El Inicio de una Estrella

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Pude encontrar algunas vendas en la maleta del humano y pude curarlo, había perdido mucha sangre, ya cuando logre curarlo me pare y me iba a ir pero algo me paro. Un sentimiento de culpa;  una culpa de dejarlo ahí débil y solo. Eso era lo que me paraba de irme de ahí, estaba confundido con eso... ¿Siento culpa de un ser humano? Escuche un ruido y me vire, era el y estaba despertando, me acerqué de manera rápida hacia el.

- Aghhh... ¿Que me paso?- Dijo mientras abría sus ojos y me alcanzó a ver y vi en sus ojos como las memorias de anoche fluían en su cabeza, se sentó en el tronco y vio sus sus heridas, dirigió su mirada hacia mi.

-Tu boca, esta sangrando.- Me dijo preocupado. Me toque los labios para confirmarlo, tenia un poco de sangre.

-Te tenias que haberte curado tu primero.- Me dijo mientras cogió su maleta y busco una gasa, saco una y la paso por mi boca.

-Listo. Mucho mejor.- Se sentó y se puso su camisa blanca y capucha azul de ahí se incorporo.

-Perdón por haber llegado tarde, de haber llegado antes no te habrían atacado esos dos. Por cierto mi nombre es Daniel. ¿Tu tienes uno?- Me dijo con esa calidez de siempre,  me preguntaba si era buena idea hablar con el pero creo que no habrá problema si lo hago.

-No tengo nombre.- Le dije con franqueza. Era la primera vez que hablaba con un ser humano, no pensé que alguna vez lo haría.

-Lamento aquello. No tener un nombre debe de ser algo horrible. ¿Y como puedes hablar?-

Me pregunto fascinado por el hecho de poder hablar en su idioma.

-No lo se, solo lo hago. Ni si quiera sabia que podía hacer eso.- Dije aquello cabizbajo.

-Si no quieres responder lo siguiente no lo hagas pero ¿Qué les paso a tus padres?- Pregunto de manera directa, me tomo de manera desprevenido baje la cabeza.

- Fue horrible.- Le dije triste, aquellas memorias las quería dejar en el olvido pero eran partes de mi que no podía dejar.

-Ja. Ni que te hayas peleado con ellos y cuando te ibas a perdonar con ellos los habrían matado y tu no pudiste decirles si quiera adiós.- Me dijo con risa melancólica, me encontré sin habla ante lo que él dijo.

-Eso fue lo que me paso.- Dije aun con la cabeza mirando al suelo. Y lo mire a la cara. Su cara se entristeció y impresiono al mismo tiempo.

- Perdón... Yo no pensé que te había pasado lo mismo.- Dijo arrepentido de haber dicho eso.

-¿Acaso te ocurrió lo mismo?- Pregunte curioso por su respuesta.

-Ha pasado mucho desde aquello. Ocurrió cuando tenia 9 años, vivíamos en Ciudad Engobe, eramos una familia rica pero mi simple. Mi padre me enseñó ahí a como usar la espada desde los 5 años y siempre decía que era un espadachín nato, y quizás algún día me haría un gran entrenador Pokémon. Pero ocurrió aquello. Tuve una pelea con mis padres, con solo 9 años quería empezar mi aventura como entrenador pokemon y conseguir mi primer Pokémon y me decían que aun era muy pequeño. Me fui de ahí con una maleta, capa, esta espada y esta pokebola.- La saque para mostrarle la primera y única pokebola que tenía.- Me dirigía a la ruta 1 pero con cada paso que daba mas me arrepentía mas por pelearme con mis padres cuando iba a dar mi último paso vi unas figuras acercarse corriendo y me empujaron hacia atrás y me hicieron que me pegue contra el suelo y todo se oscureció. Cuando logre despertar vi que la el pueblo se había tornado caótico y desde el mirador había un tipo con una pistola que sostenía al alcalde, El señor Gerardo. Pedía una gran cantidad de dinero y si no se la dábamos el destruiría el pueblo. Mis padres le pagaron pero sus palabras me dejaron frió.

"Me quede con ganas de jalar el gatillo mmm... Lo usare en ustedes." Lo dijo de una manera fría y sin algo de piedad disparo a mis padres. Grite desconsolado.  saqué mi espada y corrí para atacarlo pero me vio y logro golpearme, caí al suelo pero me puse de pie.

"Te voy a derrotar" Le había dicho. Se partió en una carcajada.

"Aquí te espero" Cuando dijo eso cargue con mi espada hacia el pero me esquivo y asesto otro puñetazo y me dijo.

"Vuelve cuando seas capaz de derrotarme, que yo no puedo enfrentarme a un niño como tu. No tiene oportunidad contra mi" Me dijo con tono despectivo pero el decía la verdad en aquello. No era fuerte, no pude hacer nada para salvar a mis padre y me fui de Ciudad Engobe y vivo como un vagabundo que ha visitado la mayoría de la región de Unova. Esa es mi historia.- Me dijo acabando el relato de como esta aquí.

- Mi pregunta es ¿Puedo saber la tuya?- Me pregunto curioso acerca de mi pasado y de lo que tenia que contar sobre el.

- Supongo que no tengo mas opción que decirle a alguien esa historia.- Di un profundo respiro y empezó.

- Y tenia una buena vida como tu pero empezó el invierno y con eso la escazes de comida y con la falta de comida que se hacia peor y empeze a reclamar mas comida a tal punto que mis padres se enfadaron y nos peleamos. Escape del árbol en donde vivíamos y me refugie en unos arbustos y me puse a dormir y cuando desperté y volví escuche balazos y... y...- Me empezó a faltar la voz y mientras seguía Daniel se dio cuenta y puso su mano en mi cabeza en una primera instancia no lo hubiera dejado pero se sentía reconfortante y me hizo sentir mejor.

- Si tienes que parar hazlo que creo que se lo que paso después.- me dijo para que me calmara, cogí aliento y termine.

- Ellos dos fueron los que mataron a mi familia y no pude hacer nada por ellos soy débil. Pudiendo hacer algo ellos murieron.- Mis ojos se humedecieron. No podía llorar no me lo iba a permitir. pero de repente sentí dos brazos envolverse en mi espalda. Era un abrazo fue hace mucho que no recibí uno y era de el.

- Hay veces en las que para seguir en la vida hay que desahogarse, hazlo no más.- Me susurro mientras me abrazaba. Entonces las lagrimas empezaron a salir de mis ojos. Y llore, llore para liberar de mi toda ira y tristeza reprimida parecia un bebe, de ahi me di algo me vino a la cabeza. Una idea, por mas que no quería me solte de ese abrazo y me le dije a Daniel.

- Entrename para que pueda ser fuerte, para que no vuelva a perder a alguien importante en mi vida nunca mas y poder vengar a mis padres. Por favor.- Me arrodillé y se lo dije desesperado y con las lágrimas aún en mi cara.

- Párate, que no es necesario que me lo implores.- Me dijo mientras me paraba.

- Te entrenare con una condición.- Me dijo de manera sería.

-¿Cuál?- Le pregunte.

-¿Solamente quieres que te entrene?- Me pregunto.

- Si. Después te dejare en paz.- Le respondi.

- Muy bien entonces a dormir que aun queda un buen pedazo de la noche. Mañana empezamos.- Se acosto en el tronco y se durmió en un instante. Mire a las estrellas.

- Parzival, Zedd, Nereyda ¿Como han de estar?- Me pregunte a mi mismo mientras me acostaba a dormir en la noche.

2 Contra El MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora