Pensándolo bien, pensé mal.
Corría el año 2011, cuando me empecé a convencer de que no debía esconder mis gustos. Por mucho tiempo mi banda favorita fue motivo de burlas y acosos y ser fan de ellos era visto malo, hasta ese tiempo. Entonces empecé a aceptar abiertamente ser fan de este grupo. (Mierda, suena como que acepté ser gay, pero ya sabemos que no.) El asunto es que Facebook se estaba consolidando como una red social de peso y habían muchas páginas bastante buenas, como el Gordo Friki, que dio lugar a los Seguidores de la Grasa... Pero eso es asunto que se tocará muchos años después.
Dentro de esta revolucion de fanpages en Facebook, empecé a darle like a páginas no oficiales de Panda (o Pxndx), y por allá del 2012 me encontré con una que se llamaba "Dime una mentira, una que en el fondo sea verdad", que era pequeñita pero en la que todos eramos hermanos. Hasta ahí todo parecía normal...
En noviembre de ese año, me involucré mas de fondo en este grupo, ya que uno de los administradores andaba ultra dolido y ocupó de mis servicios de Doctora Corazón. Brian, como se llamaba este vato, me habló de varios administradores más, pero hasta ahí. Los fui conociendo de a pocos, hasta aquel día de diciembre. Una admin, llamada Pamela, publicó que por ausencia y renuncia de varios administradores, ocupaban nuevos. Yo levanté la mano de inmediato, y por mi trato anterior con Brian, fui aceptado de momento.
Agradecido con Pamela, empecé a hablar más y más con ella. Perdí la noción de en qué momento una plática amena pasó a ser un coqueteo formal. Demasiado formal.
Coincidíamos en muchas cosas. Primero, nos gustaba la misma música, y odiábamos la misma música. Teníamos una cosmovisión bastante similar. Los dos veníamos de familias similares, al menos en el estilo de creencias, y nosotros eramos los rebeldes que estas dos familias tenían. Incluso, aceptó ponerse como sobrenombre en Facebook "De Bishop" y obviamente yo me coloqué su apellido de misma forma. Creo yo que éramos tal para cual, solo había algo que nos separaba. 900 kilómetros.
Si, así como se oye, 900 kilómetros separaban a esta historia. Después fueron menos, pero nunca tuvo nuestra relación tanta fuerza como en ese momento. A mediados de diciembre, cerca de Navidad, aceptó ser mi novia. Aún con la distancia que nos separaba. Todo era bonito. O al menos a mi me gustaba que nos hablábamos de usted, que nos tratábamos como una relación de otro siglo. Así nos gustó estar.
En Navidad estuve lo menos presente con mi familia de lo que he estado en años, solo por estar con ella, o al menos por teléfono, estar. En año nuevo, mientras estaba con un tío que en ese momento era super alcohólico, le mandé un mensaje donde le prometía que estaría con ella a pesar de la distancia, a pesar de todo. Que equivocado estaba al pensar que la eternidad iba a ser "Para siempre estaré"...
Cualquiera que sea fan de Pxndx entendió las dos referencias que la parte final del anterior párrafo muestra. Quienes no son, les costará un poco más de trabajo, pero se los explicaré más adelante.
Poco más de 15 días después empezó a mostrarse rara, ajena, dispersa. Técnicamente, debo decirlo, ella nunca consideró esto como algo real, por lo siguiente. Postulábamos que a diario teníamos que dedicarnos una canción, de cualquier tipo, siempre y cuando creyeramos que nos gustara, un día dejó de hacerlo. Yo pensé que tenía que ver con problemas en su casa (que había y muchos) o con asuntos escolares (ya que ella viajaba alrededor de 2 horas para llegar a su escuela). Lo dejé pasar. Tres días después Me bloqueó de Facebook y de Whatsapp. De primer momento no supe que había pasado, pero alrededor de una semana después me levantó el bloqueo, sin agregarme de nuevo, al menos en Facebook.
Lo que vi fue aterrador para en ese momento mi corazón joven e ilusionado, que creía en el amor a distancia. Uno, había desaparecido el "De Bishop", y dos, Tenía una relación con un vato, del cual solo recuerdo que apellidaba Chacorta (no es mame, en serio así era su apellido).
Me dolió, si, pero no lo consideré el fin. Observaba desde la lejanía y hasta donde mis ojos llegaban, creía yo que yo la trataba mejor. Poco después, como se leerá en el siguiente capítulo, la superé.
Unos 4 o 5 meses después me aceptó la solicitud nuevamente. Me dijo que esperaba que entendiera su relación y que, en pocas palabras, no la hiciera de pedo con su pareja. Yo asentí, porque a final de cuentas, como le dije, ella era feliz y eso era lo que importaba.
Durante mucho tiempo estuvimos como amigos, hasta el 2016, cuando la cagué. O eso creyó ella. Yo digo, en mi defensa, que ella malinterpretó mi estado de ánimo o mis intenciones, lo cual nos llevó al acabose.
Era viernes santo, y yo estaba en su ciudad (o relativamente cerca), y no tenía nada que hacer, y ella, para una materia de la uni, necesitaba ir a un museo. Un día antes quedamos de vernos en una estacion del metro muy cercana al zócalo, desde la cual podríamos ir al dicho museo y regresar sin mayor problema. Le propuse ir a ese museo y después comer. Durante la visita pendejamente se me ocurrió abrazarla. Me puso cara de asco y me dijo "tengo novio, y lo sabes", a lo que yo respondí "yo tambien tengo novia, sólo quiero un abrazo de una buena amiga de hace tiempo". Después de eso el ambiente se puso tenso y pesado, y ella buscó cualquier excusa para irse. Desde ese momento ya no volví a saber de ella.
Y como siempre las promesas terminaron siendo decepciones y nunca más podré hablarle de usted.
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¿Te digo la verdad o seguimos siendo amigos? Dejavú Compartido
RomanceCuando inicias una relación... ¿En qué te basas para creer que ésa persona te quiere, si no conoce tu historia? Mi caso, en especial, es, como todo caso clínico que merezca publicarse, controversial e increiblemente raro. Tras mi último intento de r...