❀ Desde que lo conoció, KyungSoo siempre ha complacido a JongIn en todo lo que quiere, sin importar absolutamente nada, porque para KyungSoo, JongIn lo merece todo aunque se porte siempre como el osito mimado que realmente es.
❀ autor: arhatdy
❀ So...
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ㅡ Debimos comprar algo de cenar.
La voz de JongIn sonó cansada, estaba sentado en uno de los banquillos de la barra de la mesa, bebiendo un poco de agua como si estuviese verdaderamente exhausto.
Por su parte, KyungSoo estaba terminando de lavar los recipientes que había utilizado más temprano, desde que inició con su plan de cocinar ese día. Era noche buena y el mayor le había dicho que quería que fuera especial, así que temprano habían ido a comprar al supermercado lo que necesitarían para elaborar la cena.
Y JongIn había tenido intenciones de ayudarlo, por supuesto, había picado un par de verduras que KyungSoo le había encargado pero se había pinchado el dedo en el proceso, haciendo que el mayor se espantara y acudiera a él para ver que todo estuviese bien, desinfectar con un poco de alcohol y poner su respectiva bandita para proteger la herida diminuta.
JongIn le había dicho que las heridas sanaban más rápido si eran besadas, así que después de unos cuantos pucheros y miradas de osezno lastimado, KyungSoo terminó por besar su dedo con detenimiento. El moreno disfrutó por completo la manera en que los ojos de su amante se cerraron mientras le besaba la herida.
Su corazón se estremeció cuando sintió sus labios rodear la punta de su dedo y meterlo ligeramente a su boca para succionarlo un poco, a JongIn se le removieron las entrañas de sólo ver la manera tan erótica en que KyungSoo lo había hecho, pero aunque hubiese pedido un poco más, el mayor lo castigó comportándose y poniendo un poco más de alcohol antes de colocar la bandita y alejarse para seguir con la cena.
Desde entonces, JongIn había estado acostado en el sillón como si estuviese verdaderamente enfermo, platicando en voz alta o viendo la televisión, después de enfadarse de ello, se había ido a bañar para arreglarse, porque KyungSoo le dijo que debía verse presentable.
Y ahora estaba ahí, haciendo pucheros sobre la barra de la mesa, a la par que KyungSoo se secaba las manos.
El moreno creía que estaba verdaderamente jodido en el momento en que se dio cuenta que verlo secarse las manos se veía tan guapo, tan malditamente atractivo que quería lanzarse sobre él en ese momento.
KyungSoo le sonrió y se acercó a él, acariciándole las piernas en el proceso de tomar su cintura con firmeza y JongIn abrió las piernas para que se acomodara entre ellas, mientras el mayor reducía toda la distancia para besar sus pomposos labios.
Los movimientos fueron suaves, lentos, haciéndolo estremecer con cada caricia hasta dejarlo sin aliento, como cada que KyungSoo siempre se ponía en ese plan de seducirlo con un simple beso o una mirada.
