Capitulo ocho: Ventaja

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Me tome dos días de libertad tratando de acomodar las piezas del rompecabezas pero parecía no contar con las información suficiente para indagar en el pasado de ambos, me estaba hartando de estar en medio de eso mi celular sonó y mire el identificador, sin número, pues bien ahora si venia lo interesante.

-hola-respondí lo más cortante que pude

-¿Por qué no te has reportado?

-no hay nada que decir solo más de lo mismo,  tal como lo dijeron me está  costando trabajo

-haz tu trabajo o…

-no tienes que recordármelo

-que bueno porque me canse de hacerlo, quiero resultados-me colgó

Perfecto ya tenía suficiente con los conflictos idiotas de La Base como para todavía agregarle la insistencia de Thomas. ¿Cómo fue que  me metí en este lio? Cuantas ganas tenía de dejarlo todo y largarme muy lejos. Pero ahora después de todo lo había hecho no podía, me matarían de no cumplir con el trato, tenía que hacerlo costara lo que costara. Un mensaje de La Base me desconcentro por un segundo, era Edwin, tenía que presentarme para una exterminación de licántropos a las afueras de París en menos de diez minutos perfecto al menos dentro de toda esta mierda podía matar perros.

Todo el camino hacia la base me puse a pensar si todo esto valía la pena, pero claro que lo valía una vez que obtuviera lo que quería me iba a largar muy lejos, tal vez a México entre más lejos mejor compraría una casa por ahí y me separaría de todo el mundo inmortal, después de irme tendría dinero para toda una vida además tenía las inversiones que había hecho, no me haría falta nada. Pero tenía que apresurarme cada mes que pasaba el plazo que había dado Thomas estaba  mas y mas cerca… ya había oscurecido cuando llegue, fui por un par de armas y me dirigí de inmediato a control de área para encontrarme con los demás, aun no sabía con quien iría pero eso era lo de menos sí podía clavarle una estaca a algo.

-llegas tarde-dijo Ciebel en cuanto salí del elevador-te estábamos esperando

-bueno pues vámonos

-¡ya nos vamos!-grito para que lo escucharan en la otra habitación

Kiara salió de la habitación y camino directo hacia nosotros, vestía como todos de negro de pies a cabeza y me dedico una sonrisa angelical.

-dijo que la esperáramos un minuto, acaba de llegar de una junta, se está cambiando

-muévete o nos vamos-dijo Ciebel

-deja de comportarte como una anciana menopáusica-Vanessa salió de la habitación contigua mientras se amarraba el cabello con una liga, me miro y pareció que no le había sorprendido en nada verme allí esperando con los demás-ya podemos irnos

-¿y tus armas?-le pregunto

-aquí-recogió un cinturón con dos dagas y una pistola UV que descansaba en el respaldo de la silla-vámonos, tu manejas-le dio las llaves a Ciebel

Paso junto a mi sin siquiera mirarme, oprimió el botón del elevador, después de hacer lo habitual nos llevo al estacionamiento, nos subimos al auto, Kiara y Vanessa se fueron en la parte trasera y yo fungí el papel de copiloto de Ciebel.

No pude evitar mirarla disimuladamente un par de veces, vestida de negro con esas botas hasta la rodilla y guantes sin dedos… el plan de Christian comenzaba a hacerse tentador, tenía que hacerla mía a como diera lugar. Nos alejamos bastante de La Base, era una zona bastante rural y después llegamos a un edificio de oficinas a medio construir, ahí es a donde nos llevaron las coordenadas que César les había proporcionado. Ciebel estaciono el auto tras un arbusto con flores, nos bajamos y caminamos todos juntos hasta las puertas del edificio, está todo muy oscuro pasaban de las dos de mañana cuando llegarnos hasta ahí.

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