Cada uno de los grupos empezó a andar por el laberinto. Nada parecía cambiar y tenían la sensación de que todo el rato pasaban por el mismo sitio.
Estaba empezando a oscurecer y nadie se había cruzado con ningún otro rival a excepción de la pareja con la que se encontraron Usopp, Zoro y Chopper.
Poco a poco, fueron llegado a un punto del laberinto en el que había una pequeña explanada con una casita en medio.
Todos ellos supieron que aquello era una trampa y que debían ir con cuidado. ¿Quién pondría una casa en medio de un laberinto?
(GRUPO INVIERNO)
-Parece que aquí dentro no hay nadie ni nada que nos pueda atacar. Creo que lo mejor será pasar aquí la noche y mañana seguir con el camino. – Dijo Law sentándose en el sofá que se encontraba dentro de aquella pequeña casa.
-Pero tú estás loco? ¡Vendrán a matarnos en cuanto estemos dormidos! – Contestó la pelirroja hecha una furia
- Si tu no piensas dormir, ya duermo yo.
Y en aquel momento se estiró en el sofá dejando la cama libre por si Nami quería dormir.
Ella se quedó muda. Se acomodó en la cama tapándose con la fina sábana que había. Estaba muerta de frío, pero poco a poco se fue quedando dormida.
No pasó ni media hora cuando Nami notó que alguien le rozó el brazo. Abrió los ojos asustada y vio a Law tapándola con su abrigo.
- ¿Qué haces? – Preguntó mientras daba un pequeño salto y se sonrojaba.
-Llevas temblando desde que te has metido en la cama y tienes un color de piel muy pálido. Cualquier médico sabría ver que estás a punto de coger una hipotermia.
La chica se quedó callada. Era cierto que llevaba todo el día con poca ropa y que el frío que hacía en aquel lugar era exagerado.
-Hazme un sitio. – Dijo él mientras le hacía un gesto con la mano para que se echara a un lado de la cama.
-Pero que dices, tu duermes en el sofá.
-Sé que no soy de tu agrado, pero lo que necesitas ahora es entrar en calor, y la única manera es con el calor de otra persona, o a caso ves alguna chimenea?
Nami obedeció. Sabía que lo que decía el médico era cierto y decidió dejar atrás su orgullo. Cuando Law entró en la cama, la rodeó con sus brazos, quedando ella atrapada en su cuerpo.
No podía dormir, estar así con Law la incomodaba, pero era cierto que poco a poco iba perdiendo el frío que tenía. Finalmente consiguió conciliar el sueño, pero le duró poco más de una hora. Un fuerte golpe se escuchó a lo lejos y ambos se levantaron de la cama.
-Que ha sido eso? – Dijo Nami asustada.
-No lo sé, vamos. – Contestó él mientras se levantaba de la cama de un salto y se dirigía rápidamente a la puerta de la casita aquella.
Nami se levantó detrás de él, no sin antes colocarse el abrigo que el chico había dejado ahí para no perder la temperatura corporal que tenía en aquel momento.
-Te queda muy bien. – Dijo Law justo antes de abrir la puerta para ver qué era lo que estaba pasando.
Nami iba a contestarle, pero en aquel instante fue cuando él abrió. Pudieron ver que se había levantado una fuerte tormenta de nieve. Apenas podían avanzar ya que el fuerte viento los echaba hacia atrás.
A lo lejos unas grandes rocas empezaron a acercarse hacia ellos rodando a una gran velocidad.
-Ponte detrás de mí! – Gritó Law
Ella obedeció.
-Room
Las rocas empezaron a llegar donde estaban ellos. Law desenvainó su espada y cortó en pequeños trozos todas las rocas que se iban aproximando.
-Muy hábil.
Una figura se acercó lentamente hacia ellos. No se le veía bien la cara, pero era alguien corpulento.
-Quién eres? – Preguntó Nami, todavía colocada detrás de Law y agarrándole fuertemente de la cintura.
-Me llamo Tiro, y vengo a mataros.
Nami empujó a Law hacia él. – Corre, derrótalo antes de que nos mate.
Law la miró de reojo y se puso en posición de pelea, pero Tiro hizo un pequeño movimiento con la mano izquierda, y en aquel momento empezaron a salir grandes rocas del suelo formando pequeñas columnas.
Una de las columnas elevó a Law unos 15 metros, mientras que Nami y Tiro quedaron en el suelo.
-El rival flojo es al que hay que matar primero. – Y dicho esto, el hombre se abalanzó sobre la pelirroja mientras convertía todo su cuerpo en una gran roca. Con un movimiento rápido, Nami logró esquivar el ataque de aquel hombre. Mientras corría, logró sacar su arma, y soplando empezó a crear nubes negras que se intercambiaron con las nubes de nieve que había previamente. Justo en aquel momento vio como quedaba cubierta por una gran esfera azul y automáticamente era cambiada de sitio por Law, quedando ella encima de la columna, y él en el suelo.
El cirujano desenvainó su espada y empezó a pelear con aquel tipo.
-Room. Injection Shot.
Tiro cayó al suelo. Mientras intentaba levantarse, Nami atacó.
-Weather Egg: Thunder Breed Tempo!
Muchos rayos empezaron a caer sobre aquel hombre, quien quedó en el suelo inconsciente después de ser completamente electrocutado por los rayos de la chica. Todas las columnas que Tiro había creado desaparecieron, provocando que Nami cayera. Con un rápido movimiento, Law consiguió cogerla mientras caía. Ambos se miraron durante unos pocos segundos a causa de aquella incómoda situación. Acto seguido, él la dejó en el suelo de golpe.
-De nada, por salvarte de la caída. – dijo él esperando que ella le agradeciera el haberla ayudado.
-Las gracias me las tendrías que dar tu a mí por haber vencido a ese hombre de roca. Si no fuera por mí, te hubiera derrotado.
- ¿¡Que!? Si de un único ataque ya le tenía casi.
-Sí, sí, lo que tú digas.
La cara de Law cambió por completo.
-Nami, mira.
La pelirroja miró hacia donde señalaba Law. Ambos vieron como Tiro se hundía en la nieve y desaparecía por completo.
-Me pregunto si todos los otros estarán bien. – Dijo Nami preocupada.
-Seguro que sí, son todos más fuertes que tú. – Contestó el chico con tono de burla.
Ella le propinó un puñetazo en el brazo. – Idiota.
Eso provocó una pequeña sonrisa en Law, detalle que no pasó por alto la navegante. ¿Aquel hombre sabía lo que era sonreir?

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Las cuatro estaciones
FanfictionUn dia cualquiera, los Piratas del Sombrero de Paja, se encuentran con la tripulación de Trafalgar Law justo antes de llegar a una gran isla que los dividirá. Juntos tendrán que conseguir escapar de aquél lugar, no sin antes dejar al descubierto su...