Al término del día me dirigí a casa sintiendo una inquietud escalofriante, como si algo malo se aproximase. Es ese mismo presentimiento que sentimos cuando algo anda mal. Quizás me equivocaba y solo era producto de mi imaginación, solo quedaba restarle importancia y seguir con mi camino. Caminé directo a casa, supongo que mi padre tuvo sus incovenientes para no poder venir a buscarme, estos últimos tres días estuvo ocurriendo exactamente lo mismo y lo que era más raro, sin previo aviso.
En cuanto llegué a mi casa, visualizé a mi madre que se encontraba recostada en el sofá con una taza de té entre sus manos mientras miraba su programa favorito de cocina. Al parecer no se percató de mi presencia, asi que entré sigilosamente cerrando la puerta y sin emitir ningún ruido que pudiera alertarla, me escondí en la parte trasera del sofá sintiéndome todo un espía. Y antes que pudiera darme cuenta ya no se encontraba ahí, en su lugar solo estaba el té reposando en el piso. Mi cara reflejaba confusión ¿como es que pudo moverse tan rápido?. Luego de unos segundos, me di vuelta y "Buu" pegué un pequeño brinco en mi lugar cerrando los ojos por inercia.
- ¡Mamá! -. En respuesta solo podía escuchar las risotadas de la mujer, producto de mi "susto", porque claro que no me asusté, solo me sorprendí un poco. Sostenía su abdomen con ambos brazos mientras se retorcía de lo gracioso que le pareció mi reacción. Tenía que admitir que su risa era tan contagiosa que de un momento a otro me uní a ella. -¿Te parece gracioso, uh?-.
Mi madre dejó de reír para comenzar alejarse de mí, lo captó. Y yo sabía que era su debilidad. Con una sonrisa en mi rostro me acercaba despacio teniendo en cuenta de que no escapara. - Oh no Jimin, no te atrevas, no, no~ -. Comenzó a correr alrededor del sofá chillando con un "no".
Al final todo me salió mal, terminé limpiando el té derramado por el piso, que por cierto lo tiró ella, ugh, era injusto.
Pero a pesar de eso estaba sonrriendo, podía recordar cuando era pequeño. Mi padre y yo solíamos atacar de esa manera a mamá, me encantaba ese juego por el simple hecho de ver esas sonrisas en sus rostros. Todo era tan perfecto en aquel tiempo. Hasta que yo ingresé a la escuela y mi padre comenzó su vida de empresario al igual que mi madre. Y ese juego poco a poco dejó de formar parte de nuestra rutina.
Bufé al recordar lo último y me levanté con la taza en mano para dirigirme hacia la cocina donde se encontraba ella. Estaba apoyada al borde de la mesada al parecer pensando, me sonrió al verme entrar e hize lo mismo. Me acerqué al lavamanos para lavar la taza pero por alguna razón me di la vuelta a mirarla y pregunté.
- ¿Papá donde está? -. Volteó a verme y alzó sus hombros en respuesta.
- No lo sé, no contesta mis llamadas - Bufó algo cansada y bajó la mirada para seguir hablando. - Cuando vuelve solo dice que está cansado para irse directo a la cama -.
Frunzo el ceño un poco. No entiendo. Antes era lo mismo pero con la diferencia de que nunca puso ese pretexto. No soy de meterme en su relación amorosa pero tengo claro que mi padre no es de esos tipos que no tiene tiempo para su mujer, siempre tiene tiempo para mi madre a pesar de estar "cansado".
Asentí comprendiéndola por ese amargo malestar que aunque parecía no querer admitir restándole importancia, se la veía afligida, eso se notaba a simple vista no era necesario que me lo tenga que decir. - ¿Y tú estás bien?
Ella levantó su mirada algo sorprendida por la repentina pregunta y de inmediato sonrió levemente. - Claro cielo, estoy bien. Solo debe ser el trabajo, últimamente yo también estoy algo estresada, pero nada de que preocuparse. Son momentos difíciles, quizás tu padre necesite su espacio, eso es todo -. Volvió a sonreír ahora un poco más animada mientras colocaba sus manos a los costados de su cadera - Bien jovencito ahora a dormir~ que mañana debes levantarte temprano -. Y antes de salir tomó mis cachetes y depositó un beso en la mejilla como siempre. Le sonreí.
ESTÁS LEYENDO
Avoiding Love || J E O N & P A R K [en edición]
Fanfic》Querías evitarlo. Evitar aquello que incluso dudabas de su existencia. Sin embargo, caíste hasta lo más profundo del vacío de ese sentimiento dentro de tu corazón y no supiste cuidarlo, valorarlo, aferrarte a él. No supiste amar, Jimin. Pero no t...