Serendipty {Charlie's pov} Parte 1.

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Holiholiholiholi. Quiero aclarar algo antes de seguir. La historia es narrada capítulo por medio por Luke y por Charlotte, lo hago para tener una visión más amplia de los hechos y eso, también pondré una canción en cada capítulo, es algo así como para el ambiente idk. Capítulo dedicado a Maya/Harriet/Pasi

Canción: Nicotine, Panic! at the disco.

La noche anterior había sido una mierda, mi departamento estaba inundado en botellas de cerveza y hierba por todos lados. Me daba asco todo eso. Odiaba tener que hundirme en todas las sustancias ilícitas que me metía para poder olvidar la realidad por un segundo. Lo único que me daba consuelo a veces era pensar en que tenía a mis amigas y compañeras de banda, sí, esas mismas que estaban tiradas en estado zombie por todo el lugar.

Había sido mala idea armar una joda el día antes de entrar al nuevo instituto, pero teníamos que celebrar que habíamos ganado la batalla de las bandas. Me levanté como pude, un poco mareada por el alcohol que aún corria por mis venas. Entré a la ducha para quitarme el jodido olor a rayos que traía encima. Me envolví en una toalla enorme y me vesti con lo primero que encontré, una camiseta negra de alguna banda, shorts de mezclilla y unas botas negras hasta la rodilla.

Las chicas comenzaban a despertar poco a poco, Harriet fue la primera, al igual que yo corrió hasta la ducha, sabía que ella también odiaba el alcohol, pero tenía sus razones para beber. Ash y Alex estaban abrazadas sobre un montón de envoltorios de frituras. Eran las 7:00 y las clases comenzaban a las 8:00. Bien, no ibamos a perder el día como siempre. Fuí hasta la cocina y saqué una fuente, la llene de agua y volví hasta la habitación en la que las morenas seguían abrazadas como lapas. Vacié el agua sobre ellas y esperé a que se retorcieran para después soltar una carcajada.

-Tienen media hora, zorras.-Dije de manera casual, fui hasta los cajones de las chicas y saqué sus cuadernos.

Ordené sus mochilas y las cargué hasta la cocina, en la que Harry se encontraba comiendo un plato lleno de estrellitas. Ella ya había ordenado sus cosas, siempre era responsable, o estaba haciendo la comida o estaba llevándonos borrachas a casa, era realmente madura para tener 17 años.

Busqué en el refrigerador algo para las chicas. Solo teníamos algunas cervezas, una caja de crackers, una de snickers y algunas verduras de aspecto sospechoso. Más tarde iría a comprar comida con el dinero del premio.

Agarré un par de snickers y un paquete de crackers y los metí en la mochila de las chicas. Ambas entraron ya vestidas y ordenadas a la cocina. Las envidiaba. Ellas siempre estaban guapisimas, apenas se les notaban los efectos de la borrachera.

-Buenos días, mami. -Sonrió Alex a Harriet, todas la llamábamos así, y ella solo reía por ello.

-Buenos días, papi. -Dijo Ashley hacia mí, la fulminé con la mirada y le lancé su mochila en la cara.

Alex rió por lo bajo y se acerco a buscar la suya. Llevaba un vestido azul mar, apretado y hasta las rodillas y unos tacones de plataforma negros.

-Vamos, lo que menos quiero es llegar tarde, zorras. -Bostecé y me estiré. Tomé mi bolso y lo crucé a lo largo de mi torso.

Harriet estaba callada, pensaba en algo, pero no podía descifrarlo. Se veía algo nerviosa, pero lo dejé pasar.

Fuimos hasta el convertible rojo de Alex, como era la mayor podía conducir, y con ayuda de las tocatas y uno que otro trabajo extra se había comprado esa preciosura. Le venía, ella era osada, guapa y segura de si misma, era justo la chica que podía tener un vehículo así.

Prendió la radio apenas entró, una canción de Fall out boy llenó el auto, Ashley bailaba en su asiento junto a Alex, era su lugar, ellas eran inseparables. Todas comenzamos a. cantar y a bailar al ritmo de la voz de Patrick Stump. Sin darnos cuenta ya estábamos en las puertas del dichoso instituto.

Parecía decente, más de lo que podíamos pedir. No es como si alguna quisiera ir al instituto, pero mis padres y los de las chicas nos exigían ir. O tendríamos que volver a nuestras casas. Cualquier cosa era mejor que volver.

Entramos a la oficina, una salita pequeña en la que una señora de aspecto maternal nos recibio alegre, se veía agradable.

-Bienvenidas, muchachas. Es un placer tenerlas aquí. -Dijo con voz suave, mientras revolvía un montón de hojas en su escritorio.-Estas son sus clases, y el mapa del colegio. Si necesitan algo no duden en pedirlo.

-Gracias, señora.

-No es nada, bonita, ahora apresurense, no vayan a llegar tarde.

Miré mi hoja, matemáticas, literatura, biología, física, música, arte, español, deporte e historia. El resto era electivo. Ya me estaba gustando el lugar. Harriet y Ash tenían las mismas clases que yo, pero Alex había quedado apartada de todas, que mala suerte.

Lo primero que teníamos era música, era una buena manera de empezar.

-Adiós, Alex.

-Adiós, montón de perras.

-También te amamos.

El aula de música era un lugar enorme, más grande de lo que tenía pensado, tenían de todo. Desde guitarras electricas hasta violines y demás instrumentos de orquesta. Me enamoré a primera vista del lugar. No habíamos llegado para nada tarde, habían apenas unos cuantos alumnos en las sillas alineadas a los costados del lugar. Todos nos miraban raro. Vale, admito que mi estilo no es precisamente normal, pero al menos deberían tener la decencia de disimular.

Busqué una silla al fondo, no quería que me miraran tanto, odiaba las miradas de la gente ai no eran en un escenario.

-¡Rubia! -Un grito masculino me sacó de la ensoñación, juraba haber oido esa voz antes. Lo miré con una ceja alzada, era el chico de la noche anterior, el teñido.

-¡Teñido!

Se sentó a mi lado, sin dejar de mirarme, como si no creyera que estaba ahí. Debo admitir que yo también estaba sorprendida.

-¿Qué haces aquí? -Preguntó con una sonrisa ladina tirando de sus labios.

-Nada, soy agente encubierta de la CIA, me enviaron a investigar algunas cosas, ya sabes, lo típico. -Dije como si de verdad se tratara de algo serio y no de una idiotez tan grande como la que acababa de decir.

-Cool. ¿Así que seremos compañeros de clase?

-Asi me temo...¿Marley?

-Michael, Michael Clifford.

-Charlie, Charlie Rockwell.

-¿Te gustaría salir después de clases? - Hizo un puchero irresistible, sus ojos verdes brillaban, eran preciosos.

-Claro, ¿Me acompañarias a hacer las compras?

-Seguro.

-¡TÚ! - Otro grito más que me sonaba familiar, esta vez era el chico moreno, y miraba a Harriet. Ella comenzó a hundirse en su asiento, a lo que Ashley se carcajeó y le dió un manotazo.

El moreno se sentó al lado de Harriet, en el único asiento libre de nuestra fila mirandola insistentemente. Harriet estaba colorada a más no poder.

-¿No recuerdas nada de anoche? -Preguntó la morena rápidamente, apenas se le entendía.

-Lo recuerdo todo. -Harriet pareció ruborizarse aún más. Algo raro se traían esos dos.

El profesor interrumpió el momento cuando se paró en medio de la clase.

-Tú y yo tenemos una conversación pendiente, Harry.

Alive|Michael Clifford, Luke Hemmings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora