❀ Desde que lo conoció, KyungSoo siempre ha complacido a JongIn en todo lo que quiere, sin importar absolutamente nada, porque para KyungSoo, JongIn lo merece todo aunque se porte siempre como el osito mimado que realmente es.
❀ autor: arhatdy
❀ So...
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JongIn nunca creyó que su pasaporte internacional fuera sellado de esa manera en algún tiempo cercano; creyó que terminaría su carrera, encontraría un trabajo y quizá después de algunos años de ahorro, terminaría yendo a la playa en Japón o algo por el estilo, es decir, que no saliera tan caro y que fuera relativamente cerca.
Pero tampoco creyó encontrarse con un hombre como KyungSoo en el camino, así que agradecía profundamente a los hilos del destino haber traído a semejante hombre no sólo a su cama, sino a su corazón.
JongIn se sentía soñado, después de la declaración de KyungSoo y la confesión de sus propios sentimientos, de encontrar ambos que se querían y que querían avanzar en su relación, aunque JongIn no entendía todavía muy bien lo que eso significaba.
Pensar en ello le hacía sentir mariposas en el estómago, cualquiera diría que era muy chico para cualquier clase de compromiso, pero él ya tenía uno bastante grande viviendo con ese hombre, especialmente siendo su bebé, cosa que se le daba de maravilla.
Al moreno le encantaba ser tratado así, con majestuosidad, le encantaba ser mimado y que su papi le cumpliera sus caprichos dentro y fuera de la cama. Lo hacía sentir superior y amado, sobre todo si venía con una mirada cargada de deseo o de amor, cualquiera de las dos cosas estaba bien para él.
Así que cuando KyungSoo le dijo que alistara una maleta porque le tenía una sorpresa, JongIn dio un salto del sillón aquella mañana nevada de Enero y corrió tras de él hacia la cocina, y cuando después de robarle algunos besos y que sus manos se escabulleran por sus nalgas, KyungSoo le confesó que era un regalo de cumpleaños para ambos, el moreno estaba tan soñado, que corrió con GaBi-Yah para decirle que KyungSoo era el mejor hombre del mundo y que lo mejor del caso es que era suyo.
Entonces se quejó con un gran puchero en los labios, porque KyungSoo no quería darle demasiada información y él no sabía qué clase de ropa empacar.
Así que se las ingenió para sacarle un poquito más de información en la tina de baño, con su demandante boca sobre su cuello y el meneo de sus caderas sobre las suyas, tentándolo. Había sido un éxito, a JongIn le brillaron los ojos cuando KyungSoo susurró la palabra «playa» mientras lo follaba después de un buen baño de agua tibia, y el muchacho se sintió conforme con su manera de extraer información, con la noticia y con el disfrute de su cuerpo, por supuesto.
ㅡ Papi, papi... ㅡ JongIn se acomodó los lentes de sol, mientras se deslizaba por el automóvil convertible que KyungSoo había rentado en aquel lugar.
Ambos habían salido del país con destino a alguna isla de Hawaii, para disfrutar un poco de sol en esa temporada de frío. Serían sus vacaciones más cálidas y JongIn planeaba disfrutarlas al máximo.
