Capitulo cinco: Un asqueroso día

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*Diego

Después de una asquerosa noche por órdenes de Christian me  hospede en un hotel de gran lujo que le pertenecía a él y por la mañana envió a un ángel llamada Sara a recogerme para llevarme a La Base.

Sarah tenia cabello rubio, parecía oro puro, lo llevaba atado en una estirada coleta lo que dejaba totalmente al descubierto  el hermoso rostro que poseía ,la nariz recta, cejas delineadas y rubias, labios delgados, pómulos hermosos y rosados, pestañas largas, espesas y muy negras y ojos azules, gracias a este ultimo rasgo bien podría pasar por mi hermana aunque claro mi piel era dos tonos más oscura que la suya, manejaba un VMW negros con los vidrias polarizados seguramente el auto le pertenecía a La Base ya que siendo ángeles no teníamos debilidad al sol como los vampiros.

Llevaba un vestido blanco con un cinturón café que se ceñía a su cintura, zapatos de aguja que no es que yo fuera un experto pero no parecían baratos.

-espero que hayas tenido una linda velada en la mansión Colville-dijo mientras nos deteníamos en un alto

-ha sido… interesante-respondí

La noche anterior me entere que la vampira a la que le salve el tercero era nada más ni nada menos que Vanessa Colville la hija adoptiva de Steven y sublíder de la comunidad a la que recién me incorporaba, que patético que siendo quien era y teniendo el respeto de muchos en este mundo inmortal haya sido lo suficientemente estúpida para no darse cuenta que la estaban asechando en la torre.

-¿Por qué no te vi allí?-dije tratando de sacer mi mente  los penetrantes y profundos ojos color pasto

-los ángeles no asistimos-arranco-Christian es el único que asiste y tu claro

-no lo sabía, que curioso

-además alguien necesita vigilar mientras los otros bajan la guardia

-¡si que algunos la bajan!-

-¿te refieres a alguien en particular?

-una vampira…

-Vanessa seguramente-dijo conteniendo la risa

-pareciera que no te sorprende-dije mirando por la ventana

-podria decirse, aunque a veces es muy imoredescible 

-son amigas?

-es una de mis mejores amigas

Después de veinte minutos de conducción e incomodidad  entramos al estacionamiento subterráneo de un edificio que abarcaba una cuadra completa, las paredes pintadas de color crema, no había ventanas, solo una puerta doble de acero con cuadrados de cristal sin chapa solo una pantalla del tamaño de una hoja tamaño carta táctil a su lado.

El estacionamiento era un tunes donde al final se encontraba una puerta de acero que tenía un aspecto impenetrable, una pantalla táctil salió  de la pared, Sarah introdujo un código de seis dígitos y después la puerta se levanto para dejarnos pasar, no era un estacionamiento muy grande tal vez para treinta autos pero sospechaba que no era el único piso. Todo estaba lleno con autos de lujo como el que llevábamos nosotros, nos estacionamos hasta el fondo en una sección exclusiva para diez autos, había un letrero que decía *AUTOS OFICIALES*,  después de bajarnos Sarah ni siquiera se molesto en poner la alarma de hecho dejo la llave en el tablero.

-los autos de esta sección pueden ser tomados por cualquiera de La Base que los necesite-me dijo mientras los dejábamos atrás

-¿Dónde está tu auto?- pregunte

-justo ahí

Dijo señalando un Porche Panamera GTS blanco con vidrios polarizados estacionado en un lugar membretado a su nombre Sarah Schröde E.R.

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