El viaje fue largo, muy largo, lo momentos moría de sueño, pero temía lo que me pudiese pasar si me dormía, finalmente y sin poder evitarlo me dormí.
Al despertar tenía frío, mucho frío, y note que me encontraba solo con la ropa interior y atada de las manos por una soga que colgaba del techo y las puertas atadas también en el suelo. Frente a mi se encontraba un plato de carne y un vaso de agua. Comencé a ver todo el lugar, las paredes grises de cemento, llenas de humedad, algunas luces que estaban en el techo iluminando el ambiente, paso un tiempo y entro alguien, se trataba de un hombre asomándose por la puerta, pero luego pude ver como sus piernas dejaban de ser humana y comenzaban a verse peludas y marrones, con forma de un caballo.
_ Que tal, mira a quien tenemos aquí, la hija adoptada del Alpha Esteban y la Luna María. Y al parecer mate del Alpha Damián. Será un placer hacerte sufrir entonces.
_ Te dar lo que quieras, haré lo que quieras, pero déjame ir, por favor.
_ No princesa, no hay nada tuyo que quiera más que hacerte sufrir, cualquiera que pise mis territorios será castigado y por eso tú lo serás.
_ Yo no hice nada por favor jamás fui a tu territorio. Por favor te lo suplico.
_ Cuando tus padres biológicos chocaron, el auto callo del lado de mi territorio es por eso que me perteneces, pero tus entrometidos padres decidieron quedarse contigo y fingieron que tu habías caído dentro de su territorio, pero ya que tú no te encuentras en su territorio no hay manera que te defienda.
_ ¿Qué me harás? - si no me iba a dejar ir, y yo no podría escapar por el momento, entonces quería saber por lo menos que me aria-
El abrió un pequeño armario con llave, saco de ahí un látigo con dos puntas al final, dios cuanto extrañaba estar en casa, con papa y mamá, peleándome con mi hermano por la ropa que me ponía, como deseaba estar con Demian, extrañaba todo de él, el que me pusiera nerviosa, o el que me sacara de quiso, su aroma, su voz, sus abrazos....
Cerré los ojos para concentrarme en no gritar y me mordí el labio para no hacerlo; no le daría el gusto de saber que me dolía lo que él me haría, pero cuando el látigo de cuero choco contra mi espalda y parte de mi brazo mis labios se abrieron y salió un grito, una vez más el cuero choco contra mi espalda esta vez en la parte baja, y sin poder evitarlo volví a gritar, una vez más el repitió la acción y una vez más yo repetí la mía.
_ ¿Te duele?... - dijo contra mi oído, todo mi estómago le dio un revoltijo, el asco me invadía. Otro latigazo azotó mi cuerpo, Antes que, de el siguiente, cerré mis ojos y me concentré en otra cosa, cuando el cuero choco con mi pierde solo salió de mi boca un pequeño quejido.
_ Oh, no gritaste, quizás deba de ser más duro contigo
El siguió azotándome con el látigo, en algunas situaciones este se enrollaba en mi cintura y dejaba marcas en el abdomen.
_ Bien termine por hoy, mañana vendrá mi hijo. -me soltó de las cuerdas y sin más se fue, estaba agotada física y mentalmente, me dolía la espalda, y ardía lo que claramente significaba que me había lastimado al punto de sangrar. Me acosté en el suelo, estaba frío, hacía frío, y yo estaba con toda la espalda marcada y solo en ropa interior. Me sentía humillada, iba a morir, no veré a ninguna persona que yo amaba, y que tanto extrañaba ahora.
ESTÁS LEYENDO
Entre los labios del Alpha
WerewolfTatiana: una humana adoptada por una familia de licántropos, desde que tiene 2 años. Comprende las costumbres de los licántropos y ya los reconoce como familia, con 1 metro 62 cm de altura, delgada, con el cabello marrón chocolate y unos ojos marron...