I could show you what you wanna see, and take you where you wanna be.

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Canción: Safe and Sound - Capital Cities

Cuando salimos del instituto, Michael caminó acelerado hasta el estacionamiento, yo lo seguía de cerca, esperando ver un auto anticuado, la típica herencia de los padres. Pero no. Frente a nosotros se erguía orgullosa una Harley Davisson negra, una total bestia. Lo miré a él, sonreía de manera arrogante. Me tendió un casco y yo en parte aun estaba embobada mirando su motocicleta.

-¿Cómo se supone que llevaremos las compras? -Pregunté mientras ajustaba el casco sobre mi cabeza, me quedaba grande.

Él se acerco hasta mí para ayudar con el dichoso casco. Su roce me producía algo raro, una especie de hormigueo placentero, era una sensación que ya había olvidado, hacía mucho tiempo desde la ultima vez que alguien me tocado.

-Improvisaremos - Dijo él, sonriendo de oreja a oreja.

Para mi desgracia se alejó y se subió a la Harley. Yo lo seguí maniobrando para sentarme detrás de él, abrazándolo con brazos y piernas. Podía sentir su risa disimulada, era un idiota. Arrancó la motocicleta de improvisto, por lo que me vi obligada a abrazarlo aun más fuerte, sabía que lo hacia a propósito.

En ese momento experimenté dos de las cosas más maravillosas en el mundo. El calor humano, y la brisa acariciando mi cara y haciendo volar mi cabello rubio por todos lados. Pronto estuvimos frente al mercado, Michael bajó rápidamente luego de estacionar, y de paso me bajó a mí en brazos. La sensación de su espalda contra mi pecho aun estaba presente incluso después de que estábamos entrando al lugar. Sacamos un carrito de la entrada y comenzamos a vagar por el lugar.

-¿De dónde vienes? -Preguntó mirando los dulces en una estantería del medio.

-Soy de aquí, siempre he vivido en Sidney. -Saqué una caja de crackers para Harriet, un tarro de Nutella para Alex y palitos de queso para Ashley, ellas amaban los dulces y las chucherías, si fuera por ellas solo nos alimentaríamos de eso. -Pero no asistia a una escuela, las chicas y yo teníamos tutores.

-¿Por qué?

-Odio las escuelas. -Dije seria, Michael miraba un tarro de vegemite, odiaba esa cosa, pero si a él le gustaba al parecer, por lo que tomé un tarro y lo dejé en el carrito.

Varios flashes de mi infancia comenzaron a salir a flote dentro de mi cabeza. Los maltratos, los tirones de cabello, los dibujo obsenos en mis cosas, los apodos, todo, todo eso me hacia odiar el ambiente.

-¿Por qué ahora decidieron ir a la secundaria? -Se paró frente a mí, detuvo el carro y me miró con demanda escrita en sus ojos.

-¿Por qué no? -Dije simplemente, ya estábamos en el pasillo de las verduras. Saqué unas manzanas, un par de lechugas, limones, zanahorias y frutillas. -Digo, nunca es tarde para descubrir que la gente no es una mierda.

Se quedó en silencio mientras caminábamos por el pasillo de las bebidas. Me miró sorprendido cuando me vio sacar un pack de cervezas del estante. Lo miré levantando una ceja. Que inocente era.

-¿Bebes? -Preguntó.

-Sí, ¿Tú no? -Volví al estante buscando una botella de tequila. La dejé en el carro y saqué dos botellas más de Vodka.

-Si, pero no imagine que tú lo hicieras. -Seguimos caminando por el pasillo, de verdad que era muy inocente.

-También fumo. Y me drogo. Nada del otro mundo -Sentencié mientras sacaba algunas botellas de refresco y de jugo.

-No me lo esperaba.

-No esperes nada de mí. Supongo que es una buena manera de ahorrarse una decepción.

Alive|Michael Clifford, Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora