Confesiones

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Me desperté en la mañana como que si el dia de ayer no hubira tenido una de las batallas mas difíciles que he tenido en mi vida, a juzgar por la posición del sol era casi medio día. La verdad es que tuve un sueño muy revitalizante. Podria decir que dormí como un tronco. Daniel aún estaba dormido y como no tenia nada que hacer, me puse a recolectar bayas. Habían arbustos alrededor de nuestro campamento, y algo de comida extra no nos vendría mal después de todo. Fui a donde la maleta de Daniel y la iba a abrir pero entonces escuché una queja detrás mio.

- Aghhh. Mi cuerpo.- Daniel había despertado. Y a decir por su voz parecía que abuso de la capacidad de su cuerpo, aun su aura era débil. Me vire a verlo.

- Has despertado.- Le dije tranquilizado por el hecho de que despertó, pensé que tomaría más tiempo

- ¿Cuánto tiempo pase dormido?- Preguntó  mientras revisaba el estado de su cuerpo.

- Como un día y medio.- Le respondi mientras iba a donde se encontraba.

- Bueno a juzgar por el estado de mi cuerpo podría decir que me diste una paliza. ¿No?- Dijo acostadose de nuevo. El término "Paliza" no era el preciso para lo que ocurrio, después de todo él casi me mata.

- No, casi me matas en eso. Si no hubiera podido esquivar todos esos ataques que lanzaste cuando entraste en ese frenesí...- Iba a continuar pero entonces me interrumpió.

- Ahhh. Eso fue mi Locura Aural.  Sabia que lograrias derrotarme aún con eso.- Dijo rascandose la cabeza. La verdad es que me impresionó el hecho de que el pensará que aun usando esa habilidad lo iba a derrotar. O tenía mucha fe sobre mi, o no sabe lo fuerte que realmente es.

- La verdad es que me diste un momento muy difícil en esa pelea.- Le dije con un tono serio.

- Si te pones a pensar, tú nunca sabras todos los ataques que tu enemigo tendrá. Toma esto como un ejemplo. Pero lo importante es que has ganado, asi que quítate esa seriedad de encima.- Me dijo mientras agarraba su maleta y buscaba en ella algunas vendas, logró encontrar algunas y se quitó su capa y camisa. Su torso mostraba heridas, quemaduras y magulladuras. Envolvió las vendas alrededor de su torso desnudo y una vez que término se volvió a poner su camisa y capa.

- Bueno, felicidadades. Has completado la primera fase de este entrenamiento. Como un modo de premiarte por el esfuerzo que has demostrado. Te dare algo que espero que sea de tu agrado.- Me dijo con un tono que sonaba serio pero alegre. No sabia que me iba a dar pero eso me dio alegria. Una que no entendí. Pero algo interrumpió mi momentánea felicidad y la llegue a canalizar en palabras.

- Pero Daniel, te pedí a ti el entrenamiento. No tienes que darme nada.- Le dije rechazando lo que tenia que darme. En ese momento el me dio una sonrisa, una de esas que expresaban calidez de su parte.

- Tus padres desearían que te diga esto.- En ese momento quede atónito. Mis padres. ¿Como él llego a conocerlos?

- Soren, tengo algo que contarte.- En ese momento senti como que si el tiempo paro y lo único que seguía actuando era mi cerebro haciéndose preguntas acerca de lo que dijo. ¿Soren? ¿Mis padres lo conocieron? ¿Como? ¿Cuando? Daniel era una persona que albergaba muchas sorpresas. Pero esta fue una de las que mas me impresionó.

-¿Como conociste...?- Le pregunté al instante incrédulo.

- Lamento decirte que no llegue a conocer a tus padres.- Me dijo respondiendo la pregunta incompleta que hice mientras sacaba unas bayas de la maleta. Y me las extendía.- Toma que te lo explicaré.- Dijo ofreciéndome las bayas. Agarré la mitad de ellas y puse una en mi boca. Y me dispuse a escuchar a Daniel.

2 Contra El MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora