Cap. 24 "Huerfano"

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TATIANA

A la mañana siguiente me desperté con el brazo de Demian enrollado en mi cintura, como pude lo quité, pero él ni cuenta se dio. Aproveche que seguía dormido y me fui a bañar, me quite prenda por prenda y me mire al espejo, la herida que demitan me había hecho le faltaba poco para sanar. Nunca me había acomplejado mi cuerpo, tenía una cintura delgada y una figura esbelta y todo gracias a el ejercicio que solía hacer además de las clases de danza donde me exigían comer determinadas cosas para mantenerme acorde con lo que ellos consideraban atractivo, despues de unos años decidí salirme de la clase, todas esas chicas se las pasaban criticando el cuerpo de otras y juzgando el suyo, y siendo honesta no me gustaba mucho escucharlas hablar mal de otras personas además de los malos hábitos que tenían.

Me metía a la ducha caliente y relaje todos los músculos, sabía que quería hacerlo con Demian solo que no sabía que debía hacer Me ponía nerviosa de solo imaginar que a Demian no le gustara como lo hacía conmigo, es decir el es mucho más grande y tiene mil veces más la experiencia que yo tengo y que por cierto es nula.

Intente quitar esos pensamientos de mi mente y recordé al pequeño lobo huérfano, sentía pena por el, sobre todo porque se encontraba en un hogar para niños abandonados y no en una familia como debería de ser. Yo había tenido suerte de que mis actuales padres me adoptaran aun siendo humana y me protegieran y amaran como lo habían hecho pero ese niño no tenía la misma suerte que yo

Salí de la ducha envuelta en una toalla, me cambié y salí del baño, Demian estaba sentado en el borde de la cama refregándose los ojos, obviamente se acababa de despertar.

_¿Dormiste bien? –dije poniéndome entre sus piernas.-

_Si, pero solo porque estabas a mi lado. –sonreí y el tomo mi cintura- te queda bien el cabello mojado.

_Gracias, quizás la próxima vez nos tengamos que bañar juntos para ver como te queda a ti el pelo mojado. –en cuanto me di cuenta que lo que había pensado lo dije en voz alta me quería matar, mis mejillas se tiñeron de rojo he intente alejarme de Demian para que no me viese sonrojada. -

_Definitivamente es una buena idea.

_Podría ver hoy al niño –intente cambiar de tema-

_Si, yo te llevo. Te parece ir caminando, así conoces un poco más la manda.

_Claro, aparte no hace tanto frio como en otros días. –poco a poco me iba acostumbrando al frio clima ruso, aunque no me serví de mucho ya que pronto se vendría la temporada de calor, y la mayoría andaba en remeras mangas largas, dejando a un lado los ostentosos y pesados abrigos de piel que solían llevar.-

La mañana fluyo sin complicaciones, fuimos los dos tranquilos caminando por la manada, eventualmente Demian saludaba a algunos licántropos y la mayoría hacían una reverencia cuando pasábamos cerca de ellos.

Una vez llegamos al hogar, me deprimió un poco, era una edificación de cemento y ladrillo y por dentro era igual de frio que afuera, aburrido y frio. Algunos niños mas grandes pasaron corriendo delante de nosotros y cuando notaron que era Demian le hicieron una leve reverencia con la cabeza y siguieron su camino, parecían divertirse a pesar del lúgubre aspecto del edificio.

Una mujer nos recibió y hablo con Demian en Ruso, yo por obvias razones no entendí nada y comencé a preguntarme que tan difícil seria prender Ruso, no me gustaba no poder comunícame con la mayoría de personas, ni tampoco el hecho de no entender nada de todo lo que hablaban.

La mujer nos condujo a una habitación donde se hallaban otras dos chicas más jóvenes y cinco cunas con niños y niñas algunos durmiendo y otros jugando con peluches. Nos acercamos a la última cuna y allí se encontraba el pequeño, su piel era algo morena y el cabello chocolate obscuro ligeramente rizado.

Me enamore del pequeño en cuanto lo vi, su pancita se marcaba sobre la remerita que llevaba puesto de color amarillo suave.

_¿Puedo? –le pregunte a Demian.-

_Si

Tome al pequeño entre los brazos, este tomo algunos mechones de mi pelo, mientras sus carcajadas resonaban en la habitación

Demian y yo nos lo llevamos a una habitación aparte y jugamos durante un tiempo con el pequeño, dentro mío sentí pena por él, tan pequeño e indefenso y sin sus padres.

_¿Que pasa con los niños que no son adoptados? –me atrevía preguntarle a Demian-

_Cuando cumplen los diez años los llevamos a otra casa donde se encuentra niños que no fueron adoptados de todas las manadas del país, casa como esas hay dos o tres y cuando cumplen 15 años se reparten entre las manadas para llevarlos a entrenamiento. Ahí aprenden a luchar, cuando cumplen 18 ellos pueden decir si siguen el entrenamiento o se dedican a otra cosa.

_Entiendo

_Tati ya deberíamos de irnos, podes venir a visitarlo cuando quieras.

_Okey –siendo sincera no me quería ir pero sabía que el bebe debía dormir y comer asique decidí ir con Demian-

Volvimos a la mansión y almorzamos, sentía que le debia al hombre que me salvo el cuidar de su hijo o por lo menos asegurarme de que lo adoptara una linda familia que lo haga muy feliz intente leer pero por mi cabeza solo pasaba el bebe de cabello chocolate.

Entre los labios del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora