❀ Desde que lo conoció, KyungSoo siempre ha complacido a JongIn en todo lo que quiere, sin importar absolutamente nada, porque para KyungSoo, JongIn lo merece todo aunque se porte siempre como el osito mimado que realmente es.
❀ autor: arhatdy
❀ So...
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JongIn volvió a girarse sobre la superficie blanda de la cama, las almohadas eran tan suaves que su cabeza se acoplaba con perfección y estaba seguro que de ninguna manera amanecería incómodo.
Toda la habitación así y todo lo que KyungSoo había puesto a su disposición y lo que sabía que vendría le encantaba. Le había prestado una de sus camisetas y JongIn se aferró a ella, como si sintiera la calidez del pecho del mayor cuando se acomodaba sobre las sábanas.
Sus ojos de color chocolate parpadearon en la oscuridad y suspiró, haciendo que sus labios se abultaran porque se sentía solo, es decir, siempre dormía solo. JongIn estaba acostumbrado a ello, pero sentía la necesidad de que KyungSoo le diera otro besito para estar satisfecho. Aunque en el fondo sabía que no lo estaría.
JongIn lo intentó, cerró los ojitos mientras se acurrucaba entre las colchas y pensaba en cosas sencillas para intentarse dormir, pero tuvo que removerse varias veces antes de darse la vuelta por completo y observar el armario que KyungSoo le prometió llenarían con ropa del gusto de los dos.
Se mordió el labio inferior y se preguntó qué clase de ropa le gustaría a KyungSoo que él usara, intentó no sonreír al imaginarse vestido con tonos pasteles y respiró profundamente, negando en silencio porque sabía lo que tenía qué hacer.
JongIn se irguió hasta quedar sentado y alcanzó con las puntas de sus pies las pantuflas un poco gastadas que había traído de su casa, mientras se estiraba por completo antes de cerrar los puños y asentir con determinación.
Se encaminó con cuidado por la alfombra y abrió la puerta intentando no hacer ningún ruido, observó el pasillo a oscuras y se estremeció, mordiéndose el labio inferior y cerrando los ojitos mientras avanzaba a tanteos hasta la habitación principal, donde tomó la perilla entre sus manos y comenzó a girarla lentamente, deseando que no tuviera seguro, deseando que se abriera sin ruidos.
El corazoncito le latió apresurado mientras se escabullía dentro de la habitación que gracias al cielo no tenía seguro, respiró profundamente antes de echar un vistazo a la penumbra, observando que sin lugar a dudas aquella era la habitación principal. Estaba bastante amplio el espacio.
Las puertas del armario eran grandes y también la del baño, había muy poca decoración aparte de un sillón largo, unas mesitas pequeñas y unos cuantos libros sobre estas, la cama abarcaba gran parte del centro de la habitación y dentro estaba KyungSoo, tendido con los ojos cerrados.
JongIn se acercó con cuidado, con el corazón retumbando en su interior por invadir su espacio personal sin ser invitado, observó las cortinas cerradas y se imaginó la vista panorámica de la ciudad desde aquel lugar, haciéndolo suspirar.
