Capítulo 24/2

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Bajé a la cocina después de cepillarse los dientes y cambiar mi pijama por ropa casual.

Tyler y Evan se encontraban sentados en el bar de la cocina tomando un jugo de naranjas y... ¿A quien le importa?
Sentados hablando y riéndose.

-Buenos días.-saludé con mi mejor cara.

-Buenos días.-saludaron los dos.

Me senté al lado de Tyler y empecé a comer lo que supongo que Evan o Tyler preparó para mi.

-Eh Drew.-habló Tyler.-Te llegó algo.

Yo miré sorprendida.

-¿Qué me llegó?-pregunté intrigada.

-Luego te muestro.-dijo Tyler guiñandome un ojo.

El raro.

-¿Cómo dormiste?-esta vez fue Evan.

-Bien.-dije con una sonrisa. Hago lo que puedo.

Terminamos de desayunar y con ansias e intriga fui a ver lo que me trajeron. Estaba sobre mi cama y era un hermoso ramo de rosas rosadas. Las revisé y vi que tenía una carta atada con cinta. Me senté sobre la cama y comencé a leerla.

Sé que te hice daño. Me mirabas con súplica y los ojos llorosos, lo peor fue que yo si te reconocí pero tu no. Me mirabas con tanto desprecio que llegaba a doler, mas no me rendi porque pensé como mi padre y me hice el fuerte. No debes tener idea de quien soy, agradezco eso porque si supieras me estarías odiando.

Atte: Anónimo.

Esta es una de esas cartas que no siempre te llegan, se habrá confundido porque no tiene nada que ver conmigo. Decidí dejar la carta guardada en mi cajón de luz y las flores las puse en agua. No se como supo pero esas son mis rosas favoritas.

(...)

Me senté en la sala para ver algo de Netflix, Evan se había ido a contratar nuevos sicarios para vender más rápido. Eran alrededor de las dos de la madrugada y el no llegaba, cosa que entiendo ya que es mafioso y suele trabajar hasta tarde.

Alguien entra por la puerta de enfrente golpeando brutalmente. Me asustó y me levanté a ver que fue eso. Me relaje al ver que era Evan quien iba entrando con enojo.

-Evan.-dije llamando su atención.
Me ignoró y subió las escaleras rápido. Al rato volvió recargando un arma, se dirigió a mi y me dejo un beso rápido en los labios.

-Vuelvo dentro de un rato, no te preocupes.-dijo sonriendo.

Me acosté sobre el sofá.

¿Quién será el anónimo? No conozco a nadie quien me haya visto sufrir de aquella forma que relató en la carta. Esa y más preguntas, suposiciones llegaron a mi cabeza. Necesitaba despejarme y... divertirme.

Sí, absolutamente eso. La última vez que me fui a una fiesta fue cuando cumplí 18. No me importaba si Evan no me encontraba aquí.

Fui a mi habitación a ver si tenía ropa para salir.

Luego de cambiarme, decidí irme antes de que llegué Evan y no me dejé irme a estas horas, aveces se comporta como si fuera mi padre y algo posesivo cuando no somos mas que amigos. Creo.

-Drew.-dijo Tyler antes de que me vaya.-¿Vas a salir?

Asenti sonriendo.-¿Quieres venir?

-Me encantaría pero no me van a dejar entrar porque soy menor-dijo triste.

-No hay problema, toma el documento de Evan, son casi iguales sólo que cubrete las pecas.-dije riendo.

(...)

Llegamos a la fiesta y entramos sin problemas, no puedo creerlo, Tyler se ve como de doce años.

Ingresamos por un pasillo y llegamos a un lugar súper grande lleno de gente baislando y bebiendo. El lugar era un lujo total. La entrada estaba muy cara pero traje dinero de Evan.

Era parecido a una mansión de alguna reina Isabel más o menos.
Nos dirigimos a bailar con Tyler, sus movimientos de baile me sorprendieron mucho, sabía bailar muy bien, shuffle, dupster y Free Dance.

-No sabía que bailabas tan bien-dije gritando para que me escuchara.

-Me gusta practicar cuando Evan no está, bailo hace mucho tiempo.

-Se nota, sabes coordinar los pies y brazos.-dije aún sorprendida.-Tyler, ¿me traes una bebida?-pregunté a lo que el asintió.-Pero cuidado con lo que tu tomas, pregunta si hay Coca Cola.

El me miró con fastidio.-En dos años ya no podrás decirme que tomé Coca Cola.-esta vez me sacó la lengua y se fue a buscar.

Me quedé bailando sola, me movía al ritmo de la música y no podía parar. La electrónica me volvía loca.

Veo de reojo la mirada de alguien que no logró descifrar, esta persona se acerca a mi cada vez más. No le doy importancia y sigo bailando.

De repente siento unos brazos cálidos envolviedome, pensé que era algún conocido, como por ejemplo Evan, el es de venir a estos lugares.

Pero no, era nada más y nada menos que Chuck.

Me detuve a ver sus ojos, brillantes, me hacía acordar a una persona que abandone hace mucho tiempo. El continuó mirándome de una forma inexplicable hasta que me besó.

No sabía porque le seguí el beso.

No sabía porque sentía estas cosas, el me secuestró y me hizo sufrir.

Pero yo seguía besandolo como si lo conociera de toda la vida.

Nos separamos y la verdad es que no entendía nada.

Holaaa, hasta acá llegó esta segunda parte porque tengo 7 por ciento y mañana tengo que levantarme temprano.

Perdón si fue corto pero salseoso 😉

-eveleeeeeens

Winter DrugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora