3.Mr. & Mrs. Lehner®

4. Arnold

Los abogados de Axel nos saludan y mi esposo toma con más fuerza mi mano. Entramos por el pequeño pasillo y nos revisan con cuidado. Puedo sentir como mis manos tiemblan un poco, pero Axel está ahí para decirme que todo está bien, que él está conmigo.

-Te amo -susurra cerca de mi oído y yo solo puedo sonreír con nerviosismo.

-Pueden sacarlo -dice Pablo por la radio que yace en su hombro. Axel aprieta mucho más mi mano y nos sentamos en las mesas de convivencia. Como hay demasiada gente, es imposible hablar por el teléfono tras el cristal. Escucho el sonido de las cadenas pesadas que usa mi padre y levanto mis ojos.

Debe lucir mucho más delgado que la última vez, además de demacrado, con ya varias arrugas y algunas canas. Sus ojos se iluminan cuando me ve y una risa sádica sale de ahí cuando mira también al hombre que me compaña.

Mi padre con todo y lo que ha pasado, luce imponente...como siempre lo fue.

-Cristel, cuanto me alegro de verte -exclama, puedo oír el sarcasmo en él. Siento como Axel se tensa mucho más y gruñe.

>>Lehner, la última vez que te vi pensé y eras más inteligente. Creí que no ibas a caer en el engaño de mi hija.

Axel se tensa mucho más y yo acaricio su mano.

-Calma, es lo que él quiere.- Axel me mira y asiente despacio.

-Tienes 10 minutos, Arnold. Dime lo que malditamente quieres con mi esposa o atente a las consecuencias. No ganarás está vez, Arnold.

-Debo decir que me sorprendió su boda, fue algo sin educación el no haberme invitado... sin embargo, hay cosas que necesito, cosas que solo ustedes pueden darme.

-¿Dinero? -pregunta mi esposo.

El rostro de mi padre se ilumina y niego con la cabeza. Para él siempre se tratará de eso.

-Mucho dinero...

-¿Por qué te lo daríamos?

-Por que seguiré revelando los secretos de mi hija si no lo haces.

-¿No los has hecho ya? -intervengo. Mi padre me mira y gruñe.

-¡Cállate!

-Tú, Cállate. A mí esposa no le hablas así -arremete Axel enojado y furioso-. Te di una oportunidad y lo único que has hecho es insultarla. Aquí se termina todo. -Axel agarra mi mano y mi padre nos mira.

-No quería hacerlo.

-¿Tampoco querías golpearla durante años? , sin embargo lo hiciste. Deberías tratar de cambiar Arnold, envejecerás aquí y tu corazón igual.

-Lehner. Sólo escucha.

-Tampoco te daremos nada de lo que pidas. -Sé que no es verdad, si Axel accedió a hablar es porque quiere que mi padre se detenga.

-¡Necesito el dinero! ¡Moriré aquí! Necesito protección.

-Y nosotros necesitamos que nos dejes en paz. Te daré 3.000 Euros, Arnold, y firmarás un contrato de silencio.

-Eso no los detendrá a ellos. Necesito más...

-No -intervengo, ellos me miran-. Tu hiciste tú destino, papá. Axel te dio más de lo que debía por años, no permitiré que le sigas robando...

-Pero qué...

-Lo lamento, padre. Pero no hay nada más que no hayas dicho antes.

-Puedo decir que su matrimonio fue arreglado, aun me faltan muchas cosas por rebelar.