Capitulo diez: Decepcionada

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VANESSA

¿Por qué no podía amanecer de una maldita vez? Lo único que yo quería era recuperar mi vida de hacia  unos meses, había permitido que la situación con Christian se me fuera de las manos de manera exorbitante  pero ¿Qué más podía haber hecho? No iba a permitir que Savik fuera condenado solo por no formar parte de las expectativas de mi padre. Mi padre era un líder extraordinario que siempre veía por los miembros de la comunidad pero había nacido hacia muchísimo tiempo y había ideas que aun no se sacaba de la mente como el hecho de la homosexualidad.

Diego a diferencia de mi tenía que dormir por lo menos tres horas diarias así que le cedí mi habitación por una noche, tenía la intención de quedarme con él pero ¿Qué caso tenia? Ya estaba grandecita como para andar haciéndome ilusiones e historias estúpidas de que él y yo lográramos estar juntos. Ya conocía muy bien lo que iba a pasar de caer con él, todo aquello que quería o me interesaba moría, terminaba mal o al final resultaba gay  y ya no estaba dispuesta a pasar por eso de nuevo, nunca más, tome una foto de Rodrigo que un adornaba el escritorio, esa foto la tomamos el mismo día que compramos la cabaña, claro que en ese entonces era una vieja choza de una solo piso y una habitación, me costó mucho trabajo, tiempo y claro dinero pero la había dejado habitable para ambos, lástima que él no pudo disfrutar mucho del paraíso que habíamos creado.

Estúpido Christian y ahora que lo pensaba era como un pedófilo de primera, cuando él y yo empezamos con todo esto yo acababa de cumplir dieciséis y la humana del periódico no tendría más de diecisiete, él  tendría unos treinta y tantos cuando el proceso de envejecimiento se detuvo así que él nos doblaba la edad a ambas ¿Qué diablos tenia para hacernos caer de esa manera? Yo confié ciegamente en él y en todo lo que me decía y prometía y Jessica incluso se suicido cuando el deicidio dejarla. Maldito seductor imbécil.

Me recosté en la alfombra y acaricie mis labios preguntándome que se sentiría besar a Diego, esta misma tarde estuve a pocos milímetros de saberlo y de no haber sido por Savik hubiera cometido esa reverenda estupidez no sabía cuál era la razón pero –bueno si sabia cual era pero no estaba dispuesta a aceptarlo- cuando él estaba cerca de mí, pensar se volvía una tarea muy ardua,

-deja de portarte como una adolecente estúpida Vanessa y mejor ponte a pensar qué diablos vas a hacer para que Christian no te joda la vida como te la jodío poniéndote a Sforza delante-me recrimine a mi misma

Pero como era de esperarse no logre pensar en nada, todo lo usable ya lo había utilizado antes para quitármelo de encima, esta vez  por mucho que me detestara por decirlo, me tenía en sus asquerosas y apedofiladas manos.

Después de que amaneciera decidí que ya era suficiente, no podríamos huir toda la vida de él además al manos no estaba sola en esto y eso como fuera me hacía sentir un poco mejor, pasara lo que pasara Diego y yo estábamos juntos en esto a partir de ahora –pensar en eso hacia me hacía sentir un vuelco en el estomago- fui directo a mi habitación esperando verlo dormir tan plácidamente en mi cama como antes, le mentí a Diego porque la noche anterior no había dormido nada estaba muy confundida, el me había rechazado pero podía ver como se veía tentado por mi y aun así no hizo más que dormir a pierna suelta en mi cama, pero al abrir la puerta él no estaba allí, lo llame un par de veces suponiendo que estuviera en el baño, no lo había escuchado bajar las escaleras pero había una nota suya en la barra recargada sobre la pared.

Colville:

Para cuando vayas a buscarme ya me abre ido. Yo arreglare lo que paso con Christian ese será el último favor que te hare, no debí ayudarte antes y  no sé por qué te ayudo ahora.

Diego S.

En La Base ya todos estaban trabajando, no tendríamos más lunas llenas hasta dentro de cuatro semanas así que todos estaban aprovechando el tiempo en perder el tiempo, Kiara estaba leyendo un libro del tamaño de mi mesa de noche, Alessie y Audrey me estaban esperando para ir de compras pero les dije que tenía trabajo y se fueron solas, Ciebel y Ashael estaban jugando videojuegos y todos los demás estaban repartidos por allí perdiendo el tiempo en cosas nada productivas. Mi padre me había dejado un mensaje con Sarah para que lo fuera a ver en cuanto llegara seguramente Christian ya le había ido con el chisme, después de leer  la nota de Sforza tumbe un par de arboles en el bosque pero me sentí mal y lo plante de nuevo ellos no tenían la culpa de que ese hijo de… después de una largo ducha vine directo aquí, ya no podía seguir postergando el momento de verle la cara  a Christian, antes de tocar la puerta de lo oficina de mi padre el ya estaba abriendo la puerta.

Alas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora