LA HERMANA DEL REY

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-No me mires mientras me cambio, te lo advierto. - Amenazaba Nami

-Como si lo que fuera a ver no lo hubiera visto antes, tsk. 

-Da igual, tu no mires, que me da vergüenza

Y ambos se empezaron a cambiar sin mirarse el uno al otro. Nami giró la cabeza , observando el perfecto cuerpo de Law, quedando completamente embobada con todos y cada uno de los tatuajes que tenía él por todo su cuerpo.

-¿Por qué tú si que puedes girarte y yo no? - Dijo Law sorprendiendo a Nami

-No me he girado! - Contestó ella dándole de nuevo la espalda. ¿Cómo podía haberse dado cuenta?

Después de eso, ambos se terminaron de cambiar y salieron fuera, donde la señora les estaba esperando. 

-Rápido, no hay tiempo que perder, por aquí. - Y les guió por el pasillo hasta que llegaron hasta unas escaleras que conducían a lo alto de la torre.

-Zoro-san, por aquí ya hemos pasado!

-Has oído eso Nami-ya? - Dijo Law

-Son Beppo y Zoro, que oportunos. Voy a buscarles, ahora vuelvo. - Y Nami salió corriendo en dirección hacia la voz del oso.

No tardó ni un minuto en encontrar a los dos piratas deambulando por el castillo.

-Beppo, Zoro, por aquí, ya sabemos donde está Robin. Vamos, no hay tiempo que perder. - Dijo Nami estirando de los brazos de ambos. - Sabeis algo de Luffy y los demás? 

-Hemos oido algún guardia gritando que no quedaban refuerzos, así que creo que no va del todo mal. - Explicó Beppo

-Genial

Una vez se reunieron con Law de nuevo, empezaron a subir por aquellas escaleras de caracol que parecían no acabar nunca. En la parte delantera iba Law, seguido de Zoro, Beppo, y finalmente Nami, quien no podía más con su alma y estaba deseando llegar ya arriba.

-Zoro! - Gritó la pelirroja

El espadachín se giró. Cuando vio la cara de su nakama, comprendió que lo que pretendía era que la llevara en su espalda.

-Me descuentas un 10% de la deuda- Trató de negociar el peliverde mientras se dirigía hacia ella.

-Un 3% y date por satisfecho

-Sube. - Y Nami subió a espaldas del chico.

Law no podía creerlo. ¿Por qué no se lo había pedido a él? ¿Es que acaso Nami y Zoro...? No, no podía ser, si ellos dos se llevan a matar. Pero y si...

-Vamos Torao, que te quedas el último!- Dijo el espadachín adelantándole mientras Nami reía.

Law no hizo ningún comentario y se limitó a seguir corriendo, evitando pensar en la chica que le hacía volverse cada vez más loco.

A los pocos minutos llegaron arriba. Se encontraron con un gran portón, pero lo raro es que no escucharon nada de ruido en el interior.

-Que raro, si estuvieran aquí peleando, se escucharía algo. - Dijo Nami

Law creó una de sus habitaciones y asomó la cabeza con la mala suerte de que fue visto.

-Adelante chicos, os estábamos esperando.- Dijo el rey Rofog. Y las puertas se abrieron de par en par.

Los cuatros se prepararon para la pelea, pero el rey les interrumpió.

-No os pongais así hombre, no voy a haceros nada siempre y cuando me hagas caso. -Siguió hablando el rey 

Las cuatro estacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora