Capitulo once:El infierno

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Estábamos a trescientos kilómetros de la costa de Australia cuando un movimiento brusco prácticamente nos tiro a todos al suelo, incluso Alessie que dormía plácidamente despertó al sentir el impacto de su cara en la alfombra.

-¿Qué diablos te sucede?-grito Ciebel ayudando a Alessie a levantarse

-¡Vanessa!-grito Ashael desde la cabina

Todo de lado y corrí a la cabina, después de insertar el código la puerta se abrió dejándome entrar, Ashael hizo otro movimiento y la inercia me arrojo contra el asiento del copiloto

-¿Qué pasa?-exigí saber

En vez de contestarme esquivo un misil que venía directo a nosotros, alguien nos estaba atacando, Ashael hacia todo lo que podía por esquivarlos, intente ayudarle pero eran demasiado para esquivarlos y unos dio, pude el piloto automático y salimos corriendo de la cabina.

-¿Qué está pasando?-era la primera vez que Addison me hablaba sin las palabras zorra, golfa, idiota o estúpida, buenito día escogió para ser amable

-tomen sus cosas-les ordene a todos, yo por mi parte guarde la computadora en  la maleta con la esperanza de que fuera lo suficientemente aislante para protegerla del mar, abrí la puerta y los mire-tenemos que saltar, nos van a derribar

Espere a que todos saltaran y justo cuando yo iba a saltar un misil choco a menos de dos metros de mi en un costado del jet, por lo agudo de mis sentidos lo   sentí y escuche  como si se hubiera clavado en mi oído me desoriento y caí, al momento en que iba cayendo un fino polvo se poso sobre mi piel entonces comenzó a quemarme como si me estuvieran quemando viva, era plata, caí al océano y se limpio un poco pero el ardor no disminuía, todos estaban nadando lo mas abajo que podían, Audrey nado hacia mí y me pregunto con la mirada si estaba bien, me limite a asentir y nadamos todos en guardia hasta la costa.

Por suerte Ashael había pasado un par de años en Australia y sabia la ubicación de La Base pero a dos ciudades exactamente así que teníamos que buscar un auto que nos llevara hasta allí , aun nos quedaban un par de horas de sol a todos así que pudimos caminar la mayor parte del camino, no podíamos ir a la velocidad que hubiéramos querido puesto que había humanos en las calles, llegando a la primer ciudad fuimos directo a una estación de autobuses para ir a nuestro destino, ya estaba anocheciendo y si las cosas eran como decían no iba a ser nada bonito andar por allí en medio de balas UV y dagas, ningún inmortal con dos dedos de frente se atrevería a atacar un autobús lleno de humanos nos habíamos cambiado en la estación pero la ropa aun estaba un poco húmeda –nuestras computadoras y celulares estaban totalmente arruinados- pero el agua salada tapaba nuestro aroma así que íbamos muy bien camuflajeados. Mi brazo aun quemaba como si tuviera un fierro caliente sobre él, la plata había abierto profundas laceraciones en todo mi brazo derecho, tuve que ponerme una chaqueta para que los demás no se dieran cuanta.

-¿estás bien?-susurro Audrey a mi lado

-sí, bien-respondí apresuradamente

Al bajarnos del autobús Ciebel robo un auto –un maldito auto para siete personas- con las indicaciones de Ashael llegamos a La Base de Australia al cabo de media hora lo cual fue relativamente rápido teniendo en cuanta que esta carcacha solo corría hasta 200KM/HR, lo estacionamos a varias cuadras de ahí, comenzamos a caminar cuando sentimos una presencia, entonces las cosas se pusieron feas, todos íbamos bien armados pero yo no podía sostener nada con el brazo derecho, comenzaron a rodearnos, saque mi daga y la sujete con fuerza con la izquierda

-¡suelten sus armas!

-primero muerta-respondí

-podemos solucionarlo

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