby, por cierto —se presentó ella tendiendo su mano hacia Tyler.

—Soy Tyler —respondió él estrechando la mano de ella.

—Josh me contó que fuiste a nadar ayer en nuestra piscina con tu amiga. Ojalá hubiera estado, se escuchó divertido —dijo—. ¿Por no preguntaste si podías venir a nadar esta vez? Te hubieras salvado de una contusión.

—No quería molestarlo, Josh dijo que estuviste fuera por un tiempo —se excusó Tyler, notando que Josh lo miraba por el espejo retrovisor.

—¡Por supuesto que no! No nos hubieras molestado para nada —aseguró ella, Tyler empezaba a arrepentirse por el pequeño beso que había compartido con Josh. Debby era muy simpática y Josh nunca hubiera pensado en besar a otra persona de no ser por Tyler... Él estaba totalmente concentrado en la culpa que sentía que no se dio cuenta cuando el auto se estacionó frente a una sala de emergencia.

—¿Tyler? Vamos, sube —Josh abrió la puerta del auto y de agachó para que Tyler pudiera ir en su espalda.

—¿Por qué me estás dando un paseo de caballito?

—Tienes que entrar ahí de algunas manera, ahora sube —Josh se encogió de hombros en lo que Tyler se subió a su espalda y apoyó su cabeza en su hombro. El mayor caminó hacia la puerta automática con él en su espalda. Fue hacia la enfermera en la recepción y le dio una encantadora sonrisa antes de hablar:

—Mi amigo, um...

—Tyler Joseph.

—Mi amigo Tyler Joseph dejó caer una cubeta de hielo sobre su cabeza y cree que tiene una contusión —dijo Josh, trataba de no reír por la mirada que la enfermera le estaba dando mientras anotaba información en una computadora.

—Tomen asiento, serán atendidos cuando el doctor esté listo para verlos —dijo ella y apuntó a que fueran a la sala de espera. Josh dejó que Tyler se sentara y luego se sentó él entre el menor y Debby.

Quedaron en silencio unos minutos hasta que llamaron al nombre de Tyler y Josh lo volvió a cargar en su espalda, fueron a la oficina del doctor.

El hombre más alto volteó hacia Tyler con un portapapeles en su mano.

—Así que, Tyler, ¿qué fue exactamente lo que te pasó?

—Dejé caer un balde de hielo en mi cabeza —habló Tyler incómodo sonando su nuca—. Luego me caí, pero cuando intenté levantarme me mareé y tuve un fuerte dolor de cabeza.

—Te haré una revisión de contusión rutinaria y luego veremos qué hacer.

...

—No puedo creer que te diera una contusión por eso —dijo Debby en lo que se subió al auto.

—Yo tampoco —pronunció Tyler cerrando sus ojos y recostando su cabeza en el respaldo del asiento. Le habían dado estrictas instrucciones de no usar su celular, no leer, no ver televisión. Sería un largo par de semanas.

—Si alguna vez necesitas algo no dudes en llamarnos a Josh o a mí, estaremos contentos de ayudarte.

—No te preocupes, me puede ayudar mi amiga Jenna —Tyler abrió sus ojos en cuanto el auto se detuvo frente a su casa. Reunió los diversos papeles que el doctor le había dado antes de bajar.

—Te ayudaré a llevar esas cosas dentro —habló Josh tomando los papeles y ayudándolo a salir del auto. Ambos caminaron hacia la puerta de la casa y Tyler buscó su llave de repuesto en una planta. Ambos entraron y Josh dejó a Tyler en el sofá.

—¿Necesidad algo más? —preguntó Josh y se volteó a ver a Tyler, quien estaba mirando a otro lado.

—Estoy bien por ahora, gracias. Dile a Debby adiós de mi parte —habló Tyler mirando a Josh, dándole una leve sonrisa.

—Lo haré. Adiós, Tyler, mejórate —le respondió Josh antes de cerrar la puerta detrás de él y darle una última sonrisa a Tyler antes de irse.

Pool ; joshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora