Capitulo doce:Zona cero

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Llegamos los siete a la zona cero a eso de las una de la mañana, la zona parecía estar tranquila, demasiado tranquila, nos habían dado las coordenadas de un edificio de oficinas en construcción, entramos en sumo silencio y después dar indicaciones nos dedicamos a peinar la zona, eran veinte pisos terminados y dos en construcción, no encontramos nada más que un cadáver, un hombre de color tirado en el suelo con ropa de obrero, estaba seco, le habían sacado toda la sangre y ni siquiera se molestaron en disimular la mordedura, Ashael y Alessie se encargaron de hacerlo parecer un accidente y de remediar el asunto de la sangre inexistente en el cuerpo mientras los demás recorríamos lo que quedaba del edificio, en el piso doce encontramos a los  cuatro demonios culpables del asesinato del obrero nos encargamos de ellos de inmediato mas y mas llegaron para vengar sus decesos, parecían hormigas, no sabía de dónde venían parecían salir de todos y de ningún lado a la vez ni siquiera después de que se nos unieron Ashael y Alessie fuimos una amenaza contra ellos, luchamos clavando nuestras dagas en innumerables ocasiones y nuestras pistolas y el arco de Audrey quedaron sin municiones y aun así no habíamos ni acabado con la mitad, por cada uno que matábamos cuatro más aparecían dispuestos  a asesinarnos, nos acorralaron  en el piso quince.

-retírense-les grite mientras decapitaba a un demonio-¡ya!

No podía, no iba a permitir que algo les sucediera, levante un pared de fuego que debería darnos al menos quince segundo para huir, corrimos escaleras abajo y en segundos estábamos en lo que sería el lobby, yo iba casi al último, casi todos habían salido cuando escuche un grito desgarrador tras de mí, me gire para poder ver mejor y vi a Addison siendo arrastrada por los pies por dos demonios, ella gritaba y se aferraba con fuerza a todo incluso hizo añicos varias vigas que lo sostenían todo, el edificio comenzó a derrumbarse.

-salgan y pónganse a salvo-les ordene

-¿y tú?-me cuestionaron

-voy por Addison

Tome con fuerza mi daga y subí corriendo por las escaleras siguiendo los gritos y amenazas de Addison, los jeans se me atoraron en un fierro salido y se rasgaron a la mitad de mi muslo,  por el derrumbe casi todos habían huido, pero aun quedaban unos diez dispuestos a descargar en ella la furia por haber destruido su casa, me interpuse sin pensarlo entre ella y su propia daga que le había sido robada,  por suerte lo que a ella se abrían clavado en el corazón a mi me la clavaron en el estomago, la saque y me deshice de dos pero eran muchos, le dije a Addison que corriera cuando ellos se distrajeron con el derrumbe, después de que bajo corriendo ellos me acorralaron entre ellos y el cubo del ascensor, me rompieron la Tibia y después de clavarme mi daga entre las costillas me arrojaron por el hueco para ascensor y lo último que vi fue el edificio viniéndoseme encima.

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